David Morán Bohórquez: Venezuela e Irán, dos mochos rascándose

David Morán Bohórquez: Venezuela e Irán, dos mochos rascándose

En noviembre de 2019 se registraron violentas protestas en más de 100 ciudades de Irán por el aumento de la gasolina. En la gráfica en la ciudad de Isfahan. El saldo oficial fue de 230 muertos durante los disturbios | Foto AFP

 

Con la descarga del segundo petrolero iraní, Maduro anunció que la producción de gasolina se había reanudado en las refinerías Cardón y El Palito. La nación venezolana se enfrenta a una crisis de suministro periódica y a colas en las gasolineras y a protestas sociales.

Aún con las refinerías locales teniendo instalaciones de primera con capacidad instalada para producir más de 300 MBD de gasolina, Pdvsa ha sido incapaz de superar los 50 MBD (16%) de producción diaria, ni siquiera de manera sostenida. Por pocas semanas se mantiene algo de producción, luego se paraliza por semanas, luego se reanuda y así han estado por varios meses. La fuga de personal técnico, los bajísmos salarios, la corrupción rampante, el acoso policial a los trabajadores, la mala gerencia y la falta de recuros financieros impiden la estabilización de la producción local.





Enviar gasolina de Irán a Venezuela no es rentable en las dimensiones de una línea comercial y solo persigue aspectos propagandísticos e ideológicos porque el riesgo de tales convoyes no es compatible con las dimensiones financieras de las transacciones. Hasta hace dos años Irán era importador de gasolina. Irán no es exportador por su producción nacional y su alto consumo local. La gasolina está racionada actualmente y la crisis que creó la pandemia china en ese país, es lo que ha permitido acumular algunos excedentes ocasionales.

El jefe de la Asociación de Gremios de Propietarios de Gasolineras de Irán le dijo a la agencia ILNA que existen serios problemas con el suministro de repuestos de gasolineras e incluso no se pueden encontrar repuestos estadounidenses ni alemanes, y los chinos de mala calidad están a 10 veces el precio regular. Esto ha provocado que 750 surtidores fallen en el país y este número está aumentando rápidamente. En pocas palabras, en un momento en que las estaciones de servicio iraníes están en peligro de cerrar, algunas instituciones de la teocracia están enviando gasolina y equipos de repuestos a Venezuela, pero no está claro a qué precio y en qué se transan.

El principal problema en este sentido es el intercambio de dinero entre Teherán y Caracas, que no solo están aislados de los mercados mundiales, sino que las tesorerías de ambos países se han vaciado debido a las sanciones de EEUU y la corrupción generalizada en ambos regímenes, y no se sabe cómo se pagará este petróleo y gasolina.

En las últimas tres semanas, el petrolero Horse o Hani entregó a Pdvsa un cargamento de 2 millones de barriles de condensado (crudo muy liviano °API 60) del campo South Pars, y los petroleros Forrest y Fortune han entregado 300.000 barriles de gasolina cada uno a dos puertos del país. Otro petrolero con la misma cantidad de gasolina iraní llegó será descargado pronto.

Pdvsa tiene problemas para producir petróleo en la FPO desde las sanciones de EEUU porque necesita condensado o petróleo liviano, que antes recibía de Estados Unidos, para diluirlo y producir la segregación Merey 16. Por falta de inversión y mantenimiento los campos productores de liviano y mediano en Venezuela están casi paralizados.

Uno de los eventos recientes más controversiales fue cuando se informó que el petrolero Horse (Hani), había cargado petróleo venezolano para transferirlo a un cliente. El detalle es que Irán tiene el potencial de suministrar petróleo similar, y si hay un cliente que puede pagarlo, normalmente debería venderle su propio petróleo, no ayudar a Pdvsa, a menos que el precio haya sido en extremo bajo e Irán haya obtenido beneficios en su reventa.

En particular Irán tiene el petróleo del campo Sooroosh (agrio °API 18), que es muy similar al petróleo Merey °API 16 venezolano, y lo ofrece con grandes descuentos para llenar la vacante de Venezuela en el mercado, que también está sujeto a sanciones estadounidenses.

Muchas de exportaciones del pesado iraní van a aguas de Malasia, donde se transfieren a petroleros de Malasia y se venden como petróleo de Malasia hacia China, para las refinerías “Tea pots” de ese país. Irán negocia su participación en ese mercado a nombre de Malasia, Irak e Indonesia, y vende su petróleo con una ganancia máxima de USD 5 por barril. Por este petróleo, no recibe una moneda válida (dólares y euros) y no hay garantía de recibir la misma cantidad de demanda porque la venta no está bajo contrato y no está registrada a nombre de Irán y no hay evidencia de importación de petróleo a China. Según la ley china, el país tiene reservas de petróleo no relacionadas o registradas que se almacenan temporalmente en alta mar hasta encontrar un cliente secundario y, por lo tanto, no están registradas en la lista de aduanas. Este método de negociación tiene muchos beneficios para los chinos.

Primero, pueden comprar y almacenar petróleo iraní sin incurrir en las sanciones estadounidenses. En segundo lugar, no necesitarán pagar de inmediato ni siquiera en dólares, y determinarán las condiciones de pago. El tercer beneficio es que compran este petróleo por USD 11 por debajo del precio FOB del petróleo iraní en el Golfo Pérsico o USD 12 por debajo del precio FOB de Basora (para el llamado petróleo iraquí), que es mucho más barato que la compra oficial. El cuarto beneficio es que Kish Insurance Company paga todos los costos del seguro y los daños del petrolero a expensas del gobierno iraní, entoces el costo de envío es casi gratuito. El quinto beneficio es que Pekín, al almacenar millones de barriles de petróleo iraní, que recibe en condiciones increíbles y fáciles, crea una alta seguridad energética para sí mismo e incluso puede controlar el precio del mercado petrolero en algunos casos vendiendo esos crudos.

Un informe reciente menciona que tres petroleros transportan crudo regularmente entre Irán y China, a menudo entregando petróleo a petroleros más pequeños (STS) en aguas de Malasia, el Golfo o Irak, o directamente a puertos chinos. Estos petroleros incluyen Giselle, Stream y Snow, que pueden transportar 1,2 millones de barriles por ruta.

Nos preguntamos, ¿puede estabilizarse el intercambio comercial entre Venezuela e Irán? Consideramos que no. Ni en el campo de la gasolina ni en el petrolero. China podría explicarlo claramente.