El parte médico y los detalles desconocidos tras la muerte de Orlando Pelayo

El parte médico y los detalles desconocidos tras la muerte de Orlando Pelayo

Un médico intensivista de Valledupar fue el que anunció la muerte del condenado asesino Orlando Pelayo Rincón. Fue más o menos a eso de las 2 y 50 de la tarde del pasado viernes, hora en la que un dragoneante del Inpec escuchó que la persona a la que custodiaba se había muerto.

Por eltiempo.com





Orlando Pelayo fue el responsable del homicidio de su propio hijo, Luis Santiago, un bebé de 11 meses que fue secuestrado y luego asesinado el 26 de septiembre del 2008. Por ese hecho, el condenado fue a pagar su pena de 58 años a la cárcel de mediana y alta seguridad La Tramacúa, ubicada a las afueras de Valledupar, Cesar.

Sobre el motivo de su muerte, EL TIEMPO habló con el director de la cárcel, el capitán de prisiones Jaider Ospino Castillo, quien llegó al cargo hace cuatro meses y reveló que Pelayo sufrió un paro cardiorespitatorio condicionado a una falla multiorgánica, por una afectación de salud que ya venía aquejándolo desde hace unos días.

De hecho, el 10 de abril dragoneantes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) tuvieron que llevarlo al Hospital Rosario Pumarejo de López para que lo atendieran, con los antecedentes de una diabetes por la cual era tratado. Para su custodia, el Inpec le asignó la compañía de un dragoneante, que cambiaba de turno cada seis horas.

En el centro médico lo examinaron y lo enviaron a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en la que permaneció hasta el momento de su muerte, la cual dejó a Ivonne Lozano, mamá de Luis Santiago, con un vacío porque Pelayo no contó toda la verdad de lo que pasó en el secuestro y homicidio de su hijo.

“La verdad me deja sin palabras porque es un sentimiento de frustración, de rabia y tristeza, porque se fue con la verdad en la boca, o sea, él nunca quiso decir la verdad (…) Que Dios lo juzgue. Yo lo único que puedo decir es que lo siento por la familia, porque pues igual familia es familia y por más malo que haya sido el tipo, es un dolor para la familia”, dijo Lozano.

Este diario paralelamente conoció que en un oficio quedó plasmado el paso a paso que siguieron las autoridades una vez se supo del “deceso de la persona privada de la libertad”. En el papel está que el reporte de la muerte de Pelayo lo dio un especialista de apellido Castillo, médico que estaba de turno en la tarde del viernes.

El día 21 de abril aproximadamente a eso de las 2 y 50 de la tarde, la unidad de guardia que se encuentra de servicio en el hospital, bajo la custodia del señor Pelayo Rincón Orlando, pues cuando fallece, hace su informe, su llamada, su línea de mando”, contó  por su parte el director de La Tramacua.

Una vez enterado, el agente encargado de la custodia del interno –condenado por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia-, llamó al celular del inspector a cargo, de apellido Márquez. Él fue quien a su vez le contó a un teniente responsable de la Policía Judicial de la cárcel de máxima seguridad, quien gestionó para que se adelantaran los trámites pertinentes por la muerte de Pelayo. Además de ser el que le contó la novedad al capitán Ospino.

“Una vez se tiene conocimiento, en los establecimientos tenemos unas unidades de guardia que tienen funciones de Policía Judicial, encargados de llegar al caso, y pues ellos se comunican con las unidades que estén de turno”, subrayó el director.

Pasó 1 hora con 20 minutos cuando a las 4 y 10 de la tarde aparecieron más funcionarios en el Hospital Rosario Pumarejo de López. Se trató de un agente de apellido González, quien llegó acompañado de cuatro miembros del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), de la Fiscalía General de la Nación.

Fueron ellos quienes empezaron a realizar los actos urgentes con el cuerpo de Orlando Pelayo. “Parte del protocolo era comunicarles a los familiares, una funcionaria del establecimiento les informó. Creo que hoy (domingo) los familiares están haciendo los trámites para el recibo del cuerpo”, dijo el capitán.

El pabellón de Pelayo

Orlando Pelayo Rincón antes de llegar a La Tramacúa el 16 de octubre de 2015 estuvo en la cárcel La Picota, de Bogotá. En la de Valledupar estuvo como interno durante sus últimos años en el pabellón número cinco de alta seguridad, en el cual contó, según el director, con un comportamiento normal, en el que cumplía con sus actividades.

Ese pequeño espacio está ubicado en el piso dos, celda número cuatro, en la cual vivía junto a otro privado de la libertad. En total, en ese patio son 198 los internos que pagan condenas por delitos tan graves como el secuestro y homicidio que cometió Pelayo con su hijo Luis Santiago.

De acuerdo al capitán Ospino, “la celda de Pelayo todavía sigue sin ser ocupada, toda vez que la novedad fue el día viernes, aún no se ha asignado a otro privado de la libertad, se debe hacer una asignación que se llama Junta de Asignación de Pabellones y Celdas, que se dará esta semana, una vez se le dé de baja del sistema”.

Es de destacar que el pabellón cinco es distinto al que alberga a presos como Luis Alfredo Garavito y Rafael Uribe Noguera, también en celdas de alta seguridad tras ser condenados por homicidio y delitos sexuales. En general, en la cárcel de mediana y alta seguridad de La Tramacúa están 1.421 personas privadas de la libertad.