Gerardo Lucas | Sheila Salazar: Carlos Duarte, la pasión por el arte y la historia

Gerardo Lucas | Sheila Salazar: Carlos Duarte, la pasión por el arte y la historia

El pasado 6 de febrero falleció en Caracas Carlos Federico Duarte Gaillard, historiador y destacado curador. En muy difícil encontrar a alguien ligado al arte o a la historia que no conozca al menos parte de su profusa obra. 

Carlos Duarte nace en Caracas 1939. Después de estudiar en la Escuela de Artes Plásticas ingresa como pasante al Museo de Bellas Artes, donde, bajo la tutela de restauradora Renata Schneider, se inicia en el aprendizaje de la restauración de obras de arte. Luego viaja a Londres, y en la National Gallery continuó formándose en esa área, básicamente en la restauración de pinturas, y de allí al Victoria and Albert Museum, donde estuvo en contacto con otros talleres; de textiles, herrería, porcelana, entre otros.  

En 1965 toma a cargo el departamento de restauración del Museo de Bellas Artes, recomendado por la propia Schneider. A partir de 1978, asume la dirección del Museo de Arte Colonial Quinta Anauco, institución a la que le dedicó gran parte se su vida hasta la fecha de su deceso. Durante ese tiempo participaba personalmente en las restauraciones de retablos, muebles, cerámicas, textiles… que forman parte de la colección, en una labor incansable. Sobre este patrimonio afirmó: “El objetivo del Museo de Arte Colonial es ese, crear un sentido de nacionalismo, volcar los ojos a lo que somos, a lo que hicimos, lo que queremos ser, proyectar hacia adelante. Esa es la razón por la cual se preservan las obras”. 





Se dedicó con ahínco al estudio del arte en el periodo colonial; la pintura, la arquitectura, la cerámica, la platería, el mobiliario. Los frutos de estas investigaciones están en sus más cuarenta publicaciones, fue pionero en Venezuela en el abordaje de algunos estudios como en su obra El Arte de Tomar el Chocolate. Historia del coco chocolatero en Venezuela. Caracas, Chocolates El Rey. 2005; en ella explica el uso en la Venezuela colonial del coco chocolatero para degustar el chocolate, que era una especie de copa que se elaboraba con la concha del coco pulida y finamente trabajada con decoraciones talladas y acabados de orfebrería en plata. Otro aporte importante es su Historia del traje durante la época colonial venezolana, Caracas, Armitano, 1984, donde revela aspectos desconocidos sobre el tema, como la falsa creencia de que el traje de origen europeo de ese período, solo era usado por una minoría pudiente, cuando en realidad su uso se extendió hacia los otros estratos de la sociedad, como los pardos, quienes vestían de acuerdo con esa moda, aunque con menos lujo.  

 Produjo un trabajo sobre un artista emblemático del siglo XVIII venezolano: Juan Pedro López, maestro de pintor, escultor y dorador, 1724-1787, editado por la Galería de Arte nacional, 1996, en el que desarrolla la vida y obra de este maestro del barroquismo nacido en Caracas en 1724, de padres canarios, quien desarrollaría una importante obra a lo largo los treinta y cinco años que se mantuvo activo. Destacan pinturas, esculturas y otros trabajos de dorados, la mayoría de los cuales, de carácter religioso, muchos encargos hechos para la iglesia.  Parte de su producción se puede admirar en la Iglesia de San Francisco, en la Catedral de Caracas, en el Palacio Arzobispal, en el Consejo Municipal, otras forman parte de la colección de la Galería de Arte Nacional, además de las que pertenecen a colecciones particulares.  

Un pintor del siglo XIX, también fue objeto de su estudio, se trata de un inglés avecindado en Caracas, quien desde 1836 permanece en el país hasta la fecha de su muerte, Lewis Brian Adams, Retratista del Romanticismo paecista, Caracas, Galería de Arte Nacional, 1997, quien inmortalizó a varias personalidades de la vida pública venezolana, incluyendo a José Antonio Páez, a María Antonia Bolívar y Palacios, hermana de Simón Bolívar, así como a diferentes miembros de la sociedad de la época. Adams fallece en Caracas en 1853, y es enterrado en el cementerio ingles de la ciudad. Duarte lo calificó como el pintor más sobresaliente de la primera mitad del siglo XIX.   

También se ocupó de los oficios, publicó, entre otros trabajos, Domingo de Gutiérrez el maestro de rococó en Venezuela, Equinoccio/USB, 1977, donde comprueba que, desde la fundación de la ciudad de Caracas varios profesionales de la construcción se habían establecido acá, como tallistas, ebanistas, alarifes, las obras por ellos construidas se ceñían al estilo barroco español, será Guillermo Gutiérrez quien introduzca el estilo rococó en esta provincia, rompiendo con lo hasta entonces se acostumbraba.  

En esa misma línea están sus trabajos: El orfebre?Pedro Ignacio Ramos, 1974, su Historia de la herrería en Venezuela. Período hispánico. 2007, Grandes carpinteros del período hispánico venezolano. 2004, entre otros títulos 

Entre sus muchas obras no podemos dejar de mencionar su detallado estudio sobre La vida cotidiana en Venezuela durante los Siglos XVII, XVIII y comienzos del siglo XIX (2 tomos), 2001. 

Conocí a Duarte en los años ochenta cuando escribía sobre las Artes y Oficios en Venezuela. Desde ese momento encontré a un hombre excepcional que con humildad sencillez se dedicó a rescatar el legado histórico, de un tema, el arte colonial de Venezuela. 

Sin lugar a duda el legado y el aporte de Carlos Duarte es innegable, pensamos que, contribuir a divulgar su trabajo, es una de las mejores maneras en la que podemos rendirle homenaje.