Cicatrices de los saqueos de hace un año en San Félix: Quiebra de comercios, pavor diario y más escasez

Cicatrices de los saqueos de hace un año en San Félix: Quiebra de comercios, pavor diario y más escasez

mercadochirica

 

Las 18 mil unidades que perdió Pollos La Granja significaron un golpe para su estabilidad económica de la que los dueños no han podido recuperarse: hace exactamente un año, este establecimiento comercial, de 47 años de trabajo en San Félix, fue uno de los saqueados en la avenida Manuel Piar, publica Correo del Caroní.





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Hace dos semanas el robo se reeditó. Michael Díaz, hijo del encargado y heredero del negocio, relata que más de cinco personas entraron una tarde a robar pollos. Los culpables, asegura, son miembros de la misma comunidad de Vista al Sol: “Todo el mundo los vio”, tal cual ocurrió cuando fueron atacados el 31 de julio del año pasado.

El negocio y el emprendimiento de casi 50 años subsisten con miedo a la quiebra. La granja de pollos ha bajado las ventas. Pagan a sus empleados con pollos.

En el mercado municipal de Chirica, también en San Félix, la zozobra es la misma. La jornada empieza con la guardia alta.

“Las personas a las que saquearon han tenido muchas pérdidas y nosotros dentro del mercado tenemos muchos riesgos aquí, la gente se lleva lo que consiga por el medio (…) y esto es cada día peor por la situación que vivimos”, describe Ana López su día a día como vendedora de limones y madre de tres niños, y que trabaja en ese mercado municipal desde hace 23 años.

Un año de angustia

El 31 de julio de 2015, la comunidad de San Félix perdió la calma, luego de que la precaridad del transporte público se aunó al hambre.

No pasó mucho tiempo para que el enojo ante la opacidad del derecho al libre tránsito diera paso a otra forma de zozobra: los saqueos.

Ciudad Guayana se convirtió en noticia en todo el mundo. Un muerto y más de 80 detenidos fue el saldo de ese fin de semana. Así como la zozobra que reina desde entonces, que, sin embargo, no ha evitado que vendedores sigan instalándose a lo largo de la avenida Manuel Piar. Sobreviven con miedo a perder su mercancía.

La angustia no se ha disipado. Pero el temor por pérdidas materiales no es lo que más los mortifica. “Tememos una masacre con la situación económica en la que estamos, lo que podemos esperar es eso (…), nada ha cambiado, porque los saqueos siempre suceden y nunca han cesado en el municipio”, se queja Auris Fernández, que vende pescado en el mercado de Chirica y recuerda el vandalismo de hace un año y vislumbra, en la realidad actual, el mismo horizonte.

Aurelis tiene cinco niños que alimentar en su hogar y estos comen dos veces al día por la escasez y carestía de alimentos.

Para Aurelis, el ajuste salarial más reciente es insuficiente, no respalda el hambre ni el alto costo de la vida en Ciudad Guayana (cuyo balance inflacionario en 2015 fue de 212%, por encima de la media nacional, según el Banco Central de Venezuela), y viene acompañado por más escasez. El resultado visible: más malestar en la calle.

En el otro extremo de la ciudad, el sector de El Llanito, de la parroquia Unare, es un ejemplo de lo que argumenta Aurelis: 16 de junio de 2016, en la noche, vecinos de la comunidad saquearon un abasto chino, luego de que una venta de pasta y harina de maíz precocida se salió de control, a pesar de la presencia de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana.

Pasó un año de los saqueos cercanos al mercado de Chirica y no hay desgaste del sobresalto.  Para los que obtienen sus ingresos de la venta de hortalizas, pescado, frutas, jugos, y demás en la zona, es complejo comenzar el día y atender los puestos, debido a la incertidumbre ante cualquier otra complicación.

“Vivo con el temor a que esto se repita, porque la gente lo que está buscando ahorita es comida. Y si no hay comida, la gente se va a desesperar”, lamenta Derwin Rivas, un trabajador en el mercado de Chirica y padre de dos pequeños, y que por su parte alerta que el hambre tiene molesto al ciudadano en la calle.

 

Alerta internacional

No hay seguridad para los que hacen vida comercial en el mercado de Chirica
No hay seguridad para los que hacen vida comercial en el mercado de Chirica

Aunque la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por como se la conoce en inglés) ha guardado silencio, laComisión Interamericana de Derechos Humanos exhortó hace una semana al gobierno de Nicolás Maduro a tomar medidas para frenar la crisis alimentaria y de salud.

Esa ruptura del orden mínimo social quedó tatuada en la mente de los guayacitanos, sobre todo en la avenida Manuel Piar, de San Félix. Los saqueos que son noticias en otras partes del país ocurrieron allí, donde viven, donde trabajan, donde transcurre su rutina. Es previsible pensar que desde entonces piensen que ese nivel de violencia pueda reeditarse en cualquier instante.

Joselin Velásquez jamás olvidará lo que ocurrió dos semanas después de los saqueos en Chirica: hace un año, una bala detonada por un oficial de la Policía del Estado Bolívar (PEB) le quitó la vida a su esposo, Cristian Maraguacare, luego de que un disturbio por mantequilla y pasta dio pie a otra trifulca en un abasto en la vía Upata. El lugar fue cerrado después del incidente y no volvió a abrir sus puertas, mermando ya la limitada oferta de productos de esa zona.

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