Protección, precaución o falsa seguridad: El debate de las mascarillas

Protección, precaución o falsa seguridad: El debate de las mascarillas

Personas con mascarillas frente a un centro comercial en Pekín, China, 11 marzo 2020.
REUTERS/Thomas Peter

 

Llevar mascarilla o no. Para todos o sólo para los contagiados. Factor decisivo o apenas una ayuda. El debate sobre si taparse la boca y la nariz ayuda a contener la expansión del COVID-19 está muy presente en Europa Central, donde varios países han impuesto su uso, mientras la Organización Mundial de la Saud (OMS) se muestra, cuando menos, escéptica.

República Checa y Eslovaquia son los dos únicos países en Europa que han impuesto el uso obligatorio de mascarillas al salir de casa. A ellos se suma ahora Austria con la obligación de emplearlas en los supermercados, y Eslovenia en cualquier espacio público cerrado.





UNA BUFANDA TAMBIÉN VALE

En estos cuatro países, una bufanda o una prenda de ropa que cubra nariz y boca, y limite la expulsión del virus al toser o estornudar, se acepta como sustituto de las mascarillas.

En Hungría las autoridades desaconsejan su uso a quienes están sanos porque creen que genera una falsa sensación de seguridad, al tiempo que reconocen que no hay suficientes mascarillas para toda la población, por lo que no es posible imponer su uso.

El Gobierno búlgaro ha sido el mejor ejemplo de las dudas y el debate sobre las mascarillas: en apenas unas horas pasó de imponer su uso bajo pena de multas de 2.500 euros, cuatro veces el salario medio, a dar marcha atrás porque “no hay consenso en la sociedad”.

LA OMS LO EXPLICA

La OMS ha tratado de aclarar el asunto con una serie de sencillas recomendaciones.

Quienes están enfermos, deben usar máscaras para evitar contagiar a otros. Quienes cuidan y tratan a los enfermos, deben llevarlas también para protegerse del contagio.

En este punto, hay que explicar que no todas las máscarillas son iguales.

MASCARILLAS Y MASCARILLAS

Por un lado están las mascarillas que simplemente cubren la nariz y la boca, como las que usan los cirujanos, y que sólo pueden limitar el riesgo de contagiar a otros, pero no le protegen a uno del contagio.

Por otro, las de con un sistema de filtrado que en función de su umbral de protección se clasifican, de menos a más seguras, como FFP1, FFP2 y FFP3.

Una máscara FFP2 suele ser suficiente para retener las gotitas que genera una persona infectada cuando tose, estornuda o habla.

La OMS recuerda que el COVID-19 no se transmite por el aire: esas gotitas pesan demasiado para quedar flotando, y caen rápidamente al suelo

La infección puede producirse al respirar el virus si se está a menos de un metro de alguien infectado, o tocando una superficie contaminada y llevándose luego las manos a la cara.

FALSA SENSACIÓN DE SEGURIDAD

Resumiendo, la OMS no recomienda el uso de máscaras para la población sana, pero tampoco critica a los países que recomiendan llevarla.

Eso sí, recuerda que esa prenda es habitualmente usada de forma errónea, o puede dar una falsa sensación de seguridad o hacer que se olvide la medida más eficaz: guardar distancias y lavarse las manos.

“El uso de mascarillas en sí no garantiza la protección si no se combina con otras medidas. El problema es que la gente que las utiliza puede tener un falso sentimiento de seguridad y olvidar otros gestos esenciales como lavarse las manos”, explicó esta semana el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic.

OBLIGATORIO EN R. CHECA Y ESLOVAQUIA

El Gobierno checo decretó el pasado 18 de marzo la obligación de cubrirse la boca y la nariz en lugares públicos, mediante una mascarilla o otra prenda, como una bufanda. República Checa se convirtió así en un país pionero en Europa en adoptar esa medida.

El primer ministro checo, Andrej Babis, aconsejó incluso esta semana al presidente de EEUU, Donald Trump, a que adopte la misma decisión.

“Señor presidente Trump, intente combatir el virus a la manera checa. ¡Llevando una simple máscara textil reduce la extensión del virus en un 80 %! La República Checa ha hecho obligatorio llevar mascarillas en lugares públicos”, explicó Babis en un Tweet.

Desde el estallido del brote de coronavirus hay oficialmente en el país 3.330 contagiados de una población de 10,5 millones, con 31 personas fallecidas.

Un grupo de artistas checos han producido un vídeo en inglés titulado “How to significantly slow coronavirus” (Cómo frenar de forma notable el coronavirus) que se hizo viral esta semana y en el que defienden el uso de las mascarillas para no contagiar a otras personas.

“De acuerdo con nuestra experiencia profesional, una simple máscara casera puede prevenir hasta en un 100% la difusión de microgotas que pueden estar infectadas”, explica en ese vídeo Vladimir Zdimal, jefe de Departamento de Química y Física de Aerosoles de la Academia de Ciencias checa.

En Eslovaquia, donde también es obligatorio. La reciente jura del nuevo gobierno se produjo con todos sus integrantes portando máscarillas y guantes para dar ejemplo entre la población del país de 5,4 millones de habitantes.

HACER LA COMPRA CON MASCARILLA

En Austria, donde la expansión de la epidemia está aún bajo cierto control, con un número relativamente bajo de infectados confirmados, hospitalizados y fallecidos, será obligatorio a partir del lunes próximo usar las máscaras dentro de los supermercados.

Esta decisión del Gobierno ha sido paralela a la publicación de un informe, realizado por matemáticos y médicos de la Universidad de Viena, en la que se recomienda su uso para reducir el “factor de replicación”, es decir, el número de personas a las que un infectado contagia de media.

“Incluso si la protección individual de las máscaras puede que no sea muy alta, el efecto estadístico sobre la propagación de la enfermedad parece ser considerable”, argumentan estos expertos.

Con todo, el Gobierno austríaco ha insistido en que el uso de máscaras, que serán repartidas gratuitamente a la entrada de los supermercados, no sustituyen en ningún caso la recomendación básica de mantener un metro de distancia con otras personas y reducir al mínimo posible el contacto social.

PEQUEÑA APORTACIÓN

“Esta medida llega en el momento adecuado. También en Austria hubo al principio de la pandemia colegas que dijeron que las máscarillas no eran necesarias. Yo, que no siempre he sido un defensor de ellas, me alegro de que se aplique”, explica a Efe Norbert Nowotny, virólogo de la Universidad de Veterinaria de Viena.

Este experto en infecciones virales en humanos y animales comenta que hay mucha gente infectada, sin apenas síntomas, que sigue saliendo a la calle y teniendo contacto con otras personas.

“Pienso que llevar una máscara o una protección de la nariz y la cara aporta algo. En cualquier caso, es una aportación, una pequeña aportación a la contención”, indica. EFE