El matrimonio que denunció un secuestro realizado por extraterrestres: humanoides, hipnosis y recuerdos falsos

El matrimonio que denunció un secuestro realizado por extraterrestres: humanoides, hipnosis y recuerdos falsos

Barney y Betty Hill, que afirman haber sido abducidos por extraterrestres, sostienen un libro escrito sobre su experiencia. Ocurrió la noche del 19 de septiembre de 1961 en Lincoln, New Hampshire

 

En septiembre de 1961, Steven Spielberg ni siquiera imaginaba que quince años después filmaría Encuentros cercanos del tercer tipo, que sería una de las películas más taquilleras de la historia de cine, ni Betty y Barney Hill se habían detenido a pensar nunca en el fenómeno OVNI.

Por infobae.com





Años antes habían leído en los diarios algunas historias sobre Roswell y sus supuestos extraterrestres, pero no les dieron mayor importancia. Betty y Barney tenían otros intereses, mucho más terrenales: eran un matrimonio interracial -algo poco común en los Estados Unidos de esos tiempos- y tenían una fuerte participación en la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP).

Betty, una trabajadora social blanca, y Barney, empleado del correo estadounidense descendiente de etíopes, eran también dos vecinos respetados en la ciudad de Portsmouth, del Estado de New Hampshire, donde vivían, asistían puntualmente a la iglesia y desarrollaban una intensa actividad comunitaria.

Barney, además, era desde ese mismo año miembro de la Comisión de Estados Unidos sobre Derechos Civiles.

Por todo eso, las vacaciones eran algo importante para Betty y Barney. Para estar más tranquilos, esperaron que terminara la semana alta y a fines de agosto emprendieron un viaje en auto que los llevó por las provincias de Ontario y Quebec, en Canadá, y después por diferentes lugares del interior del Estado de Nueva York.

La noche del 19 de septiembre volvían hacia Portsmouth en su Chevrolet Bel Air modelo 1957 por la ruta 3, que atraviesa las Montañas Blancas de New Hampshire, cuando ocurrió el hecho que cambió para siempre sus vidas.

Un punto brillante

Dentro del auto, Barney, Betty y su perrita Delsey viajaban con tranquilidad. Según su relato, era tarde en la noche y no había casi nadie en la ruta cuando, a la altura del pueblo de Groverton, vieron un punto brillante en el cielo.

Primero pensaron que era una estrella fugaz, pero su movimiento era muy extraño: en lugar de caer, pareció subir en el cielo hasta detenerse cerca de donde se veía la Luna, que estaba en cuarto creciente.

Betty le dijo a Barney que tal vez fuera un satélite artificial -esos artilugios que el país estaba lanzando al espacio desde hacía unos pocos años- y le pidió a Barney que parara a un costado de la ruta para poder verlo mejor y, de paso, dejar que Delsey hiciera sus necesidades.

Bajaron los tres del auto, Betty con unos largavistas que había comprado hacía poco y Barney con una pistola que siempre llevaba. No temía que lo asaltaran en la soledad de la ruta, pero sabía que por esos parajes solían aparecer osos.

Mirando con el largavista, Betty siguió el recorrido del punto, que volvió a moverse y a emitir luces centelleantes de diferentes colores. Barney, que estaba vigilando a Delsey, no le prestó mayor atención y le dijo que tal vez fuera un avión común y corriente.

Volvieron al auto y, avanzando a poca velocidad, siguieron la luz, que a su vez parecía seguirlos a ellos. Por momentos quedaba oculta detrás de los picos de las montañas, pero después reaparecía, cada vez más cerca. En un momento, les pareció que el objeto -suponían que había algo que emitía la luz- pareció aterrizar sobre la montaña Canon, pero despegó de pronto y se acercó al auto rápidamente.

Humanoides en una nave

Estaban a poco más de un kilómetro de Indian Head, un pequeño pueblo, cuando lo que había sido un punto luminoso descendió hasta unos 20 ó 25 metros sobre el auto. Asustado, Barney frenó, casi enceguecido por la luz que llenaba todo el campo de visión del parabrisas.

Algo los hizo bajar del auto y Barney enfocó el largavista en el objeto que emitía la luz. Vio una nave en forma de disco con ventanillas, a través de las cuales divisó entre ocho y once seres de forma humanoide que los miraban a ellos.

Barney creyó ver que esos seres empezaban a manipular un tablero con instrumentos, mientras uno de ellos, que seguía mirándolos desde la ventana de la nave, le dio una orden que supuso telepática: “Quedate donde estás y seguí mirando”, sintió que le decía.

Barney y Betty, petrificados, vieron cómo la nave se acercaba todavía más, hasta ponerse unos 15 metros sobre sus cabezas. No supieron tampoco cómo reaccionaron, pero como si se hubieran puesto de acuerdo, los dos corrieron hasta el auto. Después, Barney recordaría que le gritó a Betty: “¡Nos van a capturar!”.

Salieron disparados en el auto, mientras el objeto -o la nave- seguía sobre ellos hasta que desapareció.

Entonces escucharon una serie de sonidos mecánicos que hicieron vibrar el auto y después otros que parecían ser “bips”. Después, nada.

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