Emigrar por un sueño: Diocady, una marca de zapatos que nació en Venezuela y cautivó al mercado argentino

Foto: Cortesía Daniela De Pascuali

 

 

 





Los cambios son inevitables, constantes. Hay a quienes esto los paraliza, pero a otros -como si de gasolina se tratase- les permite sacar su mejor versión, los transforma. Este fue el caso de Daniela De Pascuali, una venezolana que logró destacar en el mercado argentino con Diocady, su marca de zapatos.

No es el país, no es el dinero, no es Sudamérica o el primer mundo, es la garra que le metes a lo que haces. Puedes estar en Suiza, pero si no tienes la actitud y el optimismo, creo que de nada sirve, expresó De Pascuali.

Por Ana Guaita y Melany Muñiz / lapatilla.com

Emigrar para cumplir un sueño

Esta caraqueña, de 34 años, relató en exclusiva para lapatilla.com que todo comenzó con la idea de emigrar, pues la inseguridad y crisis económica en el país se acentuaban en ese momento, y con ellas las carencias.

Surgió la idea de salir del país…Ya no quería seguir teniendo la vida que tenía. Entonces, me preguntaba qué podía hacer yo en un país donde no conocía a nadie. Pasé por muchas ideas, pensé en hacer embutidos, galletas… Me cuestionaba, ¿qué podía hacer con mis manos, por si se me acababa el dinero y nadie me daba trabajo? Hablando con un amigo, salió la palabra zapatos”, recordó.

Daniela observó sus sandalias favoritas, comenzó a despiezarlas para ver cómo estaban hechas. Acto que repitió con cada zapato que le gustaba, dándose cuenta de que cada modelo se confeccionaba de forma diferente y estaba compuesto por distintos materiales. Siguiendo esta curiosidad, buscó dónde aprender sobre este arte en Venezuela, pero su búsqueda no arrojó ningún resultado. “Las pocas personas que conocí de este mundo del calzado eran un poco celosas con su información y no la compartían, solo sabía que en Catia se conseguían los materiales para calzados y allí comencé a comprar mis primeras hormas”, agregó.

Posteriormente, contactó a muchas escuelas en Colombia, Perú, España y solo obtuvo respuesta de una ubicada en Argentina. Y fue entonces cuando supo cuál era su destino. Al llegar a la capital argentina, se encontró con la limitante del dinero, pues llegó con una reducida cantidad y por eso tuvo que conseguir un trabajo “estable” antes de emprender. “En 2019 terminé la tecnicatura de modelaje de calzado, pero en diciembre de 2018 ya yo había vendido mi primer modelo” -llamado Noemí, en honor a su abuela-, rememoró.

Convirtió a sus manos en el mejor instrumento y a la habitación que compartía con varias personas en su propio taller. “Solo pedían que abriera las ventanas cuando trabajaba, porque el olor a pega los volvía locos. En fin… fueron un apoyo fundamental”, recordó con gracia.

Foto: Cortesía Daniela De Pascuali

 

Hubo un momento crítico que la hizo tomarse este negocio con total seriedad: terminó en un hospital ante la carga de estrés que tenía, pues trabajaba en las tardes, de lunes a sábado en una zapatería. En las mañanas realizaba sus diseños, compraba insumos para fabricar o asistía a sus clases de confección de calzados. Los domingos, por su parte, iba a vender en la feria de San Telmo, en la ciudad que le abrió las puertas a esta venezolana: Buenos Aires.

“Trabajé así por mucho tiempo, ya el cuerpo no me daba más y tenía que renunciar a algo. Llena de miedo decidí renunciar al trabajo de dependencia que tenía y dedicarme de lleno a mi marca y aquí estoy… he sobrevivido”, testificó llena de orgullo.

Caminó “descalza” hasta calzar con Diocady

Con respecto a sus diseños, aseguró que están inspirados en la sensualidad de la mujer, su carácter y presencia ante la vida. “Amo la feminidad propia que nos caracteriza, puede variar el estilo, pero al final ninguna mujer se resiste a unos buenos zapatos.” De esta manera, cuando una idea llega a su mente, bocetea y la adapta a sus recursos.

Foto: Cortesía Daniela De Pascuali

 

 

El equipo de lapatilla.com quiso conocer un poco más acerca del proceso de elaboración de calzados y ante esta interrogante, Daniela se atrevió a revelar cuáles son algunas de sus estrategias al momento de confeccionar. “Hay momentos en los que los diseños me llegan listos a la mente, pero hay otras oportunidades en los que comienzo a crear de la nada y algún modelo distinto fluye”, detalló.

Diocady, según explica su fundadora, nació desde cero, y como en el caso de muchos emprendimientos, se necesitan condiciones para iniciar nuevas creaciones, pero Daniela no se enfocó en lo que necesitaba, sino en lo que tenía.

Lo que había (de sobra) eran ganas de salir adelante y un proceso que cumplir para confeccionar cualquier diseño que se tuviera en mente. Daniela detalló paso a paso cada etapa para conseguir el físico del diseño planteado:

1.- Se bocetea el modelo

2.- Se busca la horma (Molde de madera que simula el pie humano)

3.- Se eligen los materiales a utilizar para el modelo

4.- Se diseña el modelo y se hace una muestra muestra

5.- Se cortan las piezas en el material que se va a usar

6.- Se cosen las piezas del corte y forro. (En Argentina se le dice “aparado” a la costura del calzado)

7.- Se presenta el corte y forro en la horma para armar el calzado

8.- Se ensuela

9.- Se empaca

10.- Se prueba el calzado a ver si la muestra tienen algún error. De no tenerla, se escala (escalar es sacar el modelo en todas las tallas) y inicia la fabricación.

Diocady, “la escencia de ser mujer”

Esta marca argentovenezolana inició en el año 2020 de las manos de nuestra entrevistada y una socia que a raíz de la llegada de la pandemia, tuvo que abandonar el proyecto. Sin embargo, esto no fue motivo para frenar el sueño de Daniela, sino que más bien la impulsó a seguir adelante, con un estilo distinto al que estaba acostumbrada, pero lleno de inspiración para cautivar al mercado argentino. Con diversos modelos y además un trato que la diferencia de los demás diseñadores, Daniela ha tratado de conquistar a la sociedad bonaerense (y de otras provincias) para ofrecerles lo que buscan. “Yo visualizo a mi público y oriento mis diseños a una fusión de peculiaridades. No se me ha hecho fácil, pero los argentinos me han tratado bien”, comentó entre risas.

 

A juicio de Daniela, Diocady se caracteriza por la personalidad que se irradia al momento de calzar uno de estos diseños. Busca resaltar la feminidad, la seguridad de la mujer y el empoderamiento del género a través de unos tacones, unas sandalias, unos botines o cualquier modelo en el stock de la marca.

Y es que definitivamente, un zapato es para cada ocasión, “pero si yo tengo que elegir uno, yo me quedo con los tacos. Amo estar entaconada”, confesó Daniela al ser consultada sobre su estilo favorito de calzado, pues aunque son diferentes los modelos que ofrece la marca, siempre hay preferencia por alguno.

Trabajo, ganas, dedicación… y mucho apoyo

Ante la actual realidad que atraviesa Diocady, Daniela considera que “le falta mucho”, pero aunque el camino es largo, se ha mantenido en pie, “solo veo el camino y me digo ‘vamos Dani. Vamos a otra temporada'”. Se avecina la colección Otoño Invierno 2022, reveló esta venezolana.

Tener las ganas para dedicarse y trabajar en torno a un sueño es indispensable para alcanzarlo, pero el apoyo también es un factor importante para llegar lejos y a Daniela le ha sobrado. “Unos estuvieron desde el primer día, otros no entendían y se sorprendían cuando les decía que quería hacer zapatos, otros lo vieron tipo ‘woow… ¿zapatos? ¿y cómo se hace eso?'”, recordó con lágrimas en los ojos.

Los allegados a esta emprendedora la vieron desde que era una “chamita” que se llevó desde Caracas a Buenos Aires unas hormas porque ella quería aprender a hacer zapatos, dejando atrás su profesión y toda su vida para comenzar de cero y ejercer este oficio que se ha convertido en su gran pasión.

 

Daniela decidió que no se resistiría a los cambios y así le dio vida a este sueño que apenas comienza.

Un sueño que la enseñó a analizar el mercado y ver cuál es la demanda real para ofrecer lo que el público está buscando y seguir en pie en un mundo de moda cada vez más copado de gente talentosa buscando sobresalir. “A veces no es lo que a nosotros nos guste, es lo que la gente quiere y hay que oír esa demanda, analizar, ver y no pensarla tanto. Nunca tendremos las condiciones perfectas, hay que dejar los peros a un lado y no compararte jamás con el que cierra un negocio, tienes que comparate siempre con el que abre el negocio.

La conversación con nuestra entrevistada finalizó con un claro mensaje: “Para emprender se necesita mucho, muchísimo coraje y determinación, debes tener muchísima resistencia a la frustración y más cuando fabricas” y además recalcó que el proceso es “probar, probar y probar” para no abandonar el camino. “Nada se hace en un día, los problemas siempre van a existir, solo tienes que resolverlos de la mejor manera y con respeto hacia tu equipo”.