Foto: Pablo Martinka / New York Post
La Policía de Nueva York, Estados Unidos, sigue al pie de la letra las órdenes del alcalde Eric Adams, quien desde el año pasado ha emprendido una severa campaña para reducir el uso de motocicletas no aprobadas por las leyes locales y que suelen estar en manos de venezolanos recién llegados tras cruzar irregularmente el Río Bravo.
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Recientes grabaciones retrataron el momento en que comisiones policiales incautaron varias motocicletas y las abordaban sobre un camión a la vista de sus dueños, cuyo acento y modismos los delataban como venezolanos.
“¿Cómo vamos a pasar esta vaina?”, se quejaba uno.
“Mano, se llevaron la placa, mano”, se excusaba otro criollo sobre las condiciones de su vehículo.
“¡Mira, mano, se están llevando la moto… y que no tiene papeles!”, advierte uno más a su paisano.
En las últimas semanas las calles de “La Gran Manzana” siguen invadidas por tales vehículos. Son comunes las “motopiruetas” a la vista de todos.
Al respecto, Adams había comentado ante la prensa el año pasado: “La policía de Nueva York escuchó el llamado e hizo una tarea hercúlea para deshacerse de estas motos y vehículos todo terreno ruidosos, intimidantes, peligrosos e ilegales que están en nuestras calles”.
El alcalde de Nueva York insistió en que “no voy a renunciar a mi promesa y compromiso de librar a nuestras calles de estas motocicletas y hacer de todos nuestros condados un lugar donde la gente pueda moverse”.
Según fuentes consultadas por New York Post, las autoridades locales han destruido alrededor de un millar de motocicletas, cuyos restos son usados luego como material de reciclaje.
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