La protesta social derrotará al Estado cuartel, por José Machillanda

 

La protesta social crece y se diversifica aún emboscada por la pandemia y reprimida de manera brutal por el Estado Cuartel como gobierno, que se muestra y ejecuta un máxima perversión e inhumana conducta propia de un régimen violatorio sobre una sociedad ahogada, que termina por ejecutar la protesta como vía de reclamo a un bestiario que se le olvidó el Contrato Social. Es ese gobierno-régimen que desconoce el derecho, facultad tácita del ciudadano para hacer resistencia cuando, como ocurre en Venezuela, hombres, mujeres, jóvenes y hasta adultos mayores se sienten agraviados. Por eso es que el militarismo del régimen-gobierno que se entiende como autoridad.





Por José Machillanda

Pues, sepa este régimen como Estado Cuartel que la mayoría de venezolanos democráticos están hartos y, hambreados y perseguidos, se crecen como protesta por sentirse agraviados. Ese Estado Cuartel bufón-político, que todavía vive en la imposición de la mentira empleando el plan de machete y la peinilla para causar agravios a la ciudadanía. Ciudadanía que sabe que la soberanía ciudadana es sagrada, por cuanto representa el interés común. El interés mayor del venezolano que está consciente que sólo puede ser gobernado por la Constitución. La Constitución que representa la voluntad general de esta Venezuela destrozada por el Estado Cuartel que no genera paz ni igualdad.

Paz e igualdad que son los elementos esenciales para la armonía en el cuerpo societal, que este régimen de espalda a la política brutalmente por la vía de la antipolítica, produce un crecimiento de la rebeldía venezolanista: la protesta. Protesta que con su crecimiento se convertirá en legítima desobediencia. La desobediencia que ya y ahora muestra la protesta que sigue y crece como han expresión sociológica de la vergüenza e indignación de la mayoría de los venezolanos. Venezolanos que están asqueados del régimen, pero además muestran que a este desgobierno se le acabó el tiempo.

Tiempo que se le acabó por cuanto los demócratas se sienten agraviados y no han podido terminar de visualizar a reales líderes democráticos, en consecuencia el ciudadano se visibilizará tal como es, un hombre o mujer que reclaman la justicia pero además gritan por un Estado Cuartel ilegítimo y brutal, que no puede comprender el más grande rechazo de la civilidad. Civilidad violentada, hombres y mujeres acorralados por un régimen torpe, por la improvisación, por su propia y brutal inseguridad que lo muestra es su ineptitud. La ineptitud del chavismo madurismo en colapso.

El chavismo-madurismo en colapso está siendo enseñado por la protesta social incremental, para que recuerde que la protesta es un derecho, que la ciudadanía no puede ser sometida a más sacrificio y como consecuencia de esa torpeza hombres y mujeres están listos a defender e imponer sus derechos. Imponer los derechos ciudadanos en contra de la grotesca propaganda y la violencia que sufre el venezolano. La ciudadanía le esta dando clase al chavismo madurismo en colapso y con la protesta se niega a acatar la fuerza bruta. Fuerza bruta en Venezuela que pretende una esclavitud que muestra un gran miedo y terror con su improvisación contra el mito derrumbado de la eficiencia militarista.

Militarista, gobierno sin conocimiento del gobierno, sin noción de país, menos de su sociedad, mucho menos de una sociedad harta que muestra a un ciudadano sacrificado que ya está hambreado, ofendido y perseguido y a decidido decir ¡Basta! mediante la protesta. Al chavismo-madurismo-militarista le ha tocado diana la voluntad férrea del venezolano para estremecer al régimen acobardado y mostrarle lo falaz y torpe de sus ejecutorias. El régimen chavista-madurista como Estado Cuartel no oye, no ve, no entiende… desconoce la ciudadanía soberana y con ello declara la muerte del cuerpo político, pero lo que ha logrado es que la sociedad sufrida, peor valiente se convierta en la masa social que reclama el Contrato Social.

El Contrato Social que promueve que la sociedad como colectivo y producto de sus asociaciones específicas y alrededor de la Constitución, se abracen a ella y se fortalezcan mediante la protesta. Constitución y protesta que consagra a la comunidad venezolana hoy 2020. Comunidad a que representa la voluntad general del pueblo. La gente toda como soberano, como político, como grupo que se ha decidido corregir esta locura en la que esta viviendo Venezuela. La voluntad del venezolano y mujer de a pie, esos sufridos que hoy tienen como símbolo de la protesta si, su protesta a la barbarie y al Militarismo para imponer la civilidad.

La civilidad que nace y se nutre de la protesta social, crecerá para llegar a la desobediencia. Esa desobediencia crecerá hasta ser desobediencia general y de la desobediencia general alcanzara la Resistencia Civil. Ese es el camino de la política, eso se llama política entender las diferencias, pero entender las mayorías para alcanzar un cambio que culminará en una transición política anclada en la democracia, nacida de la protesta como voluntad que se comenzara a medir con la farsa del 6D. La farsa del 6D será enterrada como hecho pseudo político, cuando muchos ciudadanos expresen su resistencia civil como vía de la dignidad y la virtud de los demócratas frente al Estado Cuartel.

Estado Cuartel como locura, período adireccionado y absurdo que muestra a la barbarie militarista venido de un golpismo y la brutalidad de sectas, sectas de anti política amarradas muchas de ellas a la desgraciada historia de Zamora. Estado Cuartel que sigue la violencia zamorana y que es incapaz de comprender la protesta, la virtud y la dignidad de la oposición democrática. La protesta presente y creciente lograra el cambio. Cambio político para recrear una Venezuela sufrida, atrasada que solo le queda el esqueleto de una nación vacía, donde además se piensa borrar su historia real.

Historia real tan sólida y cierta que declara que nunca más podrá existir en Venezuela un socialismo militarista perverso y desviado, que tiene miedo de reconocer las instituciones que se pone de espalda a la ciudadanía y la venezolanidad. A ese militarismo perverso le resulta imposible por su atraso y desvío máximo, además de ser parte de un régimen, entender la proyección, importancia y peso de las protestas. La protesta creciente, persigue restaurar la democracia. Democracia basada en un contrato social que rechaza al gobierno farsante y que demuestra el peso y valor de una sociedad, que con coraje y civismo declara el fin de una regresión política social contenida y reorientada hacia la democracia por vía de la protesta ciudadana.

Es original,

Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO-CSB
@JMachillandaP
Caracas, 15 de septiembre de 2020