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José Luis Monroy: Libertad…

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El problema con el futuro es que normalmente llega antes de que estemos preparados para él…





Hola que tal mi gente, “…la libertad es individual y requiere de un mínimo de prosperidad para ser real”. ¿Quién será? Liberal sin duda. Al centro el individuo, porque lo social como tal, quimera o ciencia, sólo lo podemos vivir los individuos. Los porcentajes representan, son fríos.

Por José Luis Monroy / @joseluismonroy

Pobreza patrimonial, de capacidades, extrema, quieren decir mi casa se cae a pedazos, no sé leer o sumar, tengo hambre, ayer tuve hambre, mañana tendré hambre. ¿Será acaso Isaiah Berlin, uno de los grandes liberales del siglo XX? Podría ser.

Pero el autor es muy realista: sin un mínimo de prosperidad no hay libertad. Qué libertad es esa donde se tienen que pedir dádivas, donde alguien calla por miedo a perder el alimento. El mínimo de prosperidad es, en el fondo, dignidad, dignidad para todos. El que tiene lo mínimo garantizado no baja la cabeza y dice lo que piensa, puede hacerlo, debe hacerlo. El que tiene un mínimo no pide, no espera dádivas o favores. La riqueza no es el objetivo, son los mínimos para todos. Un trabajo digno, un ingreso regular, educación, vivienda, salud, pensión. Mínimos para la libertad y la dignidad. Claro, podría ser John Rawls, el gran filósofo y autor de la Teoría de la justicia. Debe ser él. Mejor regresemos al texto, quizás haya más pistas.
“La libertad… es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos”. ¿Los cielos? Ni Berlin ni Rawls utilizarían esa expresión. Pero es un autor de avanzada, la libertad no es una concesión de un hombre a otro hombre, no hay súbditos a la espera de la gracia del monarca. La libertad está concedida de entrada, por los cielos, en su interpretación. Es iusnaturalista, la libertad ya está en el ser humano al nacer, pero hay que cultivarla para que florezca y ese jardín es el de los mínimos.

“¡Venturoso aquel a quien le dieron un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que el mismo cielo!”. Eso es libertad. El pan no es un fruto, no existe por sí mismo, es una creación, pero sí existen las riquezas naturales. Venturosas las naciones a las que los cielos les dieron con qué hacer el pan. Tierras para cultivar, mares para pescar, bosques, selvas, energía para calentar el hogar, para cocer los alimentos, para mover a un país. No hay dotación perfecta, no hay país que la tenga y además los recursos naturales por sí mismos no garantizan nada. David Landes, el gran historiador económico, lo mostró con solidez en La riqueza y la pobreza de las naciones. Los ríos pueden ser una maldición que divide e inunda, pero también un cauce para transportar. Los mares pueden ser amenazantes y aislarnos, pero también se les puede navegar y comerciar a través de ellos. Para llegar al pan de nuestro autor de marras, hay que trabajar, transformar.

“…por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida…”. La libertad y la honra son un deber, debemos trabajar para obtenerlas. No es idealismo, es un fíat ético. Debemos aventurar la vida y hacer lo que sea necesario, pues sin libertad y sin honra la vida no vale nada. Esa es la esencia: llevar los mínimos a quien no los tiene, garantizar el pan, el techo, la educación, la salud, el empleo, la remuneración adecuada, la pensión al final de la vida. Mínimos para todos.

¿Y nuestra Venezuela? ¿No era la reina de la abundancia? ¿No tiene ríos navegables? ¿No tenemos demasiada tierra cultivable? Nuestro territorio es vasto, tenemos miles de kilómetros de costas y mares muy amplios que no explotamos a cabalidad; somos muy biodiversos, uno de los campeones en el mundo, pero tampoco lo aprovechamos.

En las próximas semanas, lea bien en las próximas semanas, algunos dirán que si el domingo se realiza la elección de la constituyente se termina todo, no amigo mío si eso se hace es que viene lo peor, allí empieza otra etapa. El problema con el futuro es que normalmente llega antes de que estemos preparados para él… Ya veremos de qué estamos hechos, sabiendo que el hambre no cede, que la pobreza no disminuye, que la seguridad social no abraza a todos, que los techos no alcanzan, que la educación necesita más, que la desigualdad crece, etcétera, y todos sabemos que la constituyente no es para solventar esos problemas, es para otra cosa y allí es donde tenemos que hablar de libertad, habremos de discutir cómo aprovechar mejor el sol, el viento, el gas, el petróleo que los cielos nos dieron. Se discutirán asuntos áridos y complicados: concesiones o contratos. Pero ojalá y no se nos olvide que en el fondo estamos hablando de lograr los mínimos para todos los venezolanos lo antes posible; que el verdadero nacionalismo radica en que los integrantes de la nación vivan con dignidad, que debemos aventurar la vida, que estamos hablando de libertad y de honra que hoy la gran mayoría no tiene.

¿Quién será el autor que le habla a un tal Sancho?

@joseluismonroy