![](https://paiylg.awsve.com/wp-content/uploads/2022/07/Larissa-Foreman-tiene-cadena-perpetua-sin-posibilidad-de-libertad-condicional..png?resize=640%2C364)
A principios del milenio, Larissa Foreman tenía 43, un matrimonio con 20 años de historia, dos hijos y era una empresaria exitosa. Pero los entretelones de su divorcio la llevaron a una aberrante decisión.
Por: Clarín
En un recuento de su vida, puede decirse que mientras estudiaba en la Universidad, en la década del 80, comenzó a trabajar en un geriátrico. Allí conoció a Timothy Schuster, quien estaba estudiando enfermería.
A los pocos años se casaron y en 1985, nació primera hija, Kristin.
Cuando la pequeña tenía cuatro años, Larissa consiguió un empleo muy bien remunerado en un laboratorio de investigaciones en agrocultivos y se mudaron a Fresno, California. Al año siguiente, en 1990, nació su otro hijo, Tyler.
Al poco tiempo, Larissa dio un importante salto y abrió su propio laboratorio: Central California Research Labs.
Las ganancias crecían. Con ese marco de optimismo, decidieron comprar una casa más grande en Clovis, en las afueras de Fresno.
![Larissa Foreman y Timothy Schuster estuvieron casados 20 años.](https://i0.wp.com/www.clarin.com/img/2021/11/16/larissa-foreman-y-timothy-schuster___W5p-qeS3Y_720x0__1.jpg?resize=640%2C356&ssl=1)
Las grietas del matrimonio
El crecimiento económico de Larissa fue exponencial. Mientras que Timothy continuó con el mismo nivel de ingresos.
Eso generó diferencias abismales e instaló un clima de discusiones constantes.
A principios de 2002, la relación se había deteriorado tanto que decidieron separarse. Larissa pidió el divorcio y ahí estalló una guerra.
Kristin, la hija mayor, ya estaba independizada. Pero Tyler todavía era menor y la tenencia de él fue uno los puntos álgidos.
Aunque el tema que desató la gran furia fue la división de las sociedades y propiedades. Larissa sentía que era injusto que él se llevara parte lo que ella había ganado. Y le echaba en cara que era un inútil para generar dinero.
Las primeras señales de alarma
Ya separados, dividieron los espacios exclusivos para cada uno dentro de la misma casa.
A Larissa, este arreglo no le resultó para nada adecuado. Sentía que todo era de ella y que su marido aprovecha el bienestar que ella había logrado.
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