Tuvo sexo con un alumno de 16 años para que matara a su marido: el caso que sacudió a EEUU

Tuvo sexo con un alumno de 16 años para que matara a su marido: el caso que sacudió a EEUU

Foto: Archivo

 

Parecía sólo un caso más. Como tantos, seguramente había sido un crimen durante un robo. Es cierto: la casa estaba desordenada, los cajones abiertos y faltaban algunos objetos pequeños, nada de gran valor.

Por Clarín

Sin embargo, detrás de ese cadáver se escondía una historia más sórdida, un insospechado entramado de lujuria, ambición y traición familiar.

Su nombre era Gregory Smart y estaba muerto.

Lo que ocurrió en ese condominio del 4E de Misty Morning Drive en Derry, New Hampshire, en la noche del 1 de mayo de 1991 reveló la frialdad de su esposa, una mujer que prefirió el dinero al amor.

Esta es una historia de sexo y manipulación; la historia de un crimen que estuvo muy lejos de ser perfecto.

Ambiciosa y cruel: quién era Pamela Ann Wojas

Pamela Ann Wojas nació en Windham, New Hampshire, el 16 de agosto de 1967. Todos la conocen como Pamela Smart. Creció en Miami en una familia tradicional conformada por sus padres John -piloto de una línea aérea- y Linda, sus hermanos Elizabeth -la mayor- y John, el menor.

Cuando ella cumplió 13 años, la familia decidió volver a New Hampshire. Allí, en Canobie Lake, el sol y las playas de su infancia se transformaron en montañas y frío. Lo que no cambió fue su personalidad extrovertida: en la secundaria fue animadora, porrista y una alumna más voluntariosa que brillante.

Siempre quiso ser periodista. Soñaba con ser una estrella de las noticias, una Barbara Walters del siglo XXI. Por eso, al terminar secundaria Pinkerton, ingresó a la Universidad Estatal de Florida para estudiar Comunicaciones.

Como lo hacía en todas las Navidades, en 1986 Pamela regresó a Canobie Lake para compartir las fiestas con los suyos. Pero esta vez fue diferente. Durante una celebración de fin de año conoció a Gregory Smart, el hombre que marcó un antes y un después en su vida.

Pamela Smart junto a Billy Flynn, su alumno de 16 años.

 

Todo fue rápido. Se enamoraron a primera vista, se comprometieron a los pocos meses y el 8 de mayo de 1989 se casaron. Ella tenía 22, él dos años más. Fue una boda de encanto, lucían radiantes y felices.

Después de la luna de miel, la pareja se mudó a Florida para que Pamela pudiera cursar su último año de universidad. Además, la joven conducía un programa de radio que -con más de causalidad que casualidad- se llamaba “Locura mental”.

De nuevo en New Hampshire, Pam consiguió un puesto como directora de medios y responsable de nuevas historias y videos para un grupo de colegios locales.

Gregory volvió a trabajar con su padre como agente de seguros. Todo funcionaba de maravillas. Adoptaron a Halen -un perro que llevaba el nombre de la banda favorita de ambos, Van Halen- y se mudaron a un coqueto condominio.

Una crónica de pasiones prohibidas

Nunca supieron por qué ni pudieron determinar con precisión el momento en el que todo comenzó a desbarrancarse. Lo cierto es que al poco tiempo la pareja empezó a tener problemas.

Según Pamela, cuando apenas rozaban los siete meses de matrimonio Gregg le confesó que había tenido sexo con otra mujer durante un viaje de trabajo. Nunca se comprobó. Pero ella siempre lo usó como excusa para justificar lo injustificable: inició una relación con uno de sus alumnos.

Se nombre es William Flynn. Todos lo llamaban -y aún lo llaman- “Billy”. En ese momento tenía 16 años, la melena larga y desprolija, y todo por conocer. En especial, en el amor.

Lea más en Clarín

 

 

Exit mobile version