Enigmas y curiosidades de la tablita de la Virgen de Chiquinquirá

Enigmas y curiosidades de la tablita de la Virgen de Chiquinquirá

La tablita contiene en su interior a la imagen de la Virgen de Chiquinquirá con el niño Jesús, a su lado izquierdo se encuentra San Andrés y a su derecha a San Antonio.

 

La tablita de María del Rosario de Chiquinquirá se ha hecho acreedora de innumerables misterios. Se trata de prodigios dignos de ser conocidos, aunque sólo gocen de certificación en la fe religiosa que no demanda de pruebas.

En 1709 ocurre el milagro de la restauración de la tablita. Una humilde señora encuentra la tablita a orillas del Lago de Maracaibo y la coloca como tapa de una tinaja, luego escuchó un golpeteo y unas luces que venían de su casa y al entrar encontró en la tablita la imagen resplandeciente de la Virgen y el niño junto a San Antonio y San Andrés. La imagen en la tablita se convirtió en objeto de peregrinación para los devotos, y la tablita fue trasladada a la ermita de San Juan de Dios.





Los misterios de la tablita fueron revelados por Enairo Villasmil, quien durante 41 años fue el encargado de limpiar, restaurar y cuidar las joyas de nuestra Virgen de Chiquinquirá y se recordado como el “Joyero de la Virgen” tras fallecer en 2011.

Villasmil fue una de las pocas personas que más tuvo el retablo de la Virgen en sus manos.

Enairo Villasmil, el muy recordado “Joyero de la Virgen”. | Foto: Zuliano Rajao

 

En las últimas décadas el “Joyero de la Virgen” tomó la tabla tres veces por año, para limpiarla y darle mantenimiento: después de la Bajada, el día de La China y antes de subirla de nuevo a su altar. Y cada vez que la manipulaba ocurría algo sorprendente.

Una extraña energía se apoderaba de él, y entonces ocurría algo inexplicable. “Cuando uno tiene ese retablo en la mano la voz se le silencia. No habla, sólo se piensa, y sobre ese pensar salen lágrimas. Es algo indescriptible que le hace sentir a uno que, definitivamente, esa tablita bajó del cielo. Y le ocurre a todo el que la toca. Nadie dice nada. Sólo lloran y después se desahogan, contentos, porque tuvieron a la Virgen en sus manos”, relató con emoción Enairo Villasmil en una de las últimas entrevistas.

Huellas en la tablita

El Joyero de la Virgen, quien creía haber sido escogido por la madre de Dios para que cumpliera tan honrosa misión, lo cual le satisfacía mucho, reveló que, 300 años después de aparecer, la imagen de la gran Dama del Saladillo permanece intacta en la tablita.

“No se le ha borrado ningún detalle a su figura y en algunas ocasiones brilla más que en otras. Cuando se le ve más clara es porque la Virgen está presente en la Basílica, y cuando no se ve muy bien es porque anda haciendo un milagro”, manifiesto este hombre, quien salvaguarda que dicho comentario forma parte de las creencias que reposan en la fe de quienes la veneran y pasan mucho tiempo junto a la reliquia.

Foto: La Verdad

 

Otro de los misterio del fino retablo es su grosor es como el de un fuerte (moneda) de los de antes- se ven las huellas de la viejecita de cuando levantó la tablita de la tinaja. Decía que se notan muy opacos, pero que allí están marcados sus pulgares, en los extremos izquierdo y derecho del retablo, y que para verlos hay que mirarlos muy bien con la ayuda de una lupa.

150 clavos de oro.

Un dato curioso que recordaba Enairo Villasmil, es aquel en los años 90 tuvo cuando tuvo que quitar las figuras de oro que bordeaban la silueta de la Virgen, porque los 150 clavitos que las sostenían estaban dañando el retablo. También retiró en esa ocasión el cordón y la palma de oro de San Antonio.

El papa Francisco bendijo réplica de la Virgen de Chiquinquirá | Foto: Panorama

 

Esas figuras habían sido colocadas en 1942, cuando la iglesia católica coronó canónicamente la reliquia. Monseñor Roberto Lückert confirma este dato: “Yo decidí quitarle esas figuras porque estaban deteriorando el retablo. Eran de oro de 24 quilates, pero para mi significaba impureza que hasta distorsionaba la imagen de la Virgen. Pero más conforme quedé de haberlo hecho cuando, al retirarlas, recogí un pote de clavos que lo estaban dañando”.

Con información de la Gobernación del Zulia