Editorial El Nacional: El Plan República y los colectivos

Editorial El Nacional: El Plan República y los colectivos

No se puede distinguir de qué color se visten los soldados del Plan República y los colectivos del chavismo, porque muchas veces durante los comicios pasados sus funciones se han complementado. Unos actúan con violencia y otros voltean para otro lado. Esa ha sido la dinámica impuesta por el oficialismo para amedrentar a la población, para que no vaya a votar por otro candidato que no sea del Partido Socialista Unido de Venezuela.

¿Que lo duda, señor lector? Entonces es que no se enteró del “simulacro” que de este tipo de acciones se hizo el domingo pasado durante el “ensayo” para las elecciones del 21 de noviembre. Y los sustantivos están bien utilizados, no se trata de una confusión de significados. La agresión que sufrió el candidato opositor a gobernador para el estado Vargas (La Guaira), José Manuel Olivares, da muestra de ello.

Lo estaban esperando en las cercanías del centro electoral habilitado por el CNE para este “ensayo”, el colegio Narciso Gonell. Lo rodearon, le dieron empujones, le tiraron botellas de agua, le gritaron insultos todo para impedirle el paso al plantel. Su intención era comprobar los preparativos y el funcionamiento de todo lo concerniente a las máquinas captahuellas y de votación. Y la de los chavistas era asustarlo.





Los soldados del Plan República eran invitados “de palo”. No intervinieron en ningún momento para impedir la agresión ni para despejar la entrada, por lo que el candidato tuvo que ser ayudado por sus simpatizantes. Se afirma que fue un ensayo porque lo más seguro es que el 21 de noviembre vuelva a ocurrir. Y no es una predicción de adivinos o espiritistas, sino una aseveración que se hace sobre la base de lo que ha pasado en otras oportunidades.

Para eso están los puntos rojos apostados tan cerca de los centros de votación. Sirven, entre otras cosas, para preparar las agresiones con tiempo, cuando advierten que viene alguien importante que no simpatiza con el PSUV; incluso para amedrentar a votantes en zonas que no se identifican con el oficialismo. La idea es que la gente desista y no vaya a votar, aunque eso poco hace la diferencia, pues tienen muchas otras trampas para aumentar el número de sufragio.

Si los partidos distintos al PSUV que decidieron participar en estas elecciones no tomaron en cuenta que este tipo de prácticas va a continuar, que tanto los colectivos como una actuación laxa del Plan República se coordinan para entorpecer el derecho del ciudadano a sufragar, es que son demasiado ingenuos. Ya está visto que no basta con hacer la denuncia, porque el CNE tampoco está dispuesto a ejercer su papel de garante.

Entonces ¿están preparados para enfrentar y vencer estos obstáculos o solo para quejarse después?