Cómo hizo un joven para convertir su emprendimiento en una empresa millonaria respaldada por Jeff Bezos

Cómo hizo un joven para convertir su emprendimiento en una empresa millonaria respaldada por Jeff Bezos

FOTO DE ARCHIVO: Francis Davidson, cofundador y CEO de Sonder (Bloomberg)

 

Francis Davidson tiene 28 años y es cofundador y CEO de Sonder, una empresa tecnológica de hostelería de ámbito mundial valorada actualmente en 1.300 millones de dólares.

Por Infobae





Su revolución comenzó en 2012, cuando estaba terminando su primer año de estudio de filosofía y economía en la Universidad McGill en Canadá. A los 19 años se le ocurrió ganar un dinero extra y decidió alquilar su departamento en el centro de Montreal durante el verano. Utilizando plataformas como Airbnb y Home Away, subalquiló su lugar de tres habitaciones y el de sus compañeros de cuarto a los vacacionistas y obtuvo más de 14.000 dólares cuando pagaba unos 5.000 dólares en total por el alquiler del departamento en ese periodo de tiempo.

Fue así que vio el negocio y empezó a gestionar los departamentos vacíos de otros estudiantes de la Universidad McGill, y luego de estudiantes de otras ciudades.

Luego de tres años, abandonó los estudios para seguir armando el proyecto y convertirlo en una compañía que ahora alquila más de 5.000 propiedades en 34 ciudades de todo el mundo y ha recaudado más de 550 millones de dólares de empresas de capital riesgo, así como de inversores como el ex jugador de béisbol Alex Rodríguez y fondos respaldados por Jeff Bezos, el fundador de Amazon, y Elon Musk, el fundador de Tesla.

Actualmente, Sonder ofrece hospedajes en 34 ciudades del mundo

 

En un reportaje de CNBC Make It, Davidson afirmó que “no tenía ni idea de que querría ser empresario” cuando empezó a alquilar su apartamento de la universidad. “Creo que también me tomó por sorpresa”, reconoció.

La popularidad de sitios como Airbnb y Home Away en 2012 hizo que Davidson se diera cuenta de que la industria del turismo estaba virando a “un cambio de los hoteles hacia la estancia en propiedades más extravagantes”, recordó.

“Así que construí un modelo para estimar cuántos ingresos generaría mi apartamento frente a lo que costaba su funcionamiento y el pago del alquiler. Y había una gran diferencia, como un margen bastante saludable”, explicó.

Davidson en una entrevista de Bloomberg en San Francisco el 17 de diciembre de 2019 (Foto: David Paul Morris)

 

Y luego de obtener unos ingresos de cinco cifras en su primer verano, Davidson duplicó el trabajo a tiempo parcial al verano siguiente y se asoció con su compañero de clases Lucas Pellan, que le ayudó a contratar los apartamentos de otros estudiantes de la Universidad McGill. Con el modelo ampliado, ese verano obtuvieron cerca de 60.000 dólares de ingresos (de los cuales unos 23.000 se utilizaron para pagar el alquiler de los apartamentos y el resto fueron beneficios que Davidson y Pellan pudieron repartir con los demás estudiantes).

Un año después, Davidson y Pellan consiguieron más apartamentos para estudiantes en Montreal y otras 10 ciudades. Davidson puso anuncios de trabajo en Internet, buscando “estudiantes emprendedores” que quisieran ganar dinero siguiendo su modelo de dinero subarrendando.

“En realidad, sólo escribí en un PDF lo que hice para lograrlo en Montreal, y lo compartí con un montón de otros estudiantes y luego dividí los beneficios con ellos, que es como conseguimos operar en un montón de ciudades sin capital”, explicó Davidson a la cadena CNBC. “Básicamente era decir: ‘Esto es lo que he hecho y vamos a repartir los beneficios’”. Y ese verano, los ingresos alcanzaron las seis cifras, con lo que los ingresos totales de tres temporadas superaron el millón de dólares.

En ese momento, Davidson se dio cuenta de que tenía algo más que “un bonito negocio de verano”. “En ese momento ya estaba totalmente comprometido”, explicó.

En otoño de 2014, Davidson y Pellan llevaron su idea, entonces llamada Flatbook, a una aceleradora tecnológica de Montreal llamada FounderFuel.

Davidson contó que allí comenzó a impulsar su deseo de generar una “marca de hospitalidad” global que combinara la reserva móvil y las facilidades de sitios como Airbnb o Home Away con la calidad y el confort de una marca hotelera de confianza, como Hilton, por ejemplo.

Para esto se asociaría con promotores inmobiliarios y propietarios para arrendar bloques de apartamentos, o incluso edificios enteros, con el fin de alquilar las unidades para estancias de corta duración a través de una aplicación propia. Cada unidad tendría una cocina completa y una sala de estar, por lo que la empresa podría ofrecer una garantía de calidad que se espera de una cadena hotelera de primer nivel.

El objetivo de Sonder es que los usuarios disfruten una cómoda estancia corta en apartamentos como si fueran hoteles de lujo

 

Repasando su historia, Davidson reconoce ahora que su visión general de la empresa ha sido “bastante extravagante” desde ese primer momento. “Era como: ‘Oye, creemos que podemos revolucionar la hostelería’”, recordó, y afirmó que su objetivo siempre fue “que la mayoría de la gente tuviera experiencias que se sintieran realmente lujosas sin tener que vaciar su cuenta bancaria”.

Esa idea ayudó a Flatbook, que luego se convirtió en Sonder, a recoger una inversión inicial de 6,5 millones de dólares en febrero de 2015 de un grupo de firmas de capital riesgo lideradas por BDC Venture Capital y Real Ventures (la firma detrás de FounderFuel).

Davidson y Pellan destinaron esos millones de dólares a la contratación de empleados para crear la plataforma tecnológica para las reservas online de Sonder. En 2016, trasladaron la empresa a San Francisco, para estar más cerca de la riqueza de capital de riesgo de Silicon Valley. (Ese año, Sonder recaudó otros 11,1 millones de dólares de la empresa de capital riesgo Spark Capital, con sede en San Francisco, seguidos de otros 32 millones de dólares de Greylock, otra empresa de la zona, en 2017).

A partir de ahí, la empresa creció de forma constante, alcanzando una valoración de 1.000 millones de dólares en 2019, momento en el que la empresa dijo que se acercaba a los 400 millones de dólares de ingresos anuales.

Pero, en 2020, la pandemia de coronavirus sacudió la economía mundial y el turismo y los viajes de negocios se desplomaron. “El año pasado fue el más duro para nosotros”, contó Davidson. “Ha sido difícil, creo, para mucha gente, y en particular para el sector de la hostelería y de los viajes”.

De todas maneras, Davidson también afirma que Sonder ha sido “muy afortunada” en comparación con muchos rivales, gracias a algunas decisiones estratégicas que la empresa tomó en 2020. “Creemos que nuestro futuro es tan prometedor como el año pasado o el anterior”, afirmó.