Habitantes del sector La Yuleska, en Barcelona, denunciaron que desde hace un año les ha tocado convivir con ratas y demás alimañas, pues el consejo comunal se inventó la construcción de una escuela de reciclaje que solo ha traído dolores de cabeza.
Por Javier A. Guaipo
Yanet Maicabare, vecina de la comunidad, aseguró no estar en contra de instruir a las personas sobre la reutilización de algunos materiales. No obstante, señaló que le parece de mal gusto hacer una construcción de ese tipo en pleno urbanismo y sin previa consulta.
“Hasta seis veces por día tenemos que aguantar la putrefacción de los camiones de basura que se meten al sector a dejar plástico, material ferroso, etc. Y en reiteradas oportunidades llegan a plena hora de la comida, ocasionando un episodio bastante desagradable”.
La lugareña indicó que, por si fuera poco, también ha aumentado la inseguridad en la zona, pues los vándalos utilizan esa área para esconderse. “A un vecino le han robado varias veces el diésel de su camión y a otro le robaron una bombona, por solo citar dos ejemplos”.
Maicabare precisó que en La Yuleska hay más de 270 familias afectadas por esta situación que, según dijo, es una estrategia de los miembros del consejo comunal para apoderarse del espacio que pertenece a la comunidad.
Por su parte, Luis Ravelo, concejal del municipio Simón Bolívar, hizo un llamado al Ministerio de Ecosocialismo, encabezado a nivel nacional por Josué Lorca, a que escuchen la inconformidad de la comunidad y evalúen la reubicación de la obra.
“Esto debió someterse a consulta popular y no se hizo. Todavía estamos a tiempo de escuchar la voz del pueblo y no solamente la de unos pocos para su conveniencia”, finalizó.
