Carlos Ochoa: No le paren bolas

Carlos Ochoa: No le paren bolas

 

Con la entrada como Pedro por su casa a Venezuela, aclamado por una multitud espontanea y escoltado por varios embajadores de países democráticos que ya han reconocido a Guaidó como Presidente encargado, a Nicolás Maduro no le quedó otra que decir a manera de explicación a la minoría que aún lo apoya que “no le paren bolas a Guaidó”, para acto seguido montarse apresurado en un avión con destino a la capital del mar de la felicidad para reunirse con sus jefes cubanos, a ver cómo le salvan un ojo al gallo de un gobierno usurpador que está técnicamente caído.





Para la Fuerza Armada la frase  “no le paren bolas” de Maduro,  es un mensaje que expresa todo lo contrario, lo que dice es, párenme bolas que el control del país se me escapa de las manos con cada sorpresa que da Guaidó. Lo que falta para el final de esta novela de horror que vivimos en estos 20 años, es mover las piezas en el nuevo tablero de juego que el Presidente encargado puso en marcha, al reunirse con los gremios del estado para darle luz verde a un paro escalonado, que en intensidad y según se vayan desenvolviendo los acontecimientos, desembocará en una huelga general que paralizará todas las actividades del país con la gente en las calles esperando el quiebre definitivo de la dictadura.

De eso se trata el nuevo juego que anunció el Presidente encargado, por eso la prisa del viaje a Cuba de Maduro y los apuros de la cúpula militar civil. Los que gobiernan en Cuba entienden perfectamente y los Estados Unidos de Trump con más claridad, que sin Maduro es literalmente imposible mantener por más tiempo ese error histórico que llaman revolución cubana, porque el sufrido pueblo de esa isla, no aguanta, no soporta otro período especial como el que vivieron a partir de la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética en 1989, que acabó con el financiamiento comunista para mantener tibia la guerra fría a 90 millas de las costas de Estados Unidos.

Por eso no es exagerado decir que el destino democrático del continente se está jugando hoy día en Venezuela, de allí  se deduce que restablecer la democracia en Venezuela es el camino más corto para rescatar a Cuba del secuestro en que la mantiene una élite corrupta comunista que  con varias decenas de miles de agentes, controla la vida militar, y toda la información de identificación, registros y notarías en Venezuela, además nos han involucrado en el narcotráfico internacional en conexión con las FARC y el ELN de Colombia, incluyendo  operaciones de grupos terroristas del Medio Oriente, en la extracción de nuestros recursos minerales como el oro, el uranio y el coltán que no se sabe a dónde van a parar.

La estrategia de Guaidó es la suma de diferentes aportes y factores nacionales e internacionales, en unos pocos días ha demolido y estremecido al castromadurismo, su éxito se debe a la contundencia unitaria que mantiene la oposición dentro y fuera de Venezuela en torno a la hoja de ruta de los tres puntos y a la presentación de un Plan País que privilegia la atención hacia la población más vulnerable y necesitada, de allí la urgencia que la ayuda humanitaria entre lo más rápido que se pueda, se trata de salvar vidas. Cada día que Maduro, los colectivos  y las FAN impidan el ingreso de esa ayuda, veremos morir con profundo dolor a más venezolanos por falta de medicamentos y alimentos.