Justicia de transición: ¿Impunidad disfrazada o instrumento de paz?, por @ArmandoMartini

Justicia de transición: ¿Impunidad disfrazada o instrumento de paz?, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

En las sociedades que emergen de conflictos violentos o regímenes autoritarios, la justicia de transición, -sin ser un concepto único y monolítico-, se presenta como una ocurrencia que procura sanar heridas y construir futuro. Su objetivo: promover la paz, reconciliar y solventar deudas con la sociedad. Pero, ¿será idóneo para eludir la venganza y garantizar la no impunidad?

Existen variados enfoques y modelos que comparten elementos comunes como: medidas políticas, legales y sociales destinadas a investigar violaciones a los Derechos Humanos consumados durante el conflicto o etapa de represión. Busca establecer la verdad sobre lo sucedido y se obliga a rendir cuentas en procesos civiles y penales, reclamando el daño causado a las víctimas e iniciando la causa para la reconciliación entre los enfrentados.

El enjuiciamiento a los responsables por crímenes de guerra, lesa humanidad, genocidios, torturas, fallecidos en custodia, desapariciones forzadas, violación al derecho de la defensa y un juicio justo, trasgresiones a la dignidad y ofensas a la integridad, entre otros delitos, hace imperativo castigar para disuadir futuros atropellos y establecer un precedente con reformas institucionales, previendo arbitrariedades en tiempos por venir. De allí, la importancia de documentar las atrocidades cometidas para ser juzgadas.





El país tiene derecho a conocer la verdad y memoria de los martirizados. Recibir compensaciones materiales y simbólicas por el daño sufrido, atención jurídica, médica, rehabilitación física y psicológica, restitución de bienes, tierras, propiedades o reconocimiento público del sufrimiento. La evocación histórica es trascendental para recordar a las víctimas, mártires, atormentados, sacrificados e inmolados, preservando el recuerdo de lo acaecido a través de monumentos, museos, centros de reminiscencia, educación y programas de sensibilización para ser aprendidas y evitar repeticiones. 

La reconciliación, jamás significa olvidar ni borrar el recuerdo, mucho menos, esperar impunidad. Es construir basado en el respeto mutuo y la convivencia pacífica. Se fomenta a través del diálogo sincero y no complaciente, la participación de la ciudadanía, la búsqueda de soluciones adecuadas y consensuadas. Pero nunca, favoreciendo ni estimulando el sin castigo, la exención e impunidad. 

¿Evita la represalia? La respuesta no es sencilla. La venganza es un acto motivado por el deseo de escarmentar a quien hizo daño inhumano, brutal y desalmado. Puede ser una forma de obtener justicia, pero también un ciclo de violencia que no tiene fin. La justicia de transición, busca romper con el tiempo del agravio, humillación, coacción, deshonra, y si se aborda el tema con formalidad, rigor y severidad sobre las causas profundas del conflicto, se está en la vía correcta para crear condiciones a la deseada reconciliación.

¿Garantía? No hay una contestación definitiva. Es un proceso complejo, severo, que requiere un compromiso solidario de la sociedad. Si se implementa de manera efectiva, puede ser instrumento para prevenir la vendetta y construir un futuro sosegado. Sin embargo, no es la panacea y no siempre es posible evitar el desquite.

¿Impunidad disfrazada? La justicia de transición es difícil de implementar. Por ello, es probable que se imponga la impunidad, debido a la cobardía y falta de probidad política, debilidad institucional y resistencia de los sectores que se beneficiaron del statu quo. El avance es exigente, lento, costoso y parcial. Se ambiciona minimizar el desagravio en un proceso desafiante, pero, en cierta forma forzoso, para recobrarse de lesiones y establecer oportunidades para las próximas generaciones.

Para las sociedades que han sufrido crueldades, atrocidades, injusticias y violaciones; no es la solución perfecta, tampoco lo es la impunidad. Su éxito depende del atrevimiento político, participación de la sociedad civil y compromiso con la verdad, Sin embargo, el único legítimo y auténtico acuerdo, es la justicia imparcial, digna y decorosa que imposibilite impunidades.

¿Es posible? No siempre es viable implementarla de manera completa y efectiva, si la crueldad y vileza han sido exorbitantes. Una serie de factores conspiran, la comodidad cohabitadora, escasez de recursos y la conveniente fragilidad del Estado cómplice. Sin embargo, en situaciones extremas y como último trámite, la justicia internacional está en el deber humanitario de tomar providencias para abordar las violaciones a los Derechos Humanos.

@ArmandoMartini