El vecindario conquista el derecho a participar en el contexto de una comunidad que lo integra a la gran tarea de hoy: la conquista de la cultura.
Este hecho se cumple en la calle la Verdad del Barrio Cruz Verde, casa N°4 donde el patio es el aula abierta diaria de 35 niños (hembras y varones) desde el 21 de julio de 2013. Hace ocho años.
Es una iniciativa que nació de la inquietud de los adolescentes y niños de dicha barriada con el deseo de celebrar el Día del Niño.
Encontraron receptividad en un vecino preocupado, despierto, estudioso, activo nada egoísta que puso su aval de 20 años de experiencia de Danza Tradicional para que desarrollaran su talento en el arte de la danza. Edgardo Polanco (Joselo) les prepara con vocación de docente, les habla de valores, los anima a ser mejores ciudadanos, a desterrar la pequeñez, a luchar contra la ignorancia, la vagancia caldo de cultivo de la delincuencia, de la droga. Les invita a mirar la vida con ilusión no como desperdicio por no poseer cosas, y a no considerar la pobreza como una maldición sino como una motivación para ser persona digna sin precio.
Esta iniciativa no nace por decreto, ni ningún pseudo culturólogo de nuevo cuño les inició en sus sueños.
Edgardo (Joselo), conoce de las carencias que tienen como vecino que palpa el quehacer diario, por tanto, su trabajo no se queda en los pasos del baile a seguir, va más allá; y a ninguno le cobra, es gratis lo que hace con amor y desprendimiento. Se las ingenia para confeccionar el vestuario, motiva a los padres a realizar actividades de auto gestión para cubrir gastos. Participan en festivales fuera de Falcón y en lo interno hacen presentaciones en los municipios. Ganan premios como los mejores. Cada presentación es un estímulo notable, son niños y jóvenes talentosos que el director procura desarrollar al máximo.
Es un trabajo sociocultural meritorio, escaso en estos tiempos, que conlleva la misión humana más hermosa, hacerles sentir útil y miembros relevantes de su comunidad. Seres humanos que participan sin ataduras, sin hipotecarse a nadie; teniendo el firme propósito de actuar con dignidad y decoro, es una empresa audaz en tiempo difícil.
Por esa razón cuando Edgardo Polanco (Joselo) Licenciado en Ciencias Sociales con un extenso currículum iniciador de ésta tarea de reivindicación cultural de su Barrio Cruz Verde expresa a través de las redes con indignación coherente y honesta que no pudo asistir a una invitación fuera de Falcón, el fin de semana último, por no recibir de las entidades oficiales el apoyo necesario: transporte y viáticos, diligenciando con anterioridad y no encontrando respuestas. Compartimos su encono y preocupación, máxime, cuando nos damos cuenta de la dilapidación de recursos para complacer parciales que vienen de otras partes; grupos internacionales amasados con influencias de turno que nada aportan a nuestro desarrollo cultural. Se nota que lo cultural es el espectáculo complaciente y lisonjero dentro de lo populista y demagógico, “pan y circo”.
Sea este Cristal un reconocimiento a la Comunidad Vecinal de la Cruz Verde, almácigo de seres humanos leales, consecuentes, gentes de bien y con gran espíritu de superación en el acontecer de Coro.
¡Bravo por las Danzas Carimba con nombre propio, marca indeleble que motiva a ser cada día ciudadanos de bien que crecen por encima de dificultades, ignorancia, desconocimientos y mediocridades.
Ese es el relevo que aspiramos inteligente y proactivo.
La lucha no tiene techo