Venezuela en París 2024: El naufragio de un sueño olímpico a orillas del Sena

Venezuela en París 2024: El naufragio de un sueño olímpico a orillas del Sena

EFE

 

La delegación venezolana cerró su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024 con la actuación de Naryury Pérez, quien finalizó octava en la categoría de +81 kg en levantamiento de pesas. Un resultado que marcó el final de una de las ediciones más desalentadoras para nuestro país, que dejó el evento sin una sola medalla, algo que no ocurría desde Sidney 2000. La ceremonia de clausura, lejos de ser un motivo de celebración, representó el amargo desenlace de un ciclo olímpico lleno de promesas incumplidas y profundas carencias.

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Y la expectativa para Venezuela, aunque no era alta, llegaba a París con la esperanza de continuar su racha de medallas, que había iniciado en Atenas 2004 y se mantuvo hasta Tokio 2020. En esta ocasión, los focos estaban puestos en figuras destacadas como los halterófilos Keydomar Vallenilla y Julio Mayora, y el equipo de esgrima en modalidad de espada masculino. Sin embargo, la ausencia de la estrella del atletismo, Yulimar Rojas, debido a una lesión, fue el primer indicio de que las cosas no marcharían como se esperaba.

La sequía de medallas en París rompió una racha de 24 años y dejó en evidencia la precaria situación en la que se encuentran los atletas venezolanos. La falta de apoyo gubernamental y la escasez de recursos para la preparación de la delegación fueron factores determinantes en este resultado. En un evento donde varias naciones latinoamericanas y del mundo celebraron su regreso al podio, y otras tantas alcanzaron sus primeras medallas olímpicas, Venezuela se quedó con las manos vacías, sumando solo siete diplomas olímpicos.

En Sudamérica solo Suriname, Guyana, Paraguay, Bolivia y Uruguay se sumaron a Venezuela como las delegaciones que se marcharon a casa con las manos vacías.

EFE

 

Entre los atletas que estuvieron más cerca de obtener una presea se encuentra Raiber Rodríguez, quien llegó hasta la final por la medalla de bronce en la lucha grecorromana, pero cayó ante el norcoreano Ri Se-ung. Similar fue el destino de Anyelin Venegas en halterofilia, quien quedó a solo 5 kilos del bronce en la categoría de 59 kg. Otros competidores, como los esgrimistas Francisco y Rubén Limardo, fueron eliminados en las primeras rondas, poniendo fin a las esperanzas de medalla en sus disciplinas.

El chavismo, en lugar de asumir su responsabilidad, mantiene un silencio sepulcral sobre la situación. La falta de inversión en el deporte, la inadecuada infraestructura y la escasa preparación que recibieron los atletas quedaron en evidencia en los resultados de París. A diferencia de otros países de la región, que incrementaron sus esfuerzos para apoyar a sus deportistas, Venezuela parece haber dado un paso atrás, condenando a su delegación a competir en desventaja.

Aunque resulta tediosa la comparación, el contraste con los Juegos de Tokio 2020 es evidencia suficiente. En aquella ocasión, Venezuela celebró con orgullo cuatro medallas, incluyendo la histórica presea dorada de Rojas en salto triple. Ahora, sin embargo, la realidad es distinta. La ausencia de figuras clave, combinada con una gestión deportiva ineficaz, resultó en uno de los peores desempeños olímpicos en la historia reciente del país.

Este descalabro no solo afecta a los atletas que continúan dedicando años de esfuerzo para representar al país en el escenario más grande del deporte, sino que también pone en entredicho el futuro del deporte venezolano. La falta de medallas en París es un llamado de atención urgente para las autoridades, que deben replantear su estrategia y compromiso con los deportistas si desean recuperar el prestigio perdido, y dejar a un lado las falsas promesas.

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