Envejecer en Venezuela: El fenómeno del abuelo abandonado

Envejecer en Venezuela: El fenómeno del abuelo abandonado

Por Natacha Sánchez @natachaesanchez

 

 

Envejecer en Venezuela se ha convertido en un panorama desalentador, las carencias de los ancianos van desde lo afectivo hasta lo económico. La falta de políticas gubernamentales ha ocasionado que las personas de la tercera edad se enfrenten a terribles escenarios en medio de una crisis que persiste en un país que hasta ahora no ofrece calidad de vida a este sector de la población.





Natacha Sánchez || Crónica Uno

La vida de un adulto mayor en Venezuela está llena de precariedades, en especial para aquellos que sobreviven con la pensión que ofrece el régimen de Nicolás Maduro, hasta ahora como única política de atención a los ancianos.

Sin embargo, acceder a esos 400.000 bolívares mensuales implica una serie de riesgos que deben afrontar sin tener otra opción. Desde dormir a las afueras de las entidades bancarias hasta salir en medio de la pandemia COVID-19, son los sacrificios que deben hacer los ancianos en el país para cobrar sus pensiones. Y esto sin tomar en cuenta que al menos 600.000 personas mayores en Venezuella no cuentan con una pensión.

Además, deben hacer milagros para comprar los productos de primera necesidad y llevar la comida a la mesa. Son muchos los que manifiestan que con los 400.000 bolívares de la pensión no tienen acceso a una buena alimentación porque no alcanzan a comprar lo necesario para una comida balanceada.

El estudio realizado en julio por la Asociación Civil Convite indica que en Monagas 52 % de los adultos mayores ha reducido sus porciones de comida por el costo de los alimentos.

Hemos denunciado desde hace mucho tiempo la situación de desatención y precariedad que viven nuestros adultos mayores. Un alto porcentaje ha reducido su calidad de vida. La vida se les ha vuelto más difícil de llevar“, explicó Francelia Ruiz, directora de proyectos de la organización.

Tal desatención ha sido poco denunciada, los ancianos en reiteradas ocasiones han tenido que alzar su voz para ser tomados en cuenta. En cada fecha destinada para el cobro de pensiones han trancado las principales vías de Maturín para exigir no solo que les paguen, sino buen trato por parte del personal de los bancos del Estado.

La limitada pensión obliga a quienes la reciben a depender de una fuente económica ajena a sus ahorros, como el Estado o familiares. En el caso de quienes no poseen ayuda de sus parientes, la caja Clap logra balancear un poco las cargas, aunque este beneficio no sea distribuido con frecuencia.

En Monagas, 63 % de la población perteneciente a la tercera edad depende del este beneficio. Sin embargo, expertos han manifestado que no cumple con el contenido proteico apto para la alimentación de un anciano.

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