La vejez es una de las etapas de la vida en el que el venezolano se ve envuelto en un verdadaro viacrucis cuando el cuerpo no funciona como antes pero la situación del país va de mal en peor. Ellas son madre e hija y por razones distintas dependen de una silla de ruedas que les dificulta sobrevivir en una Maracaibo infectada por Covid-19, pues la poca ayuda que recibían antes ha disminuido tras la pandemia.
Por lapatilla.com
Ligia Elena y Elisa tienen 95 y 70 años respectivamente son unas de tantos adultos mayores que se las ven grises durante la crisis venezolana con la falta de medidamentos y los altos precios de la comida. Aseguraron al medio VPI Tv que son ayudadas con los vecinos para las compras y unos pocos familiares que les dan para comer, pero mencionan que siempre les falta algo en la mesa.
Elisa comentó la travesía para recolectar agua en su apartamente que llega cada 15 días: “Ese ciclo es agobiante porque tengo que dejar lo que estoy haciendo y empiezo a recoger agua. Salgo del lava plato de llenar los botellones y cuando termino ahí veo para el baño (…) Eso no parece un baño, eso parece un depósito para recoger agua”.
Y en una ciudad donde los apagones son el pan de cada día, solamente cuentan con un pequeño celular de Elisa que a duras penas alumbra pero firma que su madre no logra ver nada durante las horas oscuras.