Cavernarios por Luis Barragán

Cavernarios por Luis Barragán

Luis Barragán @LuisBarraganJ

La (ultra) izquierda cavernaria transita, en Chile y en España, el mismo camino por el que se aventuró exitosamente en Venezuela al concluir el siglo anterior y retrasar la llegada del XXI. La táctica devino consumada estrategia, urdida con la espesura del seguro concurso de los servicios de inteligencia de potencias foráneas, por lo que en nada sorprende la configuración de un régimen represivo de sórdido talante policíaco.

Satanizada hasta la saciedad, el cuestionamiento febril de toda la transición democrática también les facilitó un espacio propicio al asalto. La generación de una poderosa ilusión constituyente que desembocó en un texto constitucional traicionado a la postre, es el otro elemento de un manual de cuño leninista ahora actualizado por las ventajas que les concede el comandante Covid19.

Al sur del continente y en la península al oeste del otro, transcurren las escenas que nos son tan familiares a los venezolanos, ahora condenados – mas no, resignados – a la burda supervivencia. La opinión pública y la parlamentaria de las otras latitudes, atraviesan una polémica que puede adormecerse gracias a la siembra de sendos estereotipos capaces de descomponer el discurso, la discursividad y la narrativa política de una saturación noticiosa harto interesada que esconda las intenciones y propósitos que no soportan un debate sobrio, organizado y profundo.





La pirotecnia eclesiástica, aparente y sólo aparentemente espontánea, quizá incurra en el imprudente gesto delator de esas intenciones, pero los propósitos se imponen con una aceleración angustiosa, desde sectores que juran una oportunidad impostergable. El antes impensable control de los resortes institucionales, le da una especial significación a las ocasiones ibéricas que se ofrecen.

Lo ocurrido recientemente en Bolivia, ejemplifica la persistencia de un proyecto que suele descolocar a sus adversarios, inevitablemente diversos. Precisamente, acá, alterando los supuestos estratégicos convencionales, está el epicentro: en una oposición demasiado convencional que todavía no se entiende en el marco de una decidida confrontación anti-occidental.