William Anseume: Las masacres de San Juan de las Galdonas

William Anseume: Las masacres de San Juan de las Galdonas

San Juan de las Galdonas es un pueblito pesquero y turístico de la Península de Paria. Playas, diversión y pesca son características de esta tan bella zona del país. El narcotráfico, últimamente, se ha apoderado de la región y encontró en este lugar un aliviadero. No es la primera pugna entre bandas o entre bandas y cuerpos represivos del régimen que se dan en el lugar.

Ese mismo régimen aúpa y sostiene grupos irregulares en todo el país. No es solo la guerrilla colombiana en Apure o todos los estados fronterizos, hasta en los tuétanos de nuestro territorio. También varios grupos terroristas más han encontrado en Venezuela, bajo la permisividad – por decir lo menos- de Chávez y de Maduro, su centro de operaciones caribeño.

Sé que buscarán más patas a mis gatos, señalando que a los delincuentes hay que matarlos por los daños profundos que causan en la sociedad. Pero, de verdad, no está establecido así en nuestra legalidad. No se ha aprobado la pena de muerte en Venezuela y su aplicación en los países que la contemplan también está regulada. No se trata de llegar y matar y arrasar. Vean las cifras, nada más: 18 asesinados y 4 agentes heridos. ¿Cuál enfrentamiento fue ese, tan dispar?





Otra cosa sería si hubiera una Fiscalía independiente de quienes manejan el poder ejecutivo y de quienes “amistosamente” con el régimen controlan el judicial. No habiendo separación alguna de los poderes en Venezuela, ni legalidad alguna cumplida, ocurren estás masacres sin control. Ejecutadas por grupos cuestionados por la Alta Comisionada para los derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, quien pidió su eliminación y le sacaron la lengua. A ver si se la pueden sacar igual a la Corte Penal Internacional. No se trata de defender delincuentes, sino la legalidad y el absoluto control que debe primar en estos procedimientos. La vida por delante. Como supremo derecho de todos.

¿Pudieron apresarlos en lugar de matarlos? Seguramente sí. ¿Se extralimitaron? Seguramente sí. ¿Murieron inocentes? Nadie lo duda. ¿Quien investiga? ¿Quien coloca la verdad en el tapete y la defiende para acabar con situaciones tan desagradables que causan conmoción, estupor y perdidas de vida? Aquí, nadie. Llegan y arrasan y a nadie parece importarle. Fue una masacre más. El régimen los protege, los aúpa, hasta los crea a veces y cuando se les alebrestan los mata para salir de ellos sin muchas huellas. Mientras, la sociedad silente. Tal vez alguna agrupación de DDHH plantee el caso y sea oída en organismos internacionales. Tal vez no.

Algún día podremos disfrutar la paz que genera estar en San Juan de las Galdonas. Sin el control del régimen ni de los grupos terroristas o narcos. Hay que salir de los dos.