Derechos Humanos para el despropósito revolucionario, @ArmandoMartini

Derechos Humanos para el despropósito revolucionario, @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

Si algo faltaba para intranquilizar a ingenuos descreídos y candorosos pueriles, el Informe sobre Derechos Humanos en Venezuela es aterrador, demoledor. Precisa pormenores, datos, referencias, detalles abrumadores e incluso espeluznantes, el horror de un régimen empecinado en destruir dignidades, retener sin respaldo judicial, atormentar e incluso matar por comisión u omisión. El castrismo al verse descubierto por la demostración imparcial y objetiva, en su desespero tachan de intervención, apelando al dislate del patriotismo nocivo y nacionalismo deshonesto. 

Al leerlo se ponen los pelos de punta y se sufre el descarnado relato; sin poder evitar traer a la memoria el gulag, desgracia e infortunio para la humanidad que es el comunismo soviético, campos de concentración nazis y horrendas cárceles, sepulturas para vivos en la agonía del olvido y certeza del para siempre en la Cuba represora, tiránica, violadora de derechos, perseguidora de la libertad y los demócratas.

Estremece la crudeza expuesta en el informe presentado ante la Organización de Naciones Unidas por la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela. Consta de cuatrocientas páginas, profundas, escrupulosas, que dejan poco para la imaginación sobre desapariciones forzadas, tortura, abuso sexual, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, tratos crueles, inhumanos y degradantes cometidos por el Estado venezolano. La transgresión y atropello a los derechos son intolerables, no pueden quedar impunes.





Queda numérica y patéticamente establecido que el chavismo tiene un objetivo, superar las cifras tenebrosas de sus guías cubanos rejuveneciendo afrentas, prisiones, ausencia de justicia y piedad de los regímenes de Stalin y sus esclavos de la Unión Soviética, de la China que soportó el peso nefasto del pedófilo sinvergüenza seductor de niñas Mao Tsé Tung y todos los horrores de la historia, que son hace tiempo demasiados.

Brutalidad, sótanos del terror, que construye el chavismo reconvertido en madurismo militarizado e incompetente. En vez de ciudadanos conscientes, luchadores, forjadores de bienestar, el chavo-madurismo aprende, aplica y toma lo peor del putrefacto castrismo cubano, del fanatismo tergiversador de los traidores al Corán y pensamiento de Mahoma que hoy sojuzgan a Irán.

La contundencia del informe es lapidaria. Realizado por un equipo de expertos, responsables e independientes. No es un documento imperialista ni dictado por el alegado imperialismo yanqui, tampoco es producto de mezquinos que se apropian indebidos de la participación y autoría, cuando la realidad son muchos los involucrados, profesionales del derecho que reclaman justicia, la incansable labor de las organizaciones no gubernamentales, y especialmente, la valentía, coraje de los testimonios de víctimas y familiares. La politiquería oportunista, aprovechadora, ignora la corajuda lucha de los mártires mortificados y angustiadas familias. Es alarmante la confirmación de la crueldad, total ausencia de escrúpulos de esta revolución bolivariana, que tontos de poco entendimiento aun respaldan y acompañan.  

Aliados y promotores de los denunciados por crímenes de lesa humanidad declarado por las Naciones Unidas guardan silencio, hacen esfuerzos por minimizarlo, encubrirlo y disimularlo. ¿Por qué? No son tan pendejos como para estar cercanos a sujetos considerados siniestros patibularios. Son parias, impuros, sin capacidad e integridad moral, acreedores de un amplio desprecio mundial. La naturaleza humana repudia y rechaza sin contemplación a quienes la humillen, laceren, ultrajen y deshonren.

El mundo está horrorizado. Lo inaudito. Existen precarios de venezolanidad, sentido y mente, estultos cooperantes de conciencias débiles y socorridos de argumentos fútiles prestan sus nombres para “legitimarlos”; impropio, demencial, avalar un fraude y ser testigos de una estafa. ¡Que estupidez!  

Escuchar carentes cerebrales, produce repugnancia cuando proponen; absolver sin escarmiento, poner la otra mejilla, o la expresión popular de tragarse un sapo, en la cual se debe, obligatoriamente, atravesar, soportar una circunstancia desagradable, en el trabajo, la vida afectiva o pública. ¡Vayan al carajo! Para que tenga éxito un proceso de reconciliación sano, perdurable, sostenible, debe haber justicia confiable, que respete el derecho y buen proceder, sin impunidad. 

¿Cuánto soportará la ciudadanía esta indignidad, este fracaso vergonzoso en pleno desarrollo? Nadie sabe, imposible predecir. El desconsuelo es que llevamos más de veinte años tolerando, aguantando esta represión, maraña de delitos, llegando a ser, la única victoria del castrismo chavismo madurismo, en ser uno de los peores si no el peor país del mundo.

@ArmandoMartini