Rafael Eduardo Romero: Nuestro deber cristiano

Rafael Eduardo Romero: Nuestro deber cristiano

thumbnailrafaelromeroEl ejercicio de la Política en el mundo moderno ha impuesto como lo “políticamente correcto” mantener la religión al margen del ejercicio de lo público, incluso quien osa mezclar la religión con la esta otra actividad al servicio de la gente peca de conservador y pierde en muchos casos el apoyo de los pensadores libres, modernos, más propensos a confiar en quien por no herir susceptibilidades no declare públicamente su fe.

Quiero expresar que este no es mi caso, y aunque quienes me conocen saben que mis ideas no son en lo absoluto conservadoras también son testigos de mi fe en Dios, como la gran mayoría de los venezolanos fuimos criados bajo una profunda fe cristiana que va de la mano con mucha tolerancia, sentido de la hermandad y la solidaridad, tan necesarios en el mundo de hoy, esto nos ha permitido hacer de nuestras creencias un estandarte sin entrar en fundamentalismos religiosos chocantes, pero los valores morales que nos ha sido inculcados desde la iglesia nos hace quienes somos.

Lo cierto es, apreciado lector, que así como yo, seguramente usted también tiene muy arraigada su fe, Venezuela es sobre todo dos cosas, un pueblo muy noble y un pueblo con mucha fe, esto lo digo a razón de la reciente visita en Barinas de Lorenzo Tovar, quien además de ser un Socialcristiano a carta cabal es representante de las Iglesias Cristianas Evangélicas, y la grata conversación que surgió sobre el papel de los cristianos en estos tiempos de crisis.





El Papa Francisco, lo dijo hace poco mas de un año “No podemos acostumbrarnos a las situaciones de humillación y de miseria que nos rodean. Un cristiano tiene que reaccionar.” ¿cuando sino ahora los venezolanos hemos vivido tantas situaciones de humillación y miseria? La cara de mi gente cuando los veo en las interminables colas para comprar las dos canillas que le pueden dar en la panadería, lo que denotan es frustración, tristeza, personalmente no creo que Dios nos quiera así.

Un Cristiano tiene que reaccionar, tiene que hacerlo ante el terrible momento que vive la salud venezolana, no puede esperar que otros salgan a protestar por crisis de las que no escapa nadie.
Esta semana he presenciado dos protestas que se produjeron de forma casi espontánea, la primera, vecinos de un sector muy humilde de mi ciudad tomaron una importante avenida para implorar que el gobierno hiciera algo con la distribución de alimentos, no lo pedían regalado, solo ansiaban conseguir algo de arroz para poder hacer algo de comer, una joven madre se me acercó diciendo “Son las 4 de la tarde y mis hijos no han comido”, ¿como no sentirnos afectados ante tan desgarradoras historias?.

La segunda protesta que presencié fue con jóvenes médicos que decidieron salir a las calles, no por sus sueldos, (que son bastante malos) sino por sus pacientes, por tener las herramientas para sanarlos, por tener por lo menos donde acostarlos y con que tomarles la tensión.
Lo que no deja de sorprendernos es que en ambos casos, quienes pasaban por el lugar expresaban su solidaridad desde la distancia, con un gesto de sus manos y algún grito, pero nada mas, nuestro compromiso con el país que queremos para nuestros hijos debe ser mayor, requiere que hagamos sacrificios de tiempo, de esfuerzo para hacer presión social, que en ningún momento es subversiva ni golpista, es simplemente el síntoma de un pueblo que no esta contento con su conducción.

En eso la ecumenidad, debe procurar que sus fieles no asuman mansas posturas ante tanta injusticia y denigración de la dignidad de la persona humana, tanto la iglesia Católica como las iglesias evangélicas, Judías y en fin la comunidad religiosa tiene un papel fundamental en el pastoreo de sus feligreses hacia una vida terrenal mas justa, mas armoniosa.

Es nuestro deber como cristianos alzar la voz, en protesta por lo que nos subyuga y por lo que humilla a nuestros semejantes, la iglesia primitiva requirió de Cristianos valientes que dieron su vida por sus ideales y creencias, que esa valentía nos inspire a no quedarnos callados ante tantas atrocidades y podamos entre todos impulsar los cambios que requiere nuestra Venezuela.