Polémica tras el cierre de las escuelas en New York mientras los bares siguen abiertos

Polémica tras el cierre de las escuelas en New York mientras los bares siguen abiertos

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¿Es necesario cerrar las escuelas de Nueva York para hacer frente a una segunda oleada del coronavirus? Como la tasa de test positivos en escuelas es minúscula y los gimnasios, bares y restaurantes permanecen abiertos, la decisión enfurece a miles de padres que exigen su reapertura inmediata.

La mayor ciudad estadounidense, que acoge a 1,1 millones de alumnos en sus 1.800 escuelas públicas, fue una de las pocas del país que reabrió las escuelas en septiembre.

Pero ahora ha tomado el camino opuesto a los países europeos, donde las instituciones educativas permanecen abiertas pero bares, gimnasios y restaurantes han cerrado.

Muchos padres no están contentos, aunque el alcalde Bill de Blasio recuerda que esto fue lo que se acordó con el poderoso sindicato de maestros si el umbral de test positivos superaba el 3% durante siete días en esta ciudad, que registra más de 24.000 muertos por covid-19 desde marzo.

“La decisión del alcalde es ridícula. Es como si los niños fueran la última prioridad de la ciudad. Precisan reabrir las escuelas ahora. No en una semana, ni en dos. ¡Ahora!”, dijo a la AFP Yelena, una madre de 40 años que tiene tres hijos en escuelas públicas del Upper East Side en Manhattan.

– ¿Escuelas esenciales? –
Yelena y decenas de padres acudieron el jueves al ayuntamiento de Nueva York para llevar al alcalde una petición con más de 13.000 firmas que urge a declarar las escuelas como un servicio esencial y mantenerlas abiertas.

Los padres señalan que las escuelas son seguras y que la tasa de test positivos en los establecimientos es mucho menor que el promedio de la ciudad: 0,23%. También afirman que la medida castiga a los niños más desfavorecidos -como los 60.000 que no tienen computador- y a las madres que trabajan.

“Vamos a perder toda una generación con las clases en línea”, dijo Megan Cossey, madre de un niño de 11 años y una de las organizadoras de la protesta.

Las escuelas neoyorquinas cerraron el 16 de marzo, cuando la ciudad se convirtió en el epicentro nacional de la pandemia, hasta el fin del año escolar en junio.

– Negociaciones sindicales –
Pero tras el verano boreal, en septiembre, Nueva York fue la única gran ciudad del país que reabrió las escuelas, aunque con un mes de atraso para poder instalar medidas de seguridad negociadas con el sindicato de maestros.

Una de las condiciones negociadas con el sindicato es que las escuelas cerrarían si el umbral de test positivos superaba el 3%, un porcentaje bajo, ya que en otras zonas del país fue fijado en hasta 10%.

Hubo entonces padres que incluso firmaron una petición para mantener las escuelas cerradas, y muchos estudiantes optaron por clases 100% remotas. Solo 300.000 alumnos aceptaron el modelo híbrido.

Michael Mulgrow, el presidente de la Federación Unida de Maestros, defendió el cierre de las escuelas, y subrayó que los expertos en salud pública urgen a ser precavidos antes de las festividades del Día de Acción de Gracias la semana próxima.

La tasa de test positivos de Nueva York aún es baja comparada con la mayoría de los demás estados del país, pero ha subido en relación al verano boreal, cuando oscilaba en torno al 1%.

Jessica Justman, profesora de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia, dijo que la medida de cerrar las escuelas es correcta, y que debe ser seguida por la prohibición de comer dentro de bares y restaurantes, que depende del gobernador Andrew Cuomo.

“Para mantenernos por delante de la curva, en mi opinión es razonable imponer estas restricciones”, afirmó.

Pero para algunos padres como Laura Espinosa, una ecuatoriana de 38 años, las clases remotas representan una pesadilla.

Sus hijos, gemelos de seis años, padecen el trastorno del espectro autista, son hiperactivos y Espinosa no logra que se queden sentados en su pequeño apartamento. Con la escuela cerrada, los niños no asisten a ninguna clase e impiden que su hija mayor se concentre en sus clases en línea.

“En la casa la salud mental de nuestros hijos y de nosotros se va agravando cada día más. Nos sentimos impotentes y ansiosos. Mis hijos necesitan instrucción en persona; los niños precisan volver a la escuela”, dijo esta mujer que vive en Brooklyn y participó en la protesta de padres frente al ayuntamiento.

AFP

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