Dámaso Jiménez: ¿Qué matrioska tiene Putín con Venezuela? (I)

Dámaso Jiménez: ¿Qué matrioska tiene Putín con Venezuela? (I)

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El plan de Maduro es entregar soberanía petrolera por deuda.

Impensable una ayuda como la que le dio la antigua URSS a Cuba.





Rusia podría ser un importante factor en la transición que se espera llevar a cabo en Venezuela.

En 19 años de chavismo son miles de millones de dólares en acuerdos para armas y cooperación petrolera y energética entre Rusia y Venezuela.

Matrioska: Juguete de madera de origen ruso que consiste en una muñeca hueca, dividida por la cintura en dos partes que encajan, que tiene en su interior otra muñeca igual pero más pequeña y así sucesivamente, hasta llegar a la más pequeña que es maciza.

Parte 1: Un corazón del tamaño de la deuda

El presidente de Rusia Vladimir Putin y el mandatario venezolano Nicolás Maduro se estrecharon de nuevo las manos en una nueva audiencia ofrecida por Moscú tras largos meses de espera y un costoso lobby cubano-estadounidense. El fin de Maduro era buscar apoyo político y económico ante las fuertes sanciones impuestas por los EEUU, debido a los señalamientos internacionales por violación de los DDHH contra ciudadanos que protestaban en su país.

Además del tema de las violaciones que cobró la vida de 150 venezolanos, 3 mil personas heridas y casi 5 mil detenidos de forma arbitraria; sobre el gobierno de Maduro pesan señalamientos de corrupción, lavado de dinero, narcotráfico y la imposición de una constituyente fraudulenta.

Con las reservas internacionales ya por debajo de la línea roja de los US$ 10.000 millones, en situación de impago con decenas de países, con la amenaza de sanciones económicas por parte de EEUU, Maduro busca con notable urgencia la protección de Vladimir Putin.

El pasado miércoles 04 de octubre Putin lamentó que Venezuela estuviera atravesando por una época nada fácil, pero se vanaglorió junto a su aliado caribeño de un supuesto diálogo entre la oposición y el gobierno del que dijo, “estamos siguiendo en Rusia”.

Maduro aseguró a Putin que los problemas en Venezuela “se están superando” y que su visita a Moscú es oportuna para demostrar que “los venezolanos vivimos un buen momento y estamos entrando a una nueva etapa”. Lo dijo sin desparpajo ante el asombro de un país paralizado por una fuerte hiperinflación que amenaza con superar la barrera del 1.500% para finales del 2017, tasa de desempleo del 20%, un dólar escaso que se consigue en el mercado negro entre 30 y 35 mil bolívares por unidad, 70% de desabastecimiento de alimentos, escasez del 90 % de medicinas, hospitales colapsados, apagones constantes, una industria petrolera paralizada y el aparato productivo completamente destruido.

La apuesta de Maduro

La apuesta de Maduro era sacar un As de la manga en la cumbre rusa y lograr el apoyo político y financiero de Putin y el permiso para implementar un plan realizado por el presidente sirio Bashar Al Asad, para evadir las sanciones en materia petrolera.

Una investigación del portal Bloomberg reveló el esquema ideado por autoridades sirias y venezolanas que todavía no ha llegado a ejecutarse. Según documentos y entrevistas de la web de investigación, el objetivo era comprar a un precio muy por debajo del mercado de crudo sirio y revenderlo en suelo norteamericano a través de una petrolera rusa y enviado a Aruba, donde una filial de la venezolana Pdvsa tiene alquilada una refinería.

Como fuente Bloomberg utiliza una entrevista hecha a William Ruperti, empresario petrolero venezolano que acumuló fortuna y poder bajo los gobiernos chavistas, en la que admitió a Bloomberg su participación en el trazado plan con el fin de “evitar el boicot implementado por EEUU y la Unión Europea. Para ello propuso crear un grupo de negocios llamado Sirius Venezuelan y recomendó un contrato de cinco años para el suministro de entre 50 mil y 200 mil barriles diarios de crudo sirio, así como un depósito para almacenar hasta 6 millones de barriles.

Venezuela ha visto reducir drásticamente sus ingresos petroleros con un barril que oscila entre 30 y 50 dólares el barril. Eulogio del Pino, expresidente de Pdvsa y actual ministro de finanzas acompañó a Maduro en la gira y reiteró que han llamado a muchos países a sumarse al acuerdo. Espera que puedan sumarse unos 40 países. “Esperamos resultados positivos en los próximos meses que permitan a los países productores y exportadores recuperar sus inversiones”.

Pero los precios altos de la época de Chávez parecen historia. Una fortuna dilapidada en geopolíticas erradas de la revolución.

Maduro denunció una y otra vez la “persecución financiera” de parte de los EEUU y destacó que espera la posibilidad de nuevas alianzas con Gazprom y Rosneft.

Rosneft participa como socio minoritario en varios proyectos de producción de petróleo en Venezuela en el marco de empresas conjuntas con la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA): PetroVictoria, Petromonagas y Petromiranda, en la Faja Petrolífera del Orinoco, así como Boquerón y Petroperijá, en el estado de Zulia.

Dichos proyectos generaron el pasado año 8,4 millones de toneladas de petróleo, de los cuales 2,67 millones de toneladas corresponden a Rosneft.

Rusia ha invertido en Venezuela 20 mil millones de dólares en los dos últimos años en la producción de cinco grandes empresas mixtas petroleras. Rosneft reafirmó su alianza con el país y adelantó, “Nunca nos iremos de ahí, nadie puede expulsarnos. Es el país número uno del mundo en recursos de hidrocarburos”.  

La restructuración de la deuda

Maduro participó en el foro internacional de la Semana Rusa de la Energía, donde propuso un mecanismo de gestión novedosa para la producción y venta petrolífera que consiste en alcanzar un estatus que permita fijar los precios que en estos momentos se encuentran bajos y dispararlos en el mercado, para detener lo que denomina la “especulación que está minando la economía venezolana”. Dicho esto abandonó el recinto y acudió al Kremlin para charlar con la figura más relevante de Rusia y la otra mitad del mundo.

Maduro agradeció el apoyo prestado por Rusia en los “momentos difíciles” e inmediatamente abordaron asuntos de la agenda política y económica que consisten en la cooperación técnico militar y la deuda que como cualquier compromiso financiero debe ser pagada o reestructurada por acuerdos entre ambas partes.

Recientemente, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, admitió que Rusia negocia una parte de la reestructuración de la deuda de Venezuela, que asciende a 2.800 millones de dólares.

El plan de Maduro es entregar soberanía petrolera por deuda. Impensable una ayuda como la que le dio la antigua URSS a Cuba. Maduro ha ofrecido desde bases militares en Venezuela, explotación de la faja petrolífera hasta la entrega del principal activo en EEUU como es Citgo, pero todo parece indicar que el gobierno necesita de una mayor estabilidad en el país y demostrar que el diálogo entre la oposición y el gobierno es un hecho para lograr la atención de los inversionistas.

Nadie en la cumbre rusa, ni en la Unión Europea, ni en Latinoamérica, ni en los EEUU, parecen estar muy convencidos de que los problemas en Venezuela se han ido superando y que definitivamente estamos entrando en una nueva etapa. El gobierno señala que el diálogo está resuelto en un 90%, la oposición lo niega. El gobierno anuncia que retomarán las conversaciones para finiquitar los acuerdos, la oposición parece más interesada en la nueva correlación de fuerzas que será determinante este domingo en las elecciones regionales del próximo 15 de octubre, para decidir los puntos de agenda vitales para una eventual nueva reunión de diálogo.

El petróleo solo ha elevado más la incertidumbre en las negociaciones.

Dámaso Jiménez

damasojimenez.com

@damasojimenez