La vida oculta de Enzo Ferrari: la esposa, la amante y el amor secreto por la joven viuda de uno de sus pilotos

La vida oculta de Enzo Ferrari: la esposa, la amante y el amor secreto por la joven viuda de uno de sus pilotos

Enzo Ferrari (Getty Images)

 

 

El famoso “Commendatore” de la industria automotriz y las carreras de fórmula 1 murió el 14 de agosto de 1988, hace 34 años. Con un matrimonio de años y una amante con la que había tenido un hijo, mantuvo durante más de dos décadas una relación secreta con la esposa Luigi Musso, muerto en una carrera en 1958. Sólo después de la muerte de Fiamma Breschi, se conocieron las cartas de amor que él le envió

Por infobae.com

“Querida mi futura señora”, solía encabezar Il Commendatore Enzo Ferrari las cartas que durante más de dos décadas le escribió a la joven Fiamma Breschi, viuda de uno de los pilotos preferidos de su escudería y un amor que nunca pudo concretar. Cuando se conocieron esos textos, que fueron rematados en 2017, dos años después de la muerte de la mujer, quedó al descubierto un costado casi desconocido del hombre enérgico y rudo cuyos autos se convirtieron en sinónimo de lujo y diseño exquisito, mientras sus monoplazas de carrera nunca dejaron de ser protagonistas casi excluyentes del competitivo mundo de la Fórmula 1.

Porque el hombre que primero fue piloto y luego diseñador y fabricante de autos –de cuya muerte se cumplen hoy 34 años – tuvo una vida tormentosa y apasionada que siempre quedó en segundo plano, a la sombra de sus logros profesionales.

“Obsesionado por su pasión por construir automóviles, tanto de carrera como los deportivos y lujosísimos de calle célebres en todo el mundo, Ferrari tenía también una debilidad especial por las mujeres bellas y famosas. Las consideraba como el ‘premio’ tras una jornada de trabajo intenso en su fábrica”, escribió en una semblanza de Ferrari el periodista italiano Bruno Passarelli.
Fiamma Breschi

 

Se puede decir que la relación de Ferrari y Fiamma Breschi nació de dos profundos dolores. Cuando la entablaron, en 1958, Il Commendatore estaba viviendo el duelo por la muerte de Dino, su hijo mayor y heredero, que había sucumbido dos años antes luego de sufrir durante décadas una distrofia muscular. Fiamma –actriz y modelo– acababa de perder a su pareja, el piloto de Fórmula 1 Luigi Musso, en un accidente ocurrido durante el Gran Premio de Francia, cuando estaba al volante de uno de los autos de Ferrari. Y estaba al borde del suicidio.

Para entonces, Ferrari mantenía dos relaciones de pareja: una oficial, con su esposa y madre de Dino, Laura Dominica Garello, y otra clandestina con Lina Lardi, madre de su otro hijo, Piero, que llevaba más de una década.

 

Dos mujeres

Ferrari se casó con Laura Garello, hija de una familia aristocrática, en 1923, cuando tenía 25 años. Fue una relación siempre tormentosa, marcada también por el odio mutuo que se profesaban Laura y la madre de Enzo, que ni siquiera se aplacó con el nacimiento de Alfredo, a quien todos llamaron Dino, en 1932.

La alegría por la llegada al mundo de Dino no duró mucho. Cuando el chico tenía apenas tres años, los médicos le diagnosticaron una distrofia muscular que le haría prácticamente insoportable la vida.

 

Enzo Ferrari junto a Laura Dominica Garello (Wikipedia)

 

 

La enfermedad de Alfredo, lejos de unir a Laura con Enzo, los distanció todavía más. Más de una vez Ferrari le propuso a su esposa que se separaran para no seguir con esa convivencia que a los dos les resultaba imposible, pero Laura se negó terminantemente una y otra vez.

En medio de esa situación, Enzo comenzó a mantener relaciones paralelas con diferentes mujeres, siempre de manera discreta para evitar el escándalo. Se trató siempre de aventuras amorosas que no duraban mucho hasta que conoció a Lina Lardi, una joven de la clase alta de Turín, diez años menor que él. Con ella tuvo a su segundo hijo, Piero, en 1944.

Cuando Dino murió en 1956, a los 24 años, Ferrari decidió que Piero heredaría su imperio.

Un accidente fatal

Enzo Ferrari conocía a Fiamma Breschi desde antes de 1958, pero su relación era exclusivamente social, ya que la joven modelo estaba en pareja con Luigi Musso, uno de los pilotos de su escudería.

Musso era para entonces una de las promesas más grandes de la Fórmula 1, donde corría para Ferrari junto con dos ingleses, Mike Hawthorn y Peter Collins. Además de ser un muy buen piloto –a veces se lo calificaba de “demasiado audaz”- la promesa italiana era un imán para las revistas del corazón: pertenecía a una familia de mucho dinero, era elegante y culto y, pese a que estaba casado con Mary Tirapani y era padre de dos hijos, se lo pintaba como “un conquistador”.

Fiamma tenía veinte años, ya había posado en algunas revistas de modas y solía vérsela en las grandes fiestas romanas de la época. Se conocieron en una de ellas y ya no se separarían hasta la muerte de Musso, que pese a las críticas la llevaba a las competencias y no tenía reparos en mostrarse con ella.

 

Luigi Musso, Enzo Ferrari, Eugenio Castellotti y Peter Collins (Photo by Klemantaski Collection/Getty Images)

 

 

En el Gran Premio de Inglaterra de 1957, la pareja protagonizó lo que los medios de la época calificaron de escándalo. Después de la carrera, Musso fue invitado a visitar a la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham y se presentó ante Su Majestad acompañado por su joven novia, a pesar de ser un hombre casado.

