En un reciente artículo publicado en “La Patilla” el analista político Antonio De La Cruz, hace un recuento de la cantidad de diálogos, reuniones, negociaciones que la oposición con distintos testigos y mediadores ha realizado con el régimen desde los tiempos de Chávez, con un resultado siempre positivo para el régimen, que ha utilizado esas reuniones para ganar tiempo sin comprometerse a nada, absolutamente a nada y en donde la oposición ha salido siempre con las manos vacías.
De la Cruz se pregunta si Maduro saldrá vencedor en 2022 con las posibles reuniones que el circunspecto abogado Gerardo Blide ha asomado puedan reanudarse en fecha próxima en México, con la mediación del reino de Noruega, como lo hicieron con distintos mediadores en 2021, 2020 y más atrás desde el 2002 cuando Chávez salió y regresó al poder en un acto de ilusionismo político.
Mientras las cartas a Washington van y vienen haciendo ruido interno, porque es difícil que el Presidente Biden con una amenaza nuclear por parte de Rusia, tenga tiempo de ocuparse de las discrepancias de la oposición venezolana, lo único sensato que asoma en el paisaje es el ofrecimiento de la “Universidad Católica Andrés Bello” de organizar y realizar las llamadas primarias opositoras, para escoger libre y democráticamente a una dirigencia y a un candidato para unas presidenciales que no tienen fecha y tienen que realizarse lo antes posible y no cuando Maduro quiera.
Ese debe ser el objetivo principal de los representantes de la oposición o de la mayoría democrática reunida en México o en la Conchinchina con los representantes de Maduro, si eso no se concreta, podemos decirle a De la Cruz y al mundo, que Maduro ha ganado el 2022, posiblemente con mejores condiciones y oportunidades para hacer las elecciones en 2024 o cuando los cubanos decidan.