Cámara corporal de la policía captó momento en que venezolano baleó a dos oficiales en Nueva York

Cámara corporal de la policía captó momento en que venezolano baleó a dos oficiales en Nueva York

El acusado de disparar, Bernardo Castro Mata, de 19 años, es sospechoso de ser parte de una pandilla venezolana. Robert Mecea

 

Las imágenes de la cámara corporal del Departamento de Policía de Nueva York capturaron el escalofriante momento en que dos policías “heroicos” fueron baleados por un migrante venezolano, incluso cuando uno de los oficiales heridos le dijo frenéticamente a su compañero: “Me dispararon, me dispararon”.

Por New York Post





“Vimos el video, el video de la cámara corporal, cuando estábamos dentro del hospital anoche, y [las imágenes] me provocaron escalofríos por todo el cuerpo”, dijo el subcomisionado de operaciones de la policía de Nueva York, Kaz Daughtry, durante una entrevista. con WPIX-TV el martes.

Los agentes de policía Richard Yarusso y Christopher Abreu, ambos de 26 años, fueron baleados por Bernardo Castro Mata, un migrante venezolano que huía de una parada, en Queens la madrugada del lunes, aseguraron las autoridades.

El oficial de policía de Nueva York Richard Yarusso empuja a su compañero policía herido Christopher Abreu fuera de un hospital de Queens el lunes, entre aplausos de la multitud. Robert Mecea

 

“Cuando a Yarusso le disparan en el pecho, llega su compañero. Su compañero recibe un disparo en la pierna”, relató Daughtry, refiriéndose al video.

“Finalmente pudieron esposar a [Mata]. Y [Yarusso] dice: ‘Me dispararon, me dispararon’, y [Abreu] dice: ‘¿Dónde te dispararon?'”.

Yarusso, que llevaba un chaleco antibalas, “dice: ‘En mi pecho, pero estoy bien. Estoy bien.’ Y le pone un torniquete al oficial Abreu”, dijo Daughtry.

“Inmediatamente, desvió la atención de sí mismo después de recibir un disparo en el pecho, y está ordenando a sus compañeros de equipo que le pongan el torniquete a su compañero y luego les dice a sus otros compañeros que esposen [a Mata]”.

Lea más en New York Post