Corto y Picante: “¿A qué fue Maduro a Cuba? Por @FariasJoseLuis

Corto y Picante: “¿A qué fue Maduro a Cuba? Por @FariasJoseLuis

thumbnailjoseluisfariasAl mejor estilo del difunto, Maduro se fue repentinamente a La Habana. No es casualidad el viaje a la víspera de la llegada a la isla de Barack Obama, presidente de Estados Unidos.

Es inocultable el papel decisivo de los Castro (primero Fidel y por razones obvias ahora Raúl) en la política de Venezuela durante el régimen chavista frente al llamado “imperio”. Una circunstancia que, sin duda, sirve de marco explicativo a la apresurada visita del mandatario venezolano, a propósito de la profunda crisis económica de su gobierno, la más aguda de la historia contemporánea del país.

¿A qué va Maduro al “mar de la felicidad” en este momento? Es la pregunta acuciante que todo el mundo se hace, dado el restablecimiento de relaciones entre los EE.UU y Cuba, luego de más cincuenta años de ruptura y no pocos conflictos que en un momento pusieron al mundo al borde de una tercera guerra durante los días de la llamada crisis de los misiles en 1962.





Mientras La Habana se engalana para recibir al jefe del “imperio”, Caracas mantiene una retórica de encrispamiento y Washington, sabiéndose con ventaja, aviva el fuego pidiendo cambio de gobierno ya en Venezuela.

Maduro llegó a La Habana hablando del siglo XXI como “el siglo de la independencia definitiva”, de estrechar “lazos bilaterales”, de “una propuesta de visión a largo plazo” entre Cuba y Venezuela. Paja y más paja para ocultar el verdadero objetivo: pedirle a Raúl Castro su interlocución con Obama.

En los últimos días, Maduro ha incorporado a su manido discurso de la “guerra económica” el tema de un supuesto “bloqueo financiero”, que desde el imperio le impide acceder a préstamos internacionales para atenuar la crisis económica que devora su régimen a la velocidad de la luz.

Ese es el tema principal de la agenda de Maduro para hablar con Obama a través de Raúl Castro. Una materia en la cual seguramente el presidente norteamericano lo remitirá al Fondo Monetario Internacional como la única alternativa de financiamiento a su crisis económica.

Le corresponderá al hijo del difunto deshojar nuevamente la margarita sobre tragarse todo su palabrerío contra el organismo (como hicieron los griegos, lo cual implicaría que el Fondo levante la alfombra y saque todo el basurero de corrupción, ineficiencia e incapacidad que hay debajo de ella) o simplemente quedarse repitiendo el viejo ritornello de “primero muerto que en las manos del Fondo”.