Paramilitares secuestraron e intentaron asesinar a reportero gráfico en Bauxilum (Fotos+Video)

Paramilitares secuestraron e intentaron asesinar a reportero gráfico en Bauxilum (Fotos+Video)

Foto El Universal

 

Jesús Vásquez, reportero gráfico del medio digital Caicara al Día y corresponsal de Soy Nueva Prensa de Guayana, no olvidará la noche del 15 de noviembre. Esa noche lo secuestraron, intentaron asesinarlo y casi lo logran, publica el diario El Universal.

Vásquez tenía varias semanas cubriendo las protestas de trabajadores de Bauxilum, empresa que forma parte del consorcio de la Confederación Venezolana de Guayana, “los trabajadores del Pijiguao, tenían tiempo denunciando violaciones a sus derechos humanos, maltratos y la violación de sus contratos, así como a la Ley del Trabajo. Acusaban a la directiva de la empresa de despidos injustificados, además acusaban que la empresa estaba otorgando puestos de trabajo a supuestos colectivos, personas armadas cuyo único objetivo era amedrentar a los trabajadores, no trabajan, no hacen nada, pero siempre están involucrados en los amedrentamientos”.





Asegura que las denuncias que había publicado en ambos medios habían ocasionado malestar en la directiva de la empresa básica de Guayana.

 

El 15 de noviembre a las 8 y 40 de la noche Vásquez se encontraba cerca de la torre de comunicaciones “Estaba usando el wifi para enviar a las páginas web en las que trabajo el material que había logrado ese día”.

En ese momento llegó un motorizado acompañado por un parrillero y se detuvieron frente a él, “yo sabía que eran colectivos”.

“Eso no era normal, tuve un mal presentimiento. Los sujetos me dijeron que querían hablar conmigo y les respondí que no tenía nada qué decirles, traté de alejarme, di unos pasos en sentido contrario a ellos y ellos arrancaron, luego sentí un golpe en la cabeza y caí. Me habían golpeado con un casco. Allí mismo me inmovilizaron”.

A los pocos minutos llegó un alto directivo de la empresa acompañado por el gerente de Protección de Planta, un guardia nacional y varios sujetos, colectivos, a quienes identificó como tales porque todos usaban una bufanda estilo Hezbolá.

“Allí mismo me agarraron a golpes y patadas, me amarraron con mecates en las manos y piernas y me montaron en una camioneta, me dijeron que hasta ese momento echaba vaina, que iban a matarme y a lanzar mi cadáver al río Simonero. Me llevaron amarrado hasta una casa donde buscaron gasolina para echarme candela”.

Cuando iban saliendo, cerca de un puesto de la Guardia Nacional ubicado en la salida de la planta, vio lo que sería la única oportunidad de salir vivo de todo el rollo, y comenzó a pelear con el hombre que lo tenía tirado en el piso de la camioneta, en medio de la pelea, se cayó el contenedor de gasolina y en ese momento comenzó a gritar pidiendo auxilio.

Un guardia que estaba en el puesto lo escuchó y ordenó que detuvieran la camioneta, en ese momento el alto directivo de Bauxilum, se bajó e intentó desviar la atención de lo que estaba ocurriendo, pidió hablar con un general de la GNB, que no estaba en el centro, mientras intentaban irse, el guardia ordenó que me dejaran bajar y que me llevaran a la parte interna del puesto militar.

En ese momento cambió la estrategia de los secuestradores. “Comenzaron a decir que me agarraron luego de que yo golpeara a la asistente del directivo de Bauxilum, cosa totalmente falsa, quieren levantar un falso positivo, valiéndose de su posición, quieren acusarme de algo que no he hecho para meterme preso por las denuncias que he realizado”.

Finalmente indicó que tras dejarlo en el puesto de la GNB, logró salir de la sede de Bauxilum y trasladarse hasta Caracas, donde acudió ante el Ministerio Público y formuló la denuncia del secuestro, amenaza de muerte, abusos y maltratos que sufrió.

El caso quedó en manos del Fiscal 46 nacional de secuestro y la Fiscalía Primera de Bolívar, además denunció el caso ante la Organización No Gubernamental Provea, organismo que emitió un pronunciamiento a su favor.

Destacó que teme por su vida y alertó al Ministerio Público, así como a otras organizaciones, sobre la situación de riesgo que enfrenta, “mi vida está en peligro, me amenazaron de muerte”.

Foto El Universal

 

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