Los enigmas que rodearon a la muerte de Guy Williams, El Zorro: el arma que fue disparada y el odio del tío de una fan

Los enigmas que rodearon a la muerte de Guy Williams, El Zorro: el arma que fue disparada y el odio del tío de una fan

Guy Williams en La Biela, en Buenos Aires

 

“Siempre tuve dudas acerca de si la muerte de Guy Williams, El Zorro, fue natural o lo mataron. Investigué mucho y todas esas incógnitas las planteo en mi libro”, explica de entrada Alejandro Amaro a Infobae, mientras describe su historia como músico que llegó a hacerse muy cercano nada menos que a Pappo, ya que éste le dio su primera oportunidad hace treinta años en Mar del Plata como telonero… También es dibujante, pintor, y ahora biógrafo de uno de los primeros superhéroes de ficción que llegaron a través de la televisión.

Por infobae.com





Amaro cuenta que de chico lo admiraba, que era un fanático de la serie, y que la primera vez que lo pudo ver en vivo fue en Mar de Plata, durante el verano de 1977/78, cuando él era un pibe y Guy trabajó en el circo Real Madrid secundado por el actor y esgrimista Fernando Lúpiz, con quien con el tiempo generaría una gran amistad y terminarían presentando hasta la actualidad el show que bautizaron “El Zorro entre nosotros” y con el que siguen recorriendo la Argentina.

Un espectáculo increíble, como una especie de museo itinerante en el que además de mostrar en detalle la vestimenta del personaje con su antifaz, su sombrero, su capa y su espada, juntos describen detalle por detalle su visita por el país, con videos y fotos inéditas, mientras Fernando brinda una exhibición de esgrima y Alejandro una clase magistral con dibujos del ídolo enmascarado.

Enseguida vuelve el recuerdo del día trágico, aquel 30 de abril de 1989 cuando Guy murió, aunque fue hallado en el departamento que alquilaba en Ayacuccho 1964 2° piso, departamento B, recién el 6 de mayo a las 21 horas –según dicta el parte policial- porque los vecinos además de notar su ausencia, advirtieron junto al encargado del edificio en el que vivía un olor muy fuerte, y entonces dieron aviso a la policía.

Amaro apela a su memoria, sus apuntes, revisa su cuenta de Instagram @arte.amaro, y da más detalles: “Es verdad que lo encontraron muerto varios días después. Estaba solo. Algunos pormenores no se pudieron determinar, la investigación quedó inconclusa y nadie se preocupó por continuarla. El estado del cuerpo era putrefacto, en tan malas condiciones que no pudieron analizar sus huellas digitales, ya no las tenía. Pero eso no es todo….”

Alejandro hace una pausa y luego brinda información pesada que nunca trascendió y se leerá en su libro La historia secreta del Zorro en Argentina. “Estaba caído en su habitación, junto a su cama. Se estaba cambiando y llegó a ponerse algunas ropas. Intentó hacer un llamado y no pudo. Allí hallaron su revólver, un Colt calibre 38 Special con cinco cartuchos en lugar de los seis que alojaba su tambor. Aparte de que se determinó que faltaba uno, también se comprobó que el arma había sido disparada. Pero ante la ausencia de pruebas directas y como no existieron indicios de que su departamento hubiera sido violentado para ingresar, ni que estuvo otra persona más que él, no se terminó investigando a nadie. Pero es un punto que quedó abierto y que no se resolvió. ¿Y si él le abrió la puerta a alguien?”.

El biógrafo rememora que por esos días se hablaba acerca de si lo habían matado. Eso le quedó grabado hasta hoy: “Fernando Lúpiz y Patricia Goodlife, una de sus parejas, se preguntaban si le podían haber colocado una pastilla de sal como para asesinarlo porque él había padecido un ACV. Hubiese sido difícil porque lo habría advertido debido a que se acostumbró y comía todo sin ningún tipo de condimento además de ser diabético”.

Hay más, ya que según cuenta Amaro, Guy Williams venía siendo acosado: “Desde hacía un par de años lo asediaba una fan francesa, una persona a la que no voy a nombrar preservando su identidad por respeto, ya que con el tiempo desarrolló un problema psiquiátrico y hoy no está en condiciones mentales de enfrentar ninguna hipótesis. Recuerdo que estaba obsesionada, vino de Europa un par de veces y se le apareció en la casa, persiguiéndolo y buscando tener algo con él, aunque no lo consiguió, porque en ese sentido Guy era bastante ubicado. Recuerdo que sospeché porque ella tenía un tío que vivía en Argentina y por alguna razón lo odiaba de una forma exagerada. Todo eso después de la muerte de Guy para mí tuvo un peso, eran puntas a analizar pero nadie quiso hacerlo. Se repetía que no tenían elementos suficientes para ponerse a investigar, entonces aceptaron su muerte y la vida siguió su curso”.

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