Padecemos de un liderazgo consumadamente fracasado que no está a la altura de las exigencias actuales. Carece de integridad. Despojado de dignidad y moral se arrastra ante el hecho de fuerza, pegado a las dinámicas del poder. Dice una cosa y hace otra. Pide actos de fe ante sus obras vacías y contradictorias.
Comprobamos con entusiasmo el surgimiento de los líderes fénix que se van formando y al mismo tiempo avanzan, con entrega y compromiso, hacia la liberación de nuestro país. Los vemos actuando diariamente con propósito y sentido de trascendencia en la Venezuela profunda, ciudades y en la diáspora. Que nadie los menosprecie por su juventud, sean modelos de conducta a seguir por su apego a la verdad, a su conciencia ciudadana crítica y a los principios y valores republicanos democráticos. No se queden en el discurso sino pónganlo en práctica. Al árbol se le conoce por sus frutos y al hombre también: de su boca saldrá el bien o el mal que cultiva en su corazón. Eso les dará una firmeza extraordinaria frente a las embestidas continuas de la ignominiosa corporación criminal. Ustedes le dan cuerda al reloj detenido para que Venezuela pueda entrar en el siglo XXI. Rompan con el círculo vicioso de un país donde “pasa de todo y no pasa nada”. No renuncien a la razón y a la comprensión.
Centremos la atención en las reformas subrepticias de las leyes penales que lleva a cabo la AN ilegítima y espuria del usurpador. No hay avances en beneficio de la gente sino lo que se procura es la impunidad de la cadena de mando por los delitos atroces de lesa humanidad. En Venezuela no hay tribunales. ¡No hay justicia!
Objetivamente, quedaron determinados como hechos: 183 casos iniciados por funcionarios corruptos sin facultades para dejar sin libertad a inocentes. En 113 casos hubo torturas con nombres y apellidos. Confiamos en la pronta apertura de la investigación formal de la CPI.
“Libertad para Javier Tarazona. No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados”.