“Como una telenovela”, la vida glamorosa de la esposa detenida de “El Chapo”

“Como una telenovela”, la vida glamorosa de la esposa detenida de “El Chapo”

Emma Coronel Aispuro, esposa de Joaquín Guzmán, “El Chapo”, a la salida de una corte en Brooklyn, Nueva York, EEUU, 4 febrero 2019. REUTERS/Brendan McDermid

 

El arresto por cargos de narcotráfico de Emma Coronel, exreina de belleza y esposa del narcotraficante encarcelado Joaquín “El Chapo” Guzmán, viene precedido de una vida al estilo de una telenovela encarnada entre los hiperviolentos cárteles mexicanos, la fama y la maternidad.

Coronel, de 31 años, se casó joven con la infamia y tuvo un asiento de primera fila en el juego de alto riesgo del gato y el ratón de Guzmán con agentes de México y Estados Unidos que intentaban cazarlo.

Poseedora de doble nacionalidad, estadounidense y mexicana, Coronel fue arrestada el lunes en el Aeropuerto Internacional de Dulles y debe comparecer en las próximas horas ante la Corte estadounidense del Distrito de Columbia acusada de distribuir cocaína, heroína y otras drogas.

Coronel llamó la atención de Guzmán, quien es más de tres décadas mayor que ella, cuando era una reina de belleza adolescente.

Se casaron después de que ella cumplió 18 años en 2007 y tuvieron dos hijas gemelas, pasando toda su vida matrimonial con Guzmán en la cárcel o huyendo como líder del poderoso cártel de Sinaloa. El capo de la droga está cumpliendo cadena perpetua en la celda de una prisión de Estados Unidos.

La fama de Coronel se disparó durante el juicio de Guzmán en 2019 en Nueva York, al convertirse en una sensación mediática con sus atuendos de diseñador y la lealtad que mostró a su esposo, incluso cuando fiscales detallaron cómo mantuvo a una serie de amantes.

Hasta se convirtió en un personaje clave en el drama judicial cuando un exlugarteniente de Guzmán alegó que Coronel desempeñó un papel fundamental en la fuga, al estilo Hollywood, de su marido de una prisión mexicana por un túnel de más de 1.5 kilómetros de largo excavado bajo la ducha de su celda en 2015.

Buscando sacar provecho de su fama fuera de México, Coronel lanzó en 2019 una marca de ropa en Estados Unidos e incluso apareció en un “reality show” televisivo sobre familias mafiosas.

“Me considero una mujer normal”, dijo Coronel en el programa Cartel Crew de VH1, hablando a bordo de un yate. “Es triste que nos juzguen sin conocernos. Es duro”.

En entrevistas con medios, Coronel enfatizó su perdurable lealtad a Guzmán y su enfoque en criar a sus hijas gemelas.

“Emma era como las familias del viejo ‘narco’ en Sinaloa”, dijo a Reuters un exconocido.

“HISTORIA DE AMOR”

Inmersa en la tradición narco desde temprana edad, Coronel se crió en las montañas de Durango, parte del llamado “Triángulo dorado”, donde convergen estados con gran producción de amapola y mariguana, que incluye a Sinaloa. Su padre fue encarcelado por tráfico de drogas en 2017.

La ahora detenida apareció por primera vez en los titulares en México después de su boda con Guzmán en 2017 en una iglesia de una zona rural de Durango, quien en ese momento estaba huyendo de las autoridades.

Coronel estaría al lado de su esposo durante varios episodios accidentados mientras la policía mexicana y agentes estadounidense lo rastreaban.

En el juicio de Guzmán, su exmano derecha, Dámaso López, testificó cómo Coronel, junto con los hijos mayores de Guzmán, de otra madre, ayudaron a orquestar la audaz fuga de la prisión en 2015.

Obtuvieron un terreno cerca de la prisión, consiguieron armas, llevaron un camión blindado e incluso hicieron pasar de contrabando un reloj de pulsera con GPS a la celda de Guzmán para que los ingenieros del túnel tuvieran las coordenadas exactas de su celda para ayudarles en la excavación, según el testimonio.

Guzmán fue capturado nuevamente en 2016 y extraditado a Estados Unidos en 2017.

En el juicio, cada vez que el narcotraficante entraba al tribunal, buscaba a Coronel y la saludaba. No podían hablar entre ellos pero sus miradas llamaron la atención de los medios.

“Fue como una historia de amor en completo silencio, ya que no se le permitió decir nada”, dijo el periodista Miguel Ángel Vega, del diario Riodoce de Sinaloa, que cubrió el juicio.

“Es bastante interesante ver lo que está sucediendo en este nuevo caso”, dijo Vega. “Es como una telenovela”. Reuters

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