Una guerra de mafias de proxenetas venezolanos. Las últimas víctimas fueron dos trabajadoras sexuales de nacionalidades ecuatoriana y venezolana, quienes fueron acribilladas por cuatro sicarios el último sábado en el jirón Zepita, en el Cercado de Lima, capital de Perú.
Por La República
Según Latina, en dicha zona pululan los servicios sexuales, para los que incluso se aceptan los pagos por aplicativos; sin embargo, ese no es el mayor problema, puesto que estas mujeres son víctimas de mafias de sicarios extranjeros, quienes les cobran cupos y se disputan el control de la zona. Quienes se niegan a acatar a las mafias, son asesinadas.
El dominical accedió a los mensajes que recibieron las mujeres previo a su deceso. “A partir de esta semana nos rendirán cuenta a nosotros. Nosotros las cuidaremos, ya no las peruanas. Nos pagarán 200 soles. La que se ponga en contra las agarraremos de ejemplo para que sepan con quién se están metiendo. Atte. El Carro de Oriente”, les dijeron sus asesinos, quienes dejaron 29 casquillos de bala en el lugar donde las mataron.
Algo similar ocurre en Lince. Los sicarios contactan a sus víctimas a través de los números que ellas mismas dejan en las calles para conseguir clientes en las avenidas Risso y Petit-Thouars.
En estas zonas, la Policía Nacional ha identificado que una mafia venezolana denominada La Dinastía Alayón presiona a las trabajadoras sexuales a pagar cupos de hasta 200 soles para dejarlas continuar con sus negocios.
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