José Machillanda: Es imposible un Golpe de Estado en Venezuela

José Machillanda: Es imposible un Golpe de Estado en Venezuela

thumbnailjosemachillandaLa crisis terminal del gobierno de Nicolás Maduro y el surgimiento del partido político en armas capitaneado por Padrino López ha desmejorado de tal manera el ambiente político real que voceros de la Escuela Especulativa en la Sociología Militar, políticos, periodistas y maromeros de la opinión pública se han atrevido afirmar que en Venezuela crece la posibilidad de un golpe de Estado. Un golpe de Estado entendido como el Coup d’ Etat que nos enseña Curzio Malaparte es imposible habida cuenta la ingobernabilidad militar que existe en el país desde el 11-A con la Huída de Chávez.

La ingobernabilidad militar es consecuencia de la ingobernabilidad política, que se caracteriza por la carencia de un liderazgo militar capaz de hacer cumplir con lo establecido en una Orden de Operaciones para lograr la consecución de un objetivo mediante una acción militar. Muestra esta ingobernabilidad la improvisación, desconocimiento de la Doctrina Militar y carencia de la logística propia debido a la falta de adiestramiento y ejercicio del comando y gobierno militar por parte de las Cúpulas Militares. Vale decir, que la ingobernabilidad militar refleja la incompetencia de los jefes militares y la carencia de tropas y mandos para la ejecución del arte militar.

Ingobernabilidad Miliar que en Venezuela tiene su origen en el momento político revolucionario entre 2002 y 2009. Momento en el cual el elemento militar mutó de profesionalizado a desprofesionalizado por una acción de dominio por parte del Poder Político, que luego se desmejora en una relación de dominio-sumisión en la cual el componente armado va a depender totalmente de las órdenes de Cuba. Este elemento armado –ya no estamento militar profesionalizado- invadirá el espacio del gobierno, sufrirá una desestructuración de la pirámide ocupacional y será objeto de un control subjetivo fragmentario por parte del Poder Político. En consecuencia, se alejará del concepto operativo militar, se relajará la doctrina militar, se descompondrá la disciplina y la organización armada terminando estando a la orden y/o capricho del caudillo y caudillismo.





Un golpe de Estado es una operación militar compleja que requiere de mucha inteligencia y gran organización militar. Operación que se produce como consecuencia de las causas necesarias y causas suficientes. Causas necesarias y suficientes que, ciertamente, existen y son potenciadas y cobijadas en Venezuela por un régimen autoritario neomilitarista, pero no terminan de ser el percutor de un posible golpe de Estado debido a que no existen, ahora, un estamento militar que reaccione en el espacio entre la intranquilidad, irritabilidad, tensión 1, tensión 2 y tensión 3 dada su deformación y a la inexistencia de una Cúpula Militar que responda por el empleo asertivo dispuesto en una orden de operaciones.

Las causas necesarias y suficientes afrentan los valores corporativos de la FAN y amenazan el interés corporativo, no obstante, no terminan de ser el percutor por cuanto esa organización se mudó a funciones administrativas y a la realización de labores de gobierno o de partido político en armas para trabajar al servicio de una ideología política. Ideología política que les impone realizar las funciones de comunicación, canalización y expansión del proyecto político anacrónico, primitivo y anti-histórico del Socialismo del s. XXI. Tarea que hoy cumplen los golpistas militares del 4F de 1992 y los centauros sexagenarios que quieren seguir creyendo en la Patria Grande dirigida por el militarismo perverso y primitivo que creció en la Academia Militar en la década del 70 y que hoy los inutiliza hasta para dar un golpe de Estado.

Es imposible hoy, 20 de Abril de 2016, que lo que existe como cuerpo armado pueda desplazar –por la ausencia de coordinación entre diferentes estructuras militares por la vía de una Orden de Operaciones con la responsabilidad de un comandante y aplicando la violencia de las bocas de fuego- al poder político. Ese sistema político que muestra un entorno interno militar en el cual se disputan de la manera más servil el espacio los adulantes, los caporales y los delatores que operan a favor del neomilitarismo y la destrucción de los 100 años de esfuerzos por profesionalizar a una institución peligrosa costosa y delicada responsable de la defensa nacional.

Es imposible un golpe de Estado hoy, porque lo que denota y delata los múltiples desencuentros de la Cúpula Claudicante y Sumisa del elemento armado es un proceso de murmuración permanente que muestra el desencanto a lo interno de la organización y que refleja una organización ingobernable, fofa, amorfa como consecuencia de una Cúpula Militar incapaz que se ocupa de tener poder y obtener riquezas. Riquezas que resultan inexplicables, groseras y ofensivas a la ética ciudadana y a la ética militar que se fundamenta en los valores y quienes gobiernan están de espalda a los mismos. Es imposible un golpe de Estado porque se perdió la disciplina, el espíritu de cuerpo, las virtudes y características de cada uno de los componentes de Aire, Mar y Tierra y lo que cunde a lo interno de la organización es el desencuentro, sospecha y desconfianza.

Es imposible hoy un golpe de Estado porque aún, con al regresión político-militar que afecta al país, el hecho político electoral del 6D ha impactado el entorno interno militar para decirle a quienes hoy están a la orden del planteamiento de dominio-sumisión por parte del poder político que hay una sociedad democrática dispuesta a recuperar el sistema político venezolano. Es decir, que la mayoría del cuerpo societal venezolano está convencida que el segundo espacio del sistema en donde operan las instituciones, entre ellas el elemento militar, tiene que ser reconstruido y en ese proceso se impone una re-conceptualización de un elemento armado.

Elemento armado que fue profesional y que ahora es chatarra y como chatarra militar no tiene capacidad para asustar a una sociedad democrática, no obstante, los cantos sirenios y desacertados anuncios sobre la posibilidad de que en Venezuela pueda aparecer un golpe de Estado como hecho violento para lograr un cambio político. Cambio político que ha comenzado a tejer la tríada de los 112 diputados, la organización suprapartido de la MUD y una sociedad democrática vigilante que cree firmemente en la democracia en la cual el Individuo abrazado a la Constitución está por encima del Estado y la Comunidad y jamás al arbitrio de militares violentos y primitivos que todavía creen en la posibilidad de un golpe de Estado.