La relación terminó de manera trágica en el Gran Premio de Francia, en el circuito de Reims, el 5 de julio de 1958. “El día de la carrera, Musso la había buscado con insistencia antes de subirse a su Ferrari y poner en marcha el motor. Pero Fiamma se había entretenido demasiado charlando en el paddock con una actriz de cine, Elena Giusti, amiga de la pareja, y llegó tarde al box italiano. Musso, que era muy supersticioso, fue a alinearse en la grilla hecho una furia, pues no había podido realizar sus dos cábalas preferidas: que Fiamma le limpiase con la cáscara de una papa sus antiparras (no existían por entonces los cascos integrales) y lo saludase con una mano alzada desde el box al instalarse en su puesto para largar, tras el giro de reconocimiento”, relató el periodista Bruno Passarelli.

Nervioso, Mussi hizo una mala largada, donde quedó en la punta su compañero en la escudería Ferrari, Hawthorn, con quien además estaba cabeza a cabeza en los puntajes para lograr el campeonato mundial. Poco a poco, con maniobras muy arriesgada, Musso empezó a recuperar terreno, hasta ponerse a la cola del auto de Hawthorn. Y entonces ocurrió: el inglés frenó de manera sorpresiva, lo que hizo que Musso se saliera de la pista y su auto volcara. Murió al instante, aplastado.

Fiamma se culpó siempre por la demora que había impedido a Musso cumplir con sus cábalas, pero esa noche, la del accidente, no quería seguir viviendo: intentó tirarse desde su habitación en el quinto piso del hotel donde se había alojado con Musso. Una amiga, Beba Berruet, por entonces pareja de Juan Manuel Fangio, alcanzó a retenerla cuando iba a saltar.

Il Commendatore y la joven dama

Al enterarse, Enzo Ferrari se puso a su disposición, al tiempo que se proponía cuidarla. La llamaba por teléfono para consolarla y le pedía que mirara el futuro, que no se dejase de ganar por la pena. En esas largas conversaciones, Ferrari también le contó su dolor por la muerte de su hijo y eso, de alguna manera, los unió.

“De a poco, Ferrari la convirtió en su persona de confianza que lo informaba por teléfono después de cada Gran Premio sobre los rumores circulantes, el mercado de pilotos, el trabajo de los otros equipos. Un rol que Fiamma desempeñó con discreción”, relató Passarelli.

Al mismo tiempo, comenzaron una relación epistolar que duraría más de veinte años. En las primeras cartas, Don Enzo –que era 35 años mayor que ella – la llamaba “Estimada Fiamma”, pero no tardó en encabezar sus textos con nombres más íntimos, como “Amiga de los coches y de las nubes”, hasta llegar a nombrarla como “Querida mi futura señora”.

 

Enzo Ferrari junto a Fiamma Breschi

 

Es que Il Commendatore quería casarse con ella, aunque fuera un escándalo, pero Fiamma -asegura- nunca quiso aceptar siquiera que la relación platónica se concretara en lo físico.

“Enzo Ferrari me cortejó incesantemente durante más de 20 años, me propuso incluso que me casase con él, pero yo no acepté, tal vez por miedo, porque Enzo era un hombre que pretendía todo y yo quería conservar a cualquier precio mi independencia”, contó la propia Fiamma, muchos años después de la muerte de Ferrari, al periodista Danilo Castellarin, autor de la biografía no autorizada “El Otro Ferrari”.

En una ocasión le preguntaron si habían sido amantes. “Por favor, no entremos en estos detalles que son de pésimo gusto, yo no sé si por la mente de Enzo pasaba algún otro pensamiento, puedo imaginar que sí, porque yo era hermosa, joven, atrayente y con toda probabilidad él se había enamorado, no lo excluyo, pero yo solo sentía su premura, un afecto casi paterno”, respondió.

Eso no impedía que lo acompañara muchas veces a la fábrica de Maranello o a los grandes premios de Fórmula 1, pero siempre con una enorme discreción. A tal punto eran cuidadosos que recién en el Gran Premio de Mónaco de 1980, cuando ya llevaban 22 años de relación platónica, un periodista la descubrió y escribió sobre la “estupenda mujer” que no se despegaba de Il Commendatore en el box de Ferrari.

 

Enzo Ferrari y Lina Lardi

 

 

Dos años antes, en 1978, cuando su esposa legal murió, Don Enzo le había propuesto por última vez matrimonio y Fiamma se volvió a negar. Ferrari, entonces, decidió sacar a la luz su relación con Lina Lardi, con quien ya no sólo tenía un hijo Piero –el heredero del imperio– sino también una nieta.

La muerte y las cartas

Enzo Ferrari murió el 14 de agosto de 1988, a los 90 años. Después de su muerte, Fiamma se refugió en Florencia, su ciudad natal, donde llevó una vida solitaria, algunas veces interrumpida por un periodista que quería volver siempre al mismo tema.

Un cronista de Il Corriere de la Sera le preguntó en 2014, cuando Fiamma tenía ya 80 años, cómo había sido su relación secreta con Ferrari.

“¿Secreta? Para nada, Enzo quería que me casase con él, había planificado todo, incluso con los cheques bancarios, siguió insistiendo hasta algunos años antes de su muerte, pero yo le dije siempre ‘no gracias’, le repetía que nuestra historia funcionaba así como era, que no valía la pena cambiarla’, respondió.

También dijo, contundente: “El amor de mi vida fue Musso, con él viví cinco años de felicidad”.

Fiamma Breschi murió en Florencia el 20 de noviembre de 2015, a los 81 años. Las cartas que le había enviado Ferrari durante más de veinte años fueron vendidas en una subasta organizada en Florencia por la Maison Bibelot. El comprador, anónimo, pagó 36.000 euros por ellas.

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