Estamos en momentos cruciales para la estabilidad del país, porque producto de los desatinos, de la ineptitud y de la improvisación, la crisis ha llegado a niveles alarmantes e insostenibles para cualquier mortal, porque este es un gobierno que actúa sin planificación alguna y como la van viniendo van viviendo. Es decir, en una suerte de lotería han pretendido llevar las riendas políticas del país, y lo que han traído son consecuencias muy lamentables para Venezuela. El gobierno no está preparado para ninguna contingencia ni para enfrentar una situación inesperada, aquí la política la marca el populismo y la demagogia frente a los grandes temas que atañen al país, y por ello, hoy vemos en el estado deplorable en el que nos han metido.
En materia de alimentación, inventaron cualquier cantidad de pendejadas para supuestamente enfrentar el desabestecimiento y la escasez. Máquinas capta huellas, administrar el hambre de la gente y sus necesidades de acuerdo a un terminal de cédula, la suspensión de la distribución de alimentos de la canasta alimentaria en la red privada, y así un sinfin de estrategias malas, que no han resuelto la escasez, el desabastecimiento y a los bachachequeros, ni mucho menos han logrado mitigar el ronquido del hambre en los estómagos del pueblo y esa profunda arrechera de no consiguir nada ni siquiera para medio vivir.
Pues bien, esta desgracia no sólo ocurre en el sector alimenticio, sino con las medicinas, con los repuestos, con el racionamiento eléctrico y de la luz, entre otros. Esta crisis no sólo es de plata y de la gran corrupción reinante en este gobierno, sino que hay una crisis de talento y de personal capacitado para asumir con seriedad cada organismo y cada cartera ministerial. El talento venezolano y la mano de obra capacitada han tenido que emigrar del país, ante la expulsión subliminal de Maduro, quien ve como una sombra o una piedrita en el zapato a todos aquellos que se han formado en diferentes áreas. Él prefiere tener en esos cargos de importancia nacional a personajes fáciles y vulnerables para la manipulación.
Estamos en manos de ineptos, empezando por el presidente de la República, y muestra de la ineptitud y de la falta de planificación de este gobierno, son las fuertes lluvias registradas en la Gran Caracas y otras zonas del país. No estamos preparados para una contingencia así. No obstante, llevan seis meses justificando la sequia con el fenómeno El Niño, pero en todo ese tiempo, no tomaron las previsiones para evitar males mayores. Se desbordaron ríos y quebradas, tenemos damnificados, viviendas totalmente perdidas, y todo esto se ha podido evitar con un plan serio en materia de saneamiento, de limpieza de quebradas, de ríos, de dragados, pero los que hoy nos dirigen, son unos vagos que creen que con un twitter resuelven los graves problemas que hoy vivimos.
Estoy seguro que más temprano que tarde, volveremos a una normalidad política, que abra las compuertas al talento venezolano, hoy subestimado y arrinconado por Maduro. Un país no puede manejarse en términos de populismo, ofreciendo milagros y soluciones que jamás llegan. Un país crece con la voluntad, con el esfuerzo y con la participación de su gente, no excluyendo de la vida nacional, a nuestro talento y mano de obra calificada, hoy aprovechada en el progreso de otras naciones.
Aquí todos estamos claros, sólo saldremos de esta profunda crisis y de esta pava roja, cuando Maduro haya salido de la presidencia de la República por la vía constitucional. Lo demás es perder el tiempo, porque en 17 años lo que nos han traído es sangre, sudor y lágrimas.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
@adbernabe