El drama de un trabajador de Sidor que se enfermó y fue dejado a la deriva

El drama de un trabajador de Sidor que se enfermó y fue dejado a la deriva

El drama de un trabajador de Sidor que se enfermó y fue dejado a la deriva

 

 

 





 

La pesadilla tiene varios años. La lucha cada vez se ha hecho más difícil. Los recursos se van acabando y las deudas han aumentado. No habló él, lo hizo su esposa, Merlins Martínez, que ha tenido que sacar fuerzas para atender la casa, a sus hijas, a su esposo y también luchar contra la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) Alfredo Maneiro de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG).

Pableysa Ostos // Corresponsalía lapatilla.com

José Rodríguez tiene 57 años, de los cuales 36 se los ha dedicado a Sidor. Desde hace 4 años es paciente de hemodiálisis, es decir, recibe un tipo de diálisis en la que se filtra la sangre fuera del cuerpo con una máquina y un dializador, un filtro que actúa como un riñón artificial.

Su esposa relata que tras cerrar la unidad de diálisis que funcionaba en la clínica Ceciamb en Puerto Ordaz, al sur del país, tuvieron que trasladarse a la que está funcionando en la carrera El Callao, Unidad de Nefrología (Uninef), donde él se descompensó.

“Yo pedí cambio para San Juan de los Morros en el estado Guárico”, a unos 645 km de Ciudad Guayana. Allá tiene unos 3 años, y es a raíz de esta situación que su lucha empieza.

Martínez destaca que desde que su esposo dejó el estado Bolívar, “el HCM de Sidor le niega su apoyo para recibir el tratamiento mensual y pone mil trabas. Él tiene 3 hijos, de 30 años, 22 años y un niño de 9 años”.

“Desde 2018 hasta la fecha han sido colocados muchos trabajadores en condición de no requeridos. A algunos por la pandemia los mandaron para su casa, pero tras culminar la pandemia, no los llamaron nuevamente. Esos compañeros le dan el 30 % de su salario y, aparte de eso, le quitaron el beneficio de la bolsa. Hay otros compañeros que los sacaron por botas (no había un par de botas para darles) y los mandaron para su casa hasta que la empresa les diera la indumentaria requerida para estar en dicha área de seguridad. Luego llegaron las botas y no los llamaron”, comentó un dirigente sindical.

Más de 500 trabajadores de las distintas empresas básicas pertenecientes a la CVG estarían bajo la condición de personal activo, no requerido.

“Mi esposo solo recibe una parte del sueldo. No recibí ningún otro beneficio, como la bolsa de comida, proteínas, etc. Mensualmente cobra unos 900 bolívares quincenales, más el bono de guerra y los 1.000 bolívares de cesta tickets”, comentó la mujer.

Piden ayuda

Martínez sumó que “el señor Rodulfo Bray niega ayudarnos con estudios médicos por estar fuera de la zona. El 23 de agosto mi esposo tuvo paro cardíaco y respiratorio, tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Sidor no nos ha apoyado ni con una aspirina”.

Admite que para costear parte de los gastos de su esposo han tenido que pedir dinero prestado.

“Tenemos que llevarlo a un cardiólogo privado y a un nefrólogo. Y el HCM se niega a apoyar. Estando en Ciudad Guayana solo contó con la diálisis por el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss)”.

“Porque la diálisis allá en la unidad ubicada en el centro de Puerto Ordaz, duraba 2 horas 30 minutos, y él tenía derrame pleural y pericárdico y una hemoglobina baja. Y la diálisis debe durar 3 horas 40 minutos”, explicó.

Asegura que desde que están en Guárico, su esposo ha podido cumplir con las horas correspondientes a su tratamiento, pero también deja un dato preocupante. “De hecho, todos los de su grupo murieron allá (Puerto Ordaz) por mala diálisis”.

Precariedad

Dijo que hace unas semanas tuvieron que cancelar 60 dólares en la consulta con un cirujano de tórax y 30 dólares por un estudio.

“Debo llevarle a un cardiólogo y debo pagar la consulta. Debo hacer un ecocardiograma y debo pagar el estudio”.

“Debo llevar a un nefrólogo y tengo que hacerle unos estudios y tengo que pagar una consulta privada. O sea, más todo lo que he gastado comprando todo su tratamiento, porque toma como seis medicamentos para la tensión, y de hecho por haber tomado medicamentos de la India, fue que hizo ese paro cardíaco y esa disparada de la tensión, porque esos medicamentos fueron los que le dispararon la tensión y se la descontrolaron. Él no puede tomar ningún medicamento de la India”, explicó la esposa del trabajador de Sidor.

Ni lavan ni prestan la batea

Admite que debe moverlo en silla de ruedas, la cual es hasta prestada, porque su esposo está muy débil.

“HCM me llama y me dice, señora, nosotros allá no tenemos proveedores, nuestros proveedores están acá. Yo pienso que si tú vas a ayudar a una persona que está viva y está luchando por vivir, aquí hay farmacólogos, aquí hay muchas farmacias nacionales, ellos pudieran costear el medicamento, recibir la factura y justificar la entrega del medicamento. No, ellos me dicen, venga para acá, yo no puedo dejar al paciente solo, como su esposa, venga para acá, traiga los papeles, trámite, porque son 12 horas para yo llegar allá. Me cuesta más el pasaje para trasladarme hasta allá de lo que él cobra. ¿De dónde saco el dinero para llegar al estado Bolívar si él está dentro del mismo país? Está a 12 horas del estado. ¿Por qué las trabas? ¿Por qué las excusas? ¿Por qué la negligencia del señor Bray como gerente o como director del HCM? Y eso me indigna, me da tristeza, me da impotencia, me da rabia, me da muchas cosas”, añadió.

Desde enero, Martínez está buscando apoyo. Pidieron unas ampollas, le solicitaron el presupuesto y nada.

“Fuimos al Hospital de Clínicas Caracas, fuimos a un retinólogo, pagamos la consulta, nos dieron el presupuesto. Nos dijo, no, tiene que ser un banco del Estado. Fuimos a San Juan de los Morros, pagamos una consulta, lo vio otro oftalmólogo, nos dio el presupuesto, nos dio una cuenta de un banco del Estado. Pues el señor se negó y después de haberse comprometido. O sea, esa es la primera ayuda del año”.

“Después, como en marzo, abril, le dije, cónchale, mi esposo necesita el tratamiento de la atención. Le envié por WhatsApp las cosas. No, o sea, yo no me puedo mover, yo estoy cuidándolo, yo soy su apoyo, su bastón, la que corre, la que lo está atendiendo como su esposa. Entonces, yo no me puedo llegar hasta allá, hasta el estado de Bolívar, y dejarlo ahí, sintiéndose mal, en un estado bastante delicado, para ir a llevarle un papel a ellos. ¿Cuándo se puede hacer? Por correo, se puede hacer por WhatsApp, yo les puedo hacer el envío directo a la oficina y ellos me ponen las trabas y me siguen poniendo las trabas”, puntualizó Martinez.