Las Tejerías y El Castaño, dos tragedias marcadas por la discriminación del chavismo

En Las Tejerías reinó la descoordinación de las autoridades, lo que agravó la tragedia

 

Hoy se cumplen dos meses desde que el estado Aragua fue golpeado por dos deslaves ocurridos en dos municipios muy diferentes de la entidad. Un desastre que cambió para siempre la vida de cientos de venezolanos que vivían en esas zonas.

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Al finalizar la tarde del 8 de octubre comenzó la tragedia en Las Tejerías, un pequeño pueblo ubicado en el municipio Santos Michelena, donde la mayoría de los habitantes se trataban como si fueran una familia.

Justamente ese parentesco y cercanía entre los vecinos fue lo que amortiguó el dolor de perder viviendas, negocios, pertenencias y familiares o amigos que murieron por el ímpetu de las aguas de la quebrada El Pato que se desbordó sin contemplación y arrastró toneladas de lodo, debido a las incesantes lluvias que por esos días hubo en la región aragüeña.

Una semana más tarde, el pasado 17 de octubre, la escalofriante escena se repitió, pero esta vez sucedió en El Castaño, un sector privilegiado de la zona norte de Maracay, donde viven profesionales, empresarios, familias pudientes y muchos militares.

Con el desbordamiento de la quebrada Palmarito, el terror y el luto impregnaron los corazones de quienes nunca imaginaron que vivirían los momentos más angustiantes de su existencia.

Dos eventos climatológicos que se convirtieron en una emergencia nacional. El deslave en El Castaño, aunque impresionante, tuvo un menor impacto en cuanto a número de personas afectadas: oficialmente hubo cuatro fallecidos.

En Las Tejerías, un sector con viviendas e infraestructuras más vulnerables, muchas de estas construidas en la ribera de la quebrada, las autoridades registraron 54 muertos. Por la magnitud del evento, algunos especialistas estimaron que la cantidad de fallecidos fue mayor y calcularon que pudiera estar cerca de los 200 muertos.

Donaciones que nunca llegaron

 

Los militares impidieron que muchas donaciones llegaran a las personas afectadas por el deslave en Las Tejerías

 

En Las Tejerías, la noche del sábado 8 de octubre desapareció gran parte del pueblo: casas, escuelas, centros de salud, abastos y empresas. Tal fue la gravedad de la situación, que al día siguiente, el domingo 9 de octubre, la vicepresidenta del régimen chavista, Delcy Rodríguez, se trasladó hasta el poblado para evaluar la magnitud del deslave.

Sin embargo, no fue sino hasta dos días después de la tragedia, específicamente en la mañana del lunes 10 de octubre, que comenzaron los trabajos de despeje, remoción de escombros y búsqueda de desaparecidos.

Bomberos, funcionarios de Protección Civil, grupos de rescate, cuerpos policiales, médicos y distintas organizaciones de los estados vecinos se sumaron al despliegue para atender a los tejerieños. Sin embargo, algunos de estos organismos no contaban con los equipos y maquinarias requeridas para atender este tipo de siniestros. Las labores de rescate se ejecutaron literalmente “con las uñas”.

 

En Las Tejerías los grupos de rescate trabajaron “con las uñas”

 

Y aquellos lugares donde no llegaron las autoridades, los mismos habitantes con las palas en mano, comenzaban a remover el barro que tapió sus viviendas, tratando de recuperar lo que fuera de sus pertenencias.

Algunas ONG y venezolanos sensibilizados con la tragedia, iniciaron jornadas de recolección de alimentos, agua, medicinas, ropas, entre otras cosas, para donarlas a los tejerieños afectados por el deslave. Pero esta ayuda, en muchos casos, fue obstaculizada por militares, quienes estaban al mando de las operaciones de rescate, aun cuando no poseen los conocimientos ni la experticia técnica para estas labores.

Por esos días de octubre, se hicieron virales varios videos donde la gente se quejaba de que no tenían agua potable, nada qué comer y que las donaciones estaban siendo recibidas por quienes menos las necesitaban. La descoordinación y la improvisación se impusieron en un momento de emergencia que requería la intervención de técnicos especialistas en gestión de desastres.

El enchufe de ayudar

 

En tiempo récord, las autoridades atendieron la emergencia en El Castaño

 

Sin embargo, en El Castaño otro fue el escenario. Ante el desastre que dejó a su paso la furia de la quebrada Palmarito, en menos de media hora de ocurrido el deslave, ya se habían desplegado funcionarios y autoridades, de acuerdo a las declaraciones de algunos maracayeros que viven en el sector.

De hecho, ese 17 de octubre cuando sucedió el evento climatológico, el mismísimo Nicolás Maduro llegó a El Castaño para ordenar el despliegue de un nuevo frente de trabajo en esta zona.

Pero este nuevo “frente de atención” no estuvo conformado únicamente por funcionarios y organismos públicos. A este equipo humano, también se sumaron empresas privadas.

 

En El Castaño hubo un amplio despliegue de maquinarias para despejar las vías

 

Vecinos agradecidos por la atención recibida por parte de organizaciones y fundaciones, así como de profesionales que ofrecieron sus servicios de manera gratuita, tales como psicólogos, traumatólogos, fisioterapeutas, médicos cirujanos y veterinarios, aseguraron que por ser una zona privilegiada, el abordaje de la tragedia fue distinto al que hubo en Las Tejerías. Hasta se vieron helicópteros rescatando a adultos mayores o personas con discapacidades, desde sus viviendas devastadas.

“Dentro de todo, estamos agradecidos porque muchos de los empresarios y dueños de negocios viven en esta zona y ellos mismos fueron los que pusieron a disposición sus maquinarias y ahí mismo se comenzó a despejar la vía”, dijo una de las afectadas que prefirió mantener el anonimato.

Asimismo, recordó que esa “misma noche” la policía y los bomberos rescataron vía aérea a las personas que quedaron incomunicadas en sus casas y se encontraban en el techo de las mismas.

“Mi vecina fue una de las que se subió al techo, y esa noche los bomberos la rescataron en helicóptero y la llevaron hasta Las Ballenas y ahí la atendieron los médicos. Yo te digo sinceramente, yo tenía miedo de que nos fuera a pasar como en Las Tejerías, pero gracias a Dios estamos privilegiados”, reiteró.

 

En tiempo récord, las autoridades atendieron la emergencia en El Castaño

 

En cuanto a los empresarios involucrados, detalló que algunos sí trabajaron por colaborar, mientras que otros lo hicieron “para que el gobierno les deba un favor”.

“Los primeros días subió bastante gente particular para ayudar con maquinaria, pero cuando venía el alcalde, tú los veías detrás de él buscando la manera de no sé, será conseguir contratos o que les pagara”, cuestionó.

La revolución chavista llegó al poder pregonando que sería un “gobierno del pueblo y para el pueblo”. Ya han transcurrido más de dos décadas y ese eslogan panfletario se lo llevó el viento. La manera cómo se gestionó la emergencia en Las Tejerías y El Castaño es el mejor ejemplo de la profunda desigualdad social que aún prevalece en Venezuela.