La deserción profesional, falta de equipos y vehículos para la atención de las emergencias forman parte del panorama de necesidades que tienen los Bomberos de la Universidad de Los Andes en la ciudad de Mérida y que recientemente arribaron a su aniversario número 45 al servicio no solo de la comunidad universitaria, sino del colectivo merideño.
Por Jesús Quintero – La Patilla
El coronel Svante Durand, al frente del Cuerpo de Bomberos de la Universidad de Los Andes, señaló que el equipo de trabajo se mantiene prestando su servicio con vocación, a pesar de la actual situación que atraviesa el país, que ha impactado negativamente sobre la universidad y la ciudadanía en general.
En la actualidad, el Cuerpo de Bomberos de la ULA cuenta apenas con 19 efectivos activos de manera permanente y 14 voluntarios. “La crisis económica, social y política que afecta al país ha incidido también negativamente en estas instituciones”, señaló el comandante del Cuerpo de Bomberos Universitarios, quien agregó que hace tres años la institución contaba con, al menos, 60 hombres y mujeres de azul y rojo.
Sin embargo, expresó el Coronel Svante Durand que existen muchas limitantes que impiden que los funcionarios a pesar de tener vocación de servicio y ganas de cumplir con el deber puedan hacerlo de manera óptima.
Tal es el caso de las condiciones en las que se encuentran las unidades de atención de emergencias. “Una está averiada y en reparación para colocarla en funcionamiento. Otra se encuentra dañada, pero se están buscando los recursos para la reparación del motor, situación similar sucede con las dos motos asignadas a este organismo”, destacó el funcionario bomberil.
El personal que labora en esta institución no recibe presupuesto, ni dotación por parte de los organismos competentes, solo de donaciones de instituciones o personas que desde el anonimato reconocen la labor que en este cuerpo de bomberos se realiza.
Necesitan tapabocas, caretas, guantes, todo lo referente a insumos de bioseguridad, ya que el personal se mantiene en contacto con los pacientes cuando se solicitan servicios de traslados a través de la ambulancia de la institución.
Los uniformes de protección contra incendios, que incluyen los chaquetones y las botas de seguridad contraincendios, ya cumplieron su vida útil, colocando en riesgo la integridad física de los propios funcionarios que en el cumplimiento de su deber al atender emergencias, también exponen su integridad física a los incendios, pudiendo ser también víctima de quemaduras.
Pese a este negro panorama, esta institución no desmaya y su personal continúa aportando su granito de arena en cuanto a la atención de emergencias se refiere.