Simón García: Reflexión y renovación

Simón García: Reflexión y renovación

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El 2016 fue un desastre. El angustioso cierre de año fue ilustrativo sobre el jalón hacia el empobrecimiento material y espiritual que soportamos todos.  La navidad se esfumó sin haber comenzado. Hay hambre, hay ausencia de libertad y resulta cuesta arriba enfrentar esta tragedia colectiva con alegría.

La profundización de la crisis destruye cotidianamente la posibilidad de una vida digna, se aflojan las expectativas sobre que pueda producirse un cambio de régimen en forma electoral y pacífica. Maduro ratifica su empeño en seguir gobernando sin Asamblea Nacional, sin elecciones, sin Constitución y sin pueblo.





Pagamos un costo muy alto por la extensión y desbordamiento por una crisis que tiene un responsable activo. Atribuirle a la MUD o a los ciudadanos alguna vinculación con los efectos destructivos de la gestión oficial, introducir la malévola idea de que hay unos colaboradores con le gobierno agazapados en la oposición es un proceder inaceptable.

Existen, sin duda, errores de la MUD y de los dirigentes políticos durante el 2016. Pero, esas faltas son, no por dejar de luchar, sino por no hacerlo bien. Hay omisiones y carencias, menos señaladas pero muy pesadas para el desempeño de una dirección opositora que, aunque ha asumido riesgos de la primera fila, no ha encontrado aún la variable necesaria y suficiente para quebrar el régimen que simboliza Maduro.

Es un deber de todos cuidar a la unidad como el logro común más eficaz para triunfar sobre el régimen. Esa unidad es plural por la diversidad de visiones que contiene y heterogénea porque intenta armonizar intereses disímiles. No es ni puede ser el reino de la unanimidad porque su condición democrática excluye el hegemonismo y la presencia de un caudillo. Ambas tentaciones han estado presentes.

Los líderes de la oposición, los cuatro mejor valorados por la población según las encuestas y los dirigentes de los partidos con representación parlamentaria están obligados a actuar para que no se acentúen las agresiones que han  aparecido recientemente. El país deplora que las discrepancias deriven en pequeñas historias.

Un asunto podría ser abordado para fortalecer un compromiso unitario en la MUD: una jornada de comunicación para oir y orientar la inconformidad justificada en buena parte de sus seguidores, Una comunicación basada en exponer la verdad.

Cuatro temas más podrían ser objeto de reflexión en este final de año. El primero consiste en reexaminar cuales son las bases de sustentación del régimen y cómo tener una política para debilitarlas. El segundo, renovar las formas de lucha y esclarecer sus objetivos prioritarios. El tercero, definir las alianzas más allá de los partidos. El cuarto, impedir que el ánimo candidatural siga incidiendo en una diferenciación artificial.

Un debate y unas primeras acciones para asumir a la MUD como opción confiable  de poder sería una buena contribución para renovar esperanzas. No hay más tiempo ´por perder.

@garciasim