“Ni renuncio, ni me renuncian” fue la frase usada por Rómulo Betancourt ante la amenaza del conflicto armado que iniciaron las guerrillas marxistas siguiendo el ejemplo de Fidel Castro. La renuncia en aquel entonces y ahora sigue siendo potestad del presidente, pero hoy contamos con los mecanismos constitucionales, pacíficos y democráticos para culminar el período presidencial.
Quienes defienden la lucha armada de los años 60 y la violencia empleada como medio “legítimo” para desalojar del poder a los gobiernos del puntofijismo; hoy quieren tachar de golpistas a quienes estamos buscando una vía electoral para salir de la crisis más profunda en la historia de Venezuela. Pedir la renuncia es un derecho ciudadano y sería la forma para que Nicolás Maduro pueda redimir su nefasta gestión, pero de no hacerlo, la Unidad ha fijado una ruta para el cambio.
Previendo las trabas que los otros poderes sumisos pueden poner a cada una de esas vías electorales, la MUD decidió activar varios mecanismos para dar término al mandato de Maduro. A diferencia de los verdaderos golpistas que derramaron sangre venezolana y hoy son miembros del gobierno, los líderes de la Alternativa Democrática han decidido emprender una lucha democrática, pero no por eso menos contundente y determinada.
El presidente en uno de sus arranques emocionales llegó a decir que a él no lo sacaba nadie “de allí”, lo que Maduro no recordó en su arrebato es que lo único que está en su potestad es decidir su renuncia, de resto la Constitución deja claro los mecanismos para la salida del presidente, donde el último en decidir siempre es el pueblo de Venezuela.
La voluntad del pueblo es indetenible, lo demostramos en las pasadas elecciones parlamentarias, por eso la estrategia que van a usar para permanecer en el poder es bloquear o dilatar cualquier consulta electoral. Nuestra lucha será por lograr que los ciudadanos se pronuncien, mediante los mecanismos previstos en la hoja de ruta, porque todas las encuestas y el sentir de la calle indican que la gran mayoría de los venezolanos desea un cambio político y económico.
El presidente puede decir mil veces “de aquí no me saca nadie” pero los ciudadanos de este país representamos a la soberanía de la Nación y somos los que deciden quien permanece o no gobernando. Por eso le decimos a Maduro que si no renuncia, lo renunciamos.