En FOTOS: Niños y ambientalistas liberaron crías de tortuga para crear conciencia en La Guaira

En FOTOS: Niños y ambientalistas liberaron crías de tortuga para crear conciencia en La Guaira

Una cría de tortuga de la especie caguama (Caretta caretta), en peligro de extinción, se dirige al océano tras ser liberada por conservacionistas que la protegen de los depredadores en un vivero en la playa de El Puerto, en el pueblo pesquero de La Sabana, estado de La Guaira. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

Unas 100 tortuguitas marinas aletean en la arena, ansiosas por llegar al mar. Acaban de ser liberadas por un grupo de niños y rescatistas que suman 16 años luchando contra su extinción en Venezuela.

“Uno de los mejores años de desove ha sido este”, dice a la AFP Pedro Pérez, de 59 años, quien vive a pocos metros del mar en el escondido pueblo de La Sabana, en La Guaira, estado Vargas.





Crías de tortuga de la especie en peligro de extinción caguama (Caretta caretta) se dirigen al océano después de ser liberadas por conservacionistas que las protegen de los depredadores. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

Las 101 crías de tortuga caguama, que cuando son adultas tienen una cabeza enorme y un color amarillo pálido, eclosionaron en un vivero que Pedro construyó para resguardar huevos que encuentra en los 3 km de la playa Virginia.

En la liberación, los niños emocionados las ponen con delicadeza en la arena.

Unos niños sostienen crías de tortuga de la especie caguama (Caretta caretta), en peligro de extinción, antes de que sean liberadas en el océano. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

“Estoy tratando de hacer algo por el mundo”, asegura. “Es bastante lo que está pasando, el desastre ecológico, el cambio climático… Lo hago con amor”.

A las costas venezolanas llegan cuatro de las siete especies de tortugas marinas: la cardón, la más grande, que puede medir hasta 2 metros y sobrepasar los 500 kilos; la verde, la segunda mayor con más de 200 kilos de peso; y la carey, una de las más pequeñas; además de la caguama.

La carey está en estado “crítico”; la verde, en “peligro”; y la camagua y la cardón son consideradas “vulnerables” en la lista roja de la Unión Internacional por la Conservación de La Naturaleza (UICN).

Pedro comenzó los rescates tras enterarse del peligro que corrían.

Imagen de crías de tortuga de la especie caguama (Caretta caretta). (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

“Yo sabía que se comía la tortuga, el huevo, pero que estaba así a punto de extinguirse…”, comenta antes de hacer un gesto de negación.

Los huevos se venden hasta en 50 dólares la docena y el caparazón puede costar 5.000 dólares para joyería.

Imagen de un cartel que delimita una zona de anidación de tortugas marinas en la playa de El Puerto, en el pueblo pesquero de La Sabana, estado de La Guaira. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

“La gente es el mayor depredador”, explica el biólogo marino Clemente Balladares, responsable de uno de los proyectos más grandes de protección de la tortuga marina en Venezuela, el de Paria, en el estado Sucre (norte), la segunda zona donde hay más nidos en el país (con 300) después de Isla de Aves (700).

Unos niños observan a las crías de tortuga de la especie caguama (Caretta caretta), en peligro de extinción. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

En La Sabana, Pedro ha registrado 25 desoves de cardón, carey y caguama esta temporada.

En Camurí, una zona más céntrica de La Guaira, se instaló un grupo conocido como “Guardianes de las tortugas”. Allí desovó, hace pocas semanas, a plena luz del día y en presencia de turistas, una cardón.

Imagen de los cascarones de las tortugas marinas recién nacidas de la especie caguama (Caretta caretta), en peligro de extinción, tomada después de que las crías fueran liberadas al mar por conservacionistas que las protegen de los depredadores. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

Uno de los despachos del Palacio de Miraflores calcula que llegaron a unos 2.000 huevos en La Guaira. Su apoyo es más logístico que monetario, incentivando “iniciativas privadas” para financiar proyectos.

El de La Sabana subsiste principalmente con donaciones, al igual que el de Balladares, que explica que desde 2012 el Estado dejó de financiar programas de protección de tortugas marinas.

El ecologista Argenis Pantoja revisa una cría de tortuga de la especie caguama (Caretta caretta). (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

 

Este biólogo, que señala que el presupuesto anual puede llegar a 15.000 dólares, logró bajar de 88% al 7% la incidencia de saqueos de quelonios en su zona de acción. En La Sabana no hay aún un registro como este, aunque “hay muchas personas que se han concientizado”, afirma Emma León, activista de 30 años.

“Los guerreros de esto son los niños”, sostiene Emma. En La Sabana, al menos, es así.

Con información de AFP