Un estudio demuestra lo fácil que resulta implantar falsos recuerdos en las personas

Un estudio demuestra lo fácil que resulta implantar falsos recuerdos en las personas

 

El laboratorio de Oeberst implantó recientemente recuerdos falsos en 52 personas mediante el uso de distintas técnicas en entrevistas. Primero, hicieron que los padres de los participantes respondieran en privado un cuestionario y presentaran algunos recuerdos reales de la infancia y dos que fuesen verosímiles pero falsos, todos de naturaleza negativa, como por ejemplo cómo había muerto una mascota o se había perdido un juguete. Más tarde, los investigadores pidieron a los participantes que recordaran estos eventos inventados de forma detallada, incluidos los detalles sobre lo que sucedió. Por ejemplo, “Tus padres nos dijeron que cuando tenías 12 años, durante unas vacaciones en Italia con tu familia, te perdiste. ¿Me puede decirnos mas acerca de eso?”

Por Gizmodo

Los sujetos de la prueba se reunieron con su entrevistador tres veces, una vez cada dos semanas, y en la tercera sesión, la mayoría de los participantes creían que estas anécdotas eran ciertas, y más de la mitad (56%) desarrollaron y fueron capaces de recordar recuerdos falsos reales, un porcentaje significativamente más alto que la mayoría de los estudios en este área de investigación.

Estos hallazgos revelan lo profundos que pueden llegar estos casos de falsos recuerdos y encajan estrechamente con las investigaciones anteriores en este campo, según Robert Nash, psicólogo de la Universidad de Aston que no participó en el estudio.

En el experimento, Oeberst hizo que otro entrevistador pidiera a los participantes que identificaran si alguno de sus recuerdos podría ser falso, simplemente pensando críticamente sobre ellos. Los científicos utilizaron dos técnicas de “sensibilización”: una, la sensibilización de la fuente, en la que pidieron a los participantes que recordaran la fuente exacta del recuerdo (¿qué te lleva a recordar esto? ¿Qué recuerdo específico tienes tú mismo?). Y dos, la sensibilización del recuerdo falso, donde explicaron a los sujetos que a veces al ser presionados para recordar algo eso puede provocar recuerdos falsos.

“¡Y funcionó, funcionó!” dijo Oeberst, y añadió que, por supuesto, no todos los participantes estaban convencidos de que su recuerdo fuese falso.

Particularmente con la estrategia de sensibilización del recuerdo falso, los participantes parecieron recuperar su confianza en su instinto inicial de lo que hicieron y no recordaron, como si tuvieran el poder de confiar más en sus propios recuerdos. “No recuerdo esto y tal vez no sea mi culpa, tal vez sean mis padres quienes se inventaron algo o se equivocaron”, dijo Oeberst, imitando el pensamiento de los participantes. “Básicamente, es una solución diferente al mismo acertijo”. Según Oeberst, la técnica mediante la cual se implantan los recuerdos falsos es la misma que se utiliza para revertirlos, “solo que desde un ángulo diferente, el ángulo opuesto”.

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