Dos caras de la misma moneda falsa, @ArmandoMartini

Dos caras de la misma moneda falsa, @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini
Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

 

Se podría imaginar que hoy Venezuela es como un imán, con dos polos opuestos que se rechazan entre sí. Que, ¡ojo!, podrían ser cuatro, con dos encontrados en cada lado, la propia locura.

O como el submarino -recordando tiempos malos que ahora nos parecen mejores- de aquél misterioso Giordani, que sigue viviendo para ser testigo del desastre que inició. Los sumergibles cuando tienen sus extremos parejos, navegan bien, pero cuando se desnivelan o suben o bajan, pero nunca avanzan, como esta Venezuela donde no existen gradaciones sino polaridades, un ambiente de contrastes de blanco y negro, sin matices, las reacciones emocionales y conductuales oscilan de un extremo al otro. Cuando el Gobierno ve hacia un punto, la oposición mira el contrario y, como en la moneda, los lados existen, pero nunca se encuentran. Cuando se toma una moneda y se la pone a dar vueltas sobre un eje, hay una fugaz ilusión de fusión, pero rápidamente cae y siempre queda lo que vemos, y el otro oculto.





Gobierno y oposición, se reunieron, sonrieron, celebraron cumpleaños y llegaron a compromisos. El régimen hizo lo contrario, y como respuesta, los adversarios hicieron lo inverso. Ninguno cumplió. Empezaron a incriminarse mutuamente de haber faltado a la palabra. Pero la ciudadanía solo presumía, no sabía qué había sido discutido, hubo secretismo. Cuando no se sabe qué ni por qué, es mejor irse a la calle.

Un detalle que pasaron por alto los defensores de la dictadura y los abanderados de la democracia es que no gozan de credibilidad, no les creen ni el credo. Cuando el régimen acusaba a la oposición, sus simpatizantes no le creían, y cuando, la oposición acusaba al régimen, chavistas y maduristas – son dos, no se olvide- tampoco le creían. Un país de incrédulos.

Si se siente enmarañado, enrédese más. Están los críticos -llamados radicales para desprestigiarlos- que no creen en ningún autoritarismo de ambos bandos, y los chavistas que no confían en el madurismo y menos en sus antagonistas.  

El barranco se profundiza. La dirigencia dejó entender que presionando en la calle la dictadura se marcharía. No fue ni es tan fácil y cuesta muertos, heridos, golpeados, presos y juicios militares.

La ambivalencia continúa. Emplazan a militares a defender al pueblo y cumplir con la Constitución, pero ellos no escuchan mientras junto a policías y pandilleros interpretan el mandato constitucional reprimiendo para defender al autoritarismo, y éste los condecora.

Se rechaza con argumentos la constituyente que los cubanos le planificaron a Maduro para ganar tiempo y poder, después se acepta no sólo que se establezca, sino que actúe y se convierta en el máximo poder del país. Se denuncia al CNE de ejecutar fraude, de inmediato se decide ir a elecciones regionales con las condiciones y mandato del mismo Poder Electoral, hasta el rector que se supone opuesto acude, agacha la cabeza a la autoridad Constituyente. Es decir, se dobla para no quebrarse.

La oposición/mud inscribe y promueve una avalancha de candidatos. Insisten que la ANC es fraudulenta y contrahecha, que no puede aceptarse ni ser obedecida, pero manda y examinará a los aspirantes. Será la castro-constituyente rechazada, ilegítima, tramposa, la que decidirá quiénes podrán ser los pretendientes opositores.

La AN se le planta y no acude a rendirle pleitesía, le usurpan atribuciones y acusan de flojos, dejándoles migajas legislativas. Se esperaba que defenderían a la Fiscal, a quien perdonaron pecados que las víctimas reclamaron, pero corrió la misma suerte de los Magistrados designados. La sobradísima los destituye y ordena su persecución. La oposición poco hace para responder, y parece reconocer a los sucesores. El TSJ hostiga a los alcaldes por el incumplimiento de órdenes que no tenía por qué dar ni ellos podían cumplir, hay varios enjuiciados, sentenciados, exiliados, escondidos o simplemente presos.

Gobiernos y parlamentos -con exiguas excepciones- objetan la Constituyente, y aseguran no reconocerla. Sin embargo, los embajadores continúan en sus sedes caraqueñas y actividades, los organismos internacionales critican e incriminan al oficialismo, pero no toman más iniciativas. Reaccionan con sigilo ante las contradicciones e inacción opositoras y con elegancia diplomática para dejar claro que no aceptan intervenciones militares, dando relevancia a una frase que se le escapó a Trump, entre tantas que se le escapan.

La soberanía asegura que la chimbísima está al frente, pero plenipotenciarios concurren con inmunidad diplomática y escudos protectores a la Asamblea Nacional; el oficialismo refunfuña, pero no hace más.

Iremos a regionales, pero ¿cómo reconocer resultados a un CNE que denunciamos de tramposo y ejecutor de fraudes? Podría pasar que el trio ANC/Gobierno/CNE acepte, para mantener el disfraz de democracia y autonomía de poderes, que candidatos opositores logren una que otra gobernación, para señalar al mundo “¿se dan cuenta que hay democracia?”

¿Aceptarán que gobiernos locales como Miranda, Bolívar, Anzoátegui, Falcón, Táchira, Aragua y Carabobo sean opositores? ¿No puede la Constituyente fraudulenta, pero operativa, cambiar las reglas cuando lo desee? ¿Podrán los nuevos mandatarios regionales hacer algo con las manos atadas por los Consejos Legislativos que debieran ser, pero no serán, cambiados?

El oficialismo ha venido rebanando a la oposición, al igual que a los ciudadanos en la calle, que actúan y se dejan manipular por emociones demasiadas veces contradictorias e interesadas. Entre el oficialismo e intransigentes han logrado decepción e incredulidad.

Es difícil jugar en política cuando se producen juegos contradictorios y difíciles de relacionar entre sí y, aún peor, cuando ni el Gobierno ni la oposición hablan claro, aunque el oficialismo suele avisar lo que va a hacer y, peor, lo cumple. Como un bandido que te va a asaltar y te lo advierte; tú le respondes que es un crimen, pero le ofreces la cartera y el celular. El intenso no eres tú con la ley, sino el que te roba y se escapa con lo tuyo.

La dirigencia opositora ha abusado de lo escondido y de pensar que los ciudadanos saldrán a la calle a jugarse el físico y la vida cuando lo pidan. No ha dado explicaciones, sólo órdenes. Despectivos, indican que los pronunciamientos contra las regionales lo hacen quienes no tienen militancia para conseguir cargos, un argumento perversamente válido. A la dictadura le sobra razón al regocijarse; participar significa reconocimiento al CNE y a la pre-condicionada soberana

Se dan golpes de pecho y manifiestan detestar la mentira, pero ninguno dice la verdad. Dos caras de una misma moneda falsa por sí misma.

 

@ArmandoMartin