Los Tres Tristes Tigres, por Elsa Muro

Los Tres Tristes Tigres, por Elsa Muro

No estimados, como se expresan los funcionarios de ahora, no me refiero al grupo pop de los años setenta, que popularizaron aquella canción que decía “quizás sea pronto, pero yo me quiero casar, tú eres la mujer que yo quiero llevar al altar”, que me hacía soñar con un príncipe azul que me la cantara, y luego yo vestida de blanco del brazo de mi padre entrando a la Iglesia San Pedro, en la misma cuadra donde vivía Nicolás.

Era el sueño dorado de una jevita del Colegio El Carmen.





No, me refiero, a ese grupo ni a la canción, aunque recomiendo a la gente joven que la busquen en YouTube. Es pegajosísima.

Me refiero a los Rodríguez de aquí y de allá. Es decir, a Jorge Rodríguez Gómez, su hermanita Delcy Eloína y su aliado José Luis Rodríguez Zapatero. Los Rodríguez de aquí y el de allá, forma un significativo trío de la maldad, la trapisonda y caratablismo sanchista.

Un triste trío, que al ritmo de Hugo Blanco le cantaron a Edmundo González, “si te vas, te vas…” (canción que también les recomiendo), y no fue precisamente en el aula magna de la UCV, que la interpretaron.

Le cantaron en casa del embajador del Reino de España, en esta su antigua colonia.

Los tres tristes tigres (los tres tristes Rodríguez) le cantaron a Edmundo González a ritmo “V”, o sea, violencia de palabra con amenaza, violencia de Estado y violencia diplomática.

El autor de la letra y productor del grupo, el gran Zapatero (Rodríguez su apellido paterno) diestro en aquelarres, maniobras impregnadas a ají y demás aliños de buen guiso, se unió al dueto criollísimo, los Rodríguez de aquí (por cierto, ahora recuerdo que ese dueto existió, busquen sus canciones, son buenísimas), y como si estuviese en Aravaca en su localidad de residencia, se mueve y canta por estos predio de manera natural.

El impresentable José Luis, repudiado por los españoles, en general, y los adecos de allá (los socialistas del PSOE), en particular es un éxito de taquilla, en términos de espurios y opacos resultados políticos.

Experto en falsetes, ritmos con toque flamenco y una voz melodiosa como el Falete, Rodríguez Zapatero, con el Pedro hijo de Sancho, es decir, Pedro Sánchez es como el hermano coco, no toca el cochino dinero pero despoja a la dirigencia de oposición de dignidad, de honra y del ejercicio de sus derechos.

Los otros dos de los tres tristes tigres (Rodríguez) buscan afanosamente enmendar los entuertos de Maduro, que éste se reconcilie con ellos y les perdonen el patapata (al mejor estilo de Miriam Makeba) que han formado y no sean desplazados de su “cariñito azucarado” (bella canción de Virgina López, que se colocaba seguido en la rockola de “La Cueva del Piache” en la Nueva Granada donde se lo pasaban los “los ñangaras” de los 60 y 70).

Los tres tristes Rodríguez, llevan serenata a Nicolás, para que perdone a los Rodríguez de aquí, le canta “perdón vida de mi vida, perdón si es que te hemos faltado, perdón Ángel adorado, carilñito amado dame tu perdón”

Los tres tristes Rodríguez, no quien perder la audiencia por ese nuevo cantante, que deleita a Nicolás como es el bardo de El Furrial.

Por eso, Jorgito canta (grita) en su “ speak easy”, en que ha convertido la Asamblea Nacional contra Julio Borges, Edmundo González y María Corina Machado, presentándolos como “locos y furiosos”.

Se fue Ibsen Martínez, pero el vacío que deja, los llena “Los tres tristes Rodríguez”, que no solo la cara tienen, sino que pasarán la historia de aquí y de allá como tres tristes truhanes de la política, violadores de derechos humanos, y creadores de potes, bulos y escenografía chapuza de utileros para difamar, perseguir, volver tristes y trizas a los ya bien tristes venezolanos.

En el repertorio de los Tres Tristes Rodríguez encontramos “Aquellas maletas de verdes que te llevé”, “Llegué a Barajas y no me bajé”, “Soy un Truhán soy un señor” nueva versión (voz líder la de Rodríguez Zapatero), Natalie (que estrenaran pronto en Moscú), y José Luis, el Rodríguez de allá, estrenará como solista aquella canción que con un estribillo hará suspirar nostálgico a más de uno: “Solo rodando por el mundo, con un dolor profundo de ti, y de tu mal”.

En fin, quise con canciones, cantantes y tríos de mi infancia, de mis padres y de los panas de la izquierda sesentosa, evidenciar la tristeza que genera las tristes actuaciones de los tres tristes Rodríguez.

Ayy que nostalgia tengo de la Venezuela de antes, de Felipe y no de Zapatero (el Rodríguez de alla) de Alfonso Guerra y no de Pedro Sánchez, los verdaderos adecos de allá y de los fueron por aquí.