Madre de niño argentino transgénero dice que hay que aceptarlo como es

Madre de niño argentino transgénero dice que hay que aceptarlo como es

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Bárbara Magarelli, madre de un niño argentino transgénero de 12 años, destacó hoy en declaraciones a Efe la importancia de acompañar a los chicos y aceptarlos como son, al tiempo que valoró la normalidad en la que vive su hijo desde el cambio de género.

EFE

Magarelli participó hoy en la cuarta Jornada Porteña de Diversidad Sexual, organizada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTA) y que coincidió con la celebración del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Bajo el título “Creciendo en la diversidad: Niñez y Tercera Edad trans”, el evento anual contó con la participación de un panel de expertos en la materia y con el testimonio de mujeres como Bárbara y como Ivana Marsili, madre de un hijo transgénero de tan solo siete años.

“No podías llamarlo como mujer porque el niño no te contestaba”, relató Bárbara a Efe en un receso del ciclo de ponencias, cuando recordó que empezó a notar las señales de que su hija se sentía como un varón a los nueve años: “le compramos unos bebés preciosos, les sacó la cabeza e hizo balones de fútbol”.

Al principio pensaron que era lesbiana porque, según reconoce, nunca se piensa en un niño trans, “esa palabra no está en la mente de la gente grande”, aunque después de recorrer varios hospitales y “golpear muchas puertas” los médicos certificaron que la niña “se manifestaba como varón”.

Aunque reconoce que en el ámbito social de su hijo no existe discriminación y que tampoco tuvo problemas en la administración para cambiarle el nombre en el DNI -“le cambió la vida, muestra orgulloso su documento”-, lamenta que su hijo no pueda dedicarse a su sueño, el fútbol, porque es “un contexto muy machista”.

En el mismo sentido habla Marcili, quien considera que su hijo vive su sexualidad de la forma más natural y que notó barreras en el ámbito médico: “buscamos apoyo de un profesional pero no están informados, no solo no capacitados”, explica.

Para Marsili, la “resistencia” se encuentra más en los adultos que en los chicos, especialmente en un lugar como en el que viven ellos, un pueblo de la región de Entre Ríos donde “todo el mundo se conoce y sabe quién eres”.

“El Estado tiene que estar desde la niñez y la adolescencia hasta la vejez presente junto a la familia”, afirmó a Efe Marcela Romero, presidenta de ATTA y de la federación LGTB, quien opina que en el país la comunidad trans todavía sufre discriminación y “persecución policial”, algo que impide su total inclusión.

Romero incidió en la importancia de cuidar a los niños y adolescentes que perciben una sexualidad diferente para evitar que vivan con miedo, y recuerda: “Yo con ocho años recibí una bofetada de la maestra porque me dijo: ‘parecés un maricón'”.

En la inauguración de la jornada estuvo la subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Pamela Malewicz, quien indicó en declaraciones a Efe que la población trans está todavía en una situación de “vulnerabilidad” respecto a otros colectivos que fueron ganando más territorio.

No obstante, aseguró que Buenos Aires es una ciudad pionera en materia de igualdad, inclusión y derechos para la comunidad LGTBI, con una amplia legislación en este sentido, al tiempo que adelantó que se inaugurará en pocos meses la primera Casa Trans, un hito en la lucha por la igualdad y la inclusión en todo Latinoamérica.

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