Luis Alberto Buttó: La radiografía de un país

Luis Alberto Buttó: La radiografía de un país

Luis Alberto Buttó @luisbutto3

La realidad mostrada en la más reciente edición de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), ampliamente difundida en medios de comunicación y redes sociales esta semana, no puede entenderse como la fotografía del país. Al decir que la ENCOVI es tan sólo la fotografía de la sociedad venezolana actual podría estarse dando por sentado que los datos allí contenidos, en sí mismos, reflejan una visión instantánea, pasajera, de la vida del venezolano que, con cierta facilidad y en un lapso no tan extendido, podría revertirse. No es así. Lo que muestra la ENCOVI es la dramática radiografía del país; lo que a lo interno y profundo, de manera inmisericorde, está carcomiendo, deshaciendo, los pilares básicos de la vida nacional. De lo que a gritos están alertando los investigadores que llevaron a cabo todo el trabajo que condujo a la estructuración de la ENCOVI es, entre otras cosas, del flagelo del hambre que sufre la abrumadora mayoría de los venezolanos.

La ENCOVI muestra el más dantesco de los escenarios, ya no imaginable, sino concreto en su particular atrocidad: el escenario donde el grueso de las familias venezolanas, sea que sus miembros económicamente activos se desempeñen en la economía formal o sea que transiten los caminos de la economía informal, no logra sumar la cantidad de ingresos mínimos requeridos para reponer la fuerza física que sus integrantes consumen en la realización de las actividades cotidianas. Niños, jóvenes, viejos, todos en la misma condición sin distinción alguna. Es el rostro espantoso de la pobreza asomándose abrumadoramente en cada rincón del país. Un país, en consecuencia, de menesterosos. El país resultado del socialismo llamado de nuevo cuño, con las malas intenciones de siempre.

Por supuesto, como sociedad, reconocer lo evidenciado en la ENCOVI es sólo un primer paso en el cúmulo de esfuerzos a desplegar para cambiarlo. Paso fundamental porque ningún problema puede abordarse con eficacia si no media el diagnóstico certero de los elementos característicos que lo hicieron y hacen posible. Con suma claridad, la ENCOVI representa ese diagnóstico. Cómo superar lo allí descrito es una de las interrogantes fundamentales. La otra interrogante obligatoria es cómo formular e impulsar el auténtico proyecto nacional que materialice los cambios necesarios que hagan posible superar lo reflejado en la ENCOVI y garantice que dichas transformaciones se sustenten en el tiempo.





En este sentido, el liderazgo identificado con la opción democrática tiene mucho por decir y mucho más por hacer. Cuando menos, debería quedar claro que esquemas que han demostrado con anterioridad absoluta ineficacia o inconveniencia en el abordaje de estos problemas, o que han sido la causa intrínseca de ellos, no pueden repetirse. No se trata de recurrir a frases comodines que adornan declaraciones de prensa; frases comodines que lucen impactantes al verterlas en redes sociales. No basta con asomar que hay que crear riqueza para abatir la pobreza. Hay que pensar un poco más y puntualizar. Puntualizar, por ejemplo, la especificidad y viabilidad de los mecanismos que generarían esa riqueza y lograrían que se extienda a la mayor cantidad de gente posible. El asunto es serio. No hay futuro para Venezuela y los venezolanos si ello no se resuelve.

¿El anhelo de muchos de nosotros? Vivir lo suficiente para ver otra radiografía del país.    

@luisbutto